SEBASTIÁN AUYANET
Las obras para la reactivación de la zona de Peñarol como valor de patrimonio industrial recibieron la visita de la alcaldesa de Gijón. María Paz Fernández Felgueroso que recorrió con una comitiva las instalaciones que en un mes tendrán nuevo museo.
Placas memoriales con los nombres de los trabajadores, uniformes de operarios y empleados, una máquina de telégrafo y la estructura de la boletería conservada son apenas algunas de las reliquias que aparecen por la vieja estación de trenes de Peñarol. Un edificio que parece en pausa -y que de hecho lo está desde hace décadas- y que se reconvertirá a museo activo en aproximadamente un mes y medio.
"La enorme ventaja de todo esto es que sigue vivo, está integrado a la vida cotidiana", explicó un integrante de la comitiva uruguaya a los representantes del gobierno de Gijón, que han financiado parte de las obras que se desarrollan en la zona. La idea es, precisamente, que estas zonas de Peñarol se conviertan en un museo "vivo" e integrado a la vida del barrio.
El potencial patrimonial de Peñarol, en desuso y deteriorado hasta hace poco tiempo, comienza a desarrollarse a partir de la futura apertura de este museo y con construcciones ya restauradas como el puente peatonal de alrededores del año 1890 que cruza la vía ferroviaria. Esa es una de las primeras obras que Gijón ha contribuido a restaurar. Pusieron 44.000 euros para ello.
La cooperación entre ambas ciudades finaliza con la conclusión del mandato de las autoridades gijonesas, encabezadas por la alcaldesa María Paz Fernández Felgueroso. Eso sucederá en 2010. Sin embargo, con la escenografía de las viejas casas de operarios del ferrocarril de fondo, los representantes españoles mostraron sus intenciones de extender la colaboración en esta zona, que apenas en 7 cuadras concentra el 10% de los padrones edilicios de Montevideo que son patrimonio nacional.
"Sin Gijón esto no se hubiera podido hacer. Ellos tienen su historia unida a la del ferrocarril y a eso se debe el profundo interés que han mostrado en esta restauración", explicó en la recorrida Mario Delgado Aparaín, director de Artes y Ciencias de la Intendencia Municipal de Montevideo. Existen además 44 viviendas en restauración, con préstamos blandos otorgados por la Junta de Andalucía. Además del acabado del futuro museo, acompañado de un deck de 45 metros ya iniciado, un sector de juegos, una pista de skate, luminarias y una fuente histórica, la comuna también acomete la restauración del Centro Artesano. La partida inicial para esa obra (70.000 euros) ya está aprobada. Junto al Centro Artesano (lugar donde nació el Club Atlético Peñarol) se encuentra también la sala de teatro y cine, tercera en antigüedad luego del Teatro Solís y el Larrañaga de Salto, cuyos exteriores pueden verse en la película Mal día para pescar. AFE cedió esa construcción y el taller de reparación de máquinas en comodato precario al Municipio, y desde entonces se trabaja en su recuperación y acondicionamiento. La reforma de ese conjunto de edificaciones hoy en desuso, desgastadas y cerradas, cuesta alrededor de US$ 400.000. La idea es reanudar las obras de la sala y hacer del Artesano un centro cívico para la zona. Para el próximo día del patrimonio, estarán abiertos el taller y las obras de la estación ya terminadas.
Un paseo mejorado
A pesar de que algunos puntos de la zona no están al 100%, un recorrido que comienza en la plaza, pase por la estación y por el museo aún no abierto y luego recorra las viviendas de jefes, el puente peatonal y las de los empleados es un recorrido recomendable para la próxima jornada patrimonial. El tour termina en el impresionante taller ferroviario.
Una zona con potencial de patrimonio mundial
Eusebi Casanelles Rahola, a quien se reconoce como la máxima autoridad sobre patrimonio industrial en el mundo, señaló al visitar los frigoríficos de Fray Bentos y la zona ferroviaria de Peñarol que hay una oportunidad de que ambos se conviertan en Patrimonio de la Humanidad.
En el caso de ambas construcciones, se trata de casos únicos, ya que los patrimonios industriales de la humanidad se encuentran en Europa o Asia, concretamente en la India. No existe en Latinoamérica una zona con las características de patrimonio industrial como estas dos.
"En Europa seguro que no hay una estación y unos talleres de ferrocarril como los que hay aquí, un lugar donde hay barras de transmisión trabajando, hay unos edificios con un material dentro que para mí son únicos", señaló sobre el impresionante taller de la estación, que aún se encuentra en funcionamiento. Para Casanelles, la ventaja de esta zona es que se encuentra "casi fosilizada" desde hace años, y tal como está se puede transformar en un lugar que explique lo que representaban estas construcciones, verdaderos testimonios de la Revolución Industrial.
"El valor del patrimonio industrial reside en su no excepcionalidad, en su utilización por un extenso número de personas. Su valor como testimonio aumenta cuanto más utilizado fue. Esta consideración nos lleva a que el patrimonio es un testimonio didáctico cuya conservación no se realiza para que sea contemplado como una obra maestra, sino para que a través de él se comprenda una parte de la historia social y económica de una época", señala la publicación de la IMM Barrio Peñarol. Patrimonio industrial ferroviario, editado el año pasado y a la venta en librerías.