DANIEL ISGLEAS
Por primera vez desde que se sancionó la nueva ley de Defensa, un ejercicio militar combinado permitirá evaluar el grado de complementariedad que hay en materia operativa entre el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y analizar, a la luz de sus resultados, si es posible pensar en sumar esfuerzos de futuro.
Aunque con antecedentes en el papel, este ejercicio conjunto fue único: movilizó toda la estructura militar posible en hombres, tecnología y equipamiento en una prueba como nunca antes se dio en el terreno en Uruguay.
En la planificación está ver qué grado de aplicabilidad hay para estos movimientos en países donde Uruguay tiene desplegadas fuerzas de paz, como Haití o el Congo, en particular por la eventualidad de que se compliquen las cosas allí y se deba evacuar personal en forma urgente.
Mil setecientos hombres, casi cuarenta vehículos blindados, dos decenas de aviones de combate, aeronaves de espionaje electrónico y de transporte, la mayor parte de la flota de guerra y diez helicópteros de combate, fueron coordinados en la operación "Ibirapitá" que se realiza en el Este del país desde el lunes 5 y hasta mañana, por un comando a cargo del general Wile Purtscher acompañado por un estado mayor de las tres fuerzas.
ATAQUE MASIVO. Purtscher es el actual director del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES) y pertenece al arma de Ingenieros.
El lunes 5 comenzó en el terreno la aproximación de los efectivos y el equipo. El martes se hizo el despliegue y el miércoles se combinó el asalto final conjunto sobre el enemigo imaginario, que ha tomado parte de nuestro territorio.
Los voceros de las tres fuerzas, Gustavo Rolín (Ejército), Anselmo Borges (Armada) y Mariano Rodrigo (Fuerza Aérea), explicaron los detalles de la operación. Los efectivos del Ejército avanzaron sobre el territorio ocupado por la fuerza extranjera desde un campo militar en la zona de Abra de Castellanos (Maldonado), mientras la Armada realizó un desembarco anfibio en la Ensenada del Potrero (Maldonado), una playa de excelentes condiciones para probar a los infantes. La Fuerza Aérea, a su vez, apoyó la operación conjunta con un despliegue masivo desde el aeródromo La Calera, en las cercanías de Minas, Lavalleja, operando con apoyo del radar tridimensional -primera vez que se usacon fines militares- y desde las sedes de las brigadas aéreas 1 (Carrasco), 2 (Durazno), y con asistencia del escuadrón aéreo que opera en Melilla.
El ejercicio en concreto consiste en resolver una situación hipotética de conflicto en el área mencionada, donde los diferentes componentes actuarán en forma conjunta y coordinada para mejorar la interoperatividad, los procedimientos de comando, control y comunicaciones.
La ley de Defensa dispone de futuro la combinación de fuerzas en operaciones militares con vistas a su despliegue en escenarios complejos y participación en guerras cada vez menos convencionales, algo que los militares comparten, lo cual hace de este un primer ensayo del que las partes podrán sacar sus conclusiones.