Social, gratuita, democrática e integradora: esas son las características principales de la biblioteca pública, según el proyecto de ley presentado el lunes por el Poder Ejecutivo al Parlamento. Además de definir lo que es una biblioteca dependiente del Estado y gobiernos municipales, sus funciones y servicios, el texto reconoce la importancia de los licenciados en bibliotecología.
"Las bibliotecas públicas sobre todo del interior del país están a cargo de funcionarios sin formación específica. Algunos han hecho un excelente trabajo, pero no son profesionales calificados", dijo Gladys Ceretta, directora de la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines de la Universidad de la República.
En este sentido, el proyecto de ley establece que la dirección de estas bibliotecas estará a cargo de licenciados en bibliotecología y que, en caso de no haber uno, serán coordinadas y supervisadas por otro del departamento o región. Ceretta dijo que en Uruguay hay unos 1.000 profesionales en esta área y que las bibliotecas públicas son alrededor de 100.
Para Tomás De Mattos, director de la Biblioteca Nacional, al reservar cargos para aquellos que tengan "competencia idónea", se generará una estructura similar a la de la salud, donde hay médicos y paramédicos, explicó.
Esos "paramédicos" también recibirán una formación. Además de atención al público, manejo de la biblioteca y restauración ("en el interior piden constantemente asistencia técnica en este tema", contó), también se capacitará a los funcionarios para que puedan orientar al usuario. "Que sepan decirle a una madre qué libros le van a gustar a un niño", explicó De Mattos.
Una de las principales ventajas del proyecto, señaló De Mattos, es "lograr que el usuario tenga acceso a todos los libros en papel o formato electrónico del acervo del país".
De hecho, el texto establece que la Biblioteca Nacional "tendrá a su cargo la implementación del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas en lo atinente a la administración central". Su finalidad será justamente la de articular las bibliotecas públicas del país.
Según Ceretta, en la redacción del proyecto participó la Escuela junto a la Biblioteca Nacional, la Asociación de Bibliotecólogos del Uruguay y el colectivo bibliotecológico del país, por lo que "cuenta con el consenso general", afirmó.
ACERVO BÁSICO. Cada biblioteca "estará conformada por una colección básica común a todas las bibliotecas que integran el sistema, por un acervo bibliográfico específico que satisfaga los intereses y demandas de la comunidad, y fuentes de información que rescaten, preserven y difundan la cultura local", establece el proyecto.
Si la ley se aprueba, "se creará una unidad o comisión específica que establecerá los criterios para esa colección básica", dijo Ceretta. De todos modos, agregó, ese listado tendrá que contemplar diferentes áreas del conocimiento, así como distintos soportes (en papel, electrónico, audiovisual).
Las colecciones propias de cada biblioteca, en cambio, cumplen con la función de "dar apoyo al desarrollo de la sociedad, trabajando junto a la comunidad", afirmó Ceretta.
De Mattos, por su parte, dijo que tras la elaboración de la lista de libros "básicos", tendrán que reeditarse varios títulos, como es el caso de clásicos como Lanza y sable, de Eduardo Acevedo Díaz.