Anécdotas de una jornada marcada por la tranquilidad

Mesas. Dificultades para adultos mayores, faltazos y una presidenta ebria

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D.FERREIRA / P.BESADA

Una presidenta de mesa que llegó ebria, la ausencia de todos los integrantes de mesa en tres circuitos de Canelones, y adultos mayores con problemas para votar fueron algunos de los incidentes de una jornada cívica por demás tranquila.

En tres mesas de las localidades de La Floresta, Suárez y Toledo, ninguno de los seis integrantes de mesa se presentaron antes de las ocho de la mañana. Funcionarios de la Junta Electoral de Canelones que estaban de retén debieron suplir estas faltas.

En total, el índice de asistencia de los integrantes de mesa rondó el 5%, según el ministro de la Corte Electoral, Edgardo Martínez Zimarioff.

En un circuito de Carrasco, la presidenta de mesa, que era escribana, llegó "marcadamente" ebria, según Martínez Zimarioff. Los demás integrantes denunciaron esta situación a la Junta, aunque la mujer se aferraba a su puesto. Finalmente fue sustituida. Las sanciones por inconducta para los integrantes de mesa, en el caso de que sean funcionarios públicos, implican deméritos en el legajo, lo cual compromete los ascensos.

Otras dificultades que se dieron en la mañana fueron en circuitos rurales de Artigas y Salto, donde por crecidas de arroyos se dificultó el comienzo de la votación. Por otro lado, en Durazno cayó un rayo en una escuela que cortó la luz, lo cual también retrasó el inicio de la votación.

Mayores. Con sus 107 años de vida, Eugenia Camacho se llevó todas las miradas de quienes votaron sobre las 14 horas en el local de Escuela de Informática de la calle Cuareim.

Eugenia, ayudada por un andador y acompañada por dos nietos, subió con precaución los escalones hasta llegar al circuito 94. Nacida el 28 de junio de 1892 en Paso de los Toros, Tacuarembó, sorprendió por su lucidez y simpatía y se mostró "contenta" por participar de una nueva elección.

Por otra parte, en la Escuela Ecuador, en la Aguada, había tres circuitos donde votaba gente predominantemente mayor, sin embargo, la entrada al local tenía cinco escalones. Allí votó la presidenta del INAU, Nora Castro, y fueron a votar seis personas en sillas de ruedas, uno de los cuales era el hermano de Mario Benedetti; dos personas con andador y de los restantes, según los integrantes de las mesas, el 90% usaba bastón. También llegó a votar un no vidente, que insistió en entrar al cuarto secreto solo, ya que traía su lista.

En el Instituto de Profesores Artigas, donde funcionaron varios circuitos, el guardia de seguridad en la entrada ayudaba a los más mayores a votar. En una silla de oficina con ruedas, los conducía hacia el circuito. Una integrante de la mesa donde votaban los más mayores comentó que la mayoría entraba al cuarto secreto acompañado, y que muchos "no sabían ni dónde estaban". En cuanto a la reanudación de las clases, algunos institutos lo harán el martes. Por ejemplo, los alumnos de los turnos matutino e intermedio del liceo de Solymar no tendrán clases. En tanto, en la Escuela Jacobo Varela, un cartel en la entrada anunciaba que "el lunes hay clase normal, todo el personal viene pues no integran mesa electoral".

El índice de inasistencia de los integrantes de mesa rondó el 5%; un guarismo habitual.

Denuncias y voto a Melinda

Representantes de las listas nacionalistas 71 y 400 denunciaron en la Corte Electoral que en algunos departamentos se habían repartido listas de otros departamentos, una maniobra con el ánimo de confundir a los electores.

La denuncia se realizó para sentar un precedente y poder validar los sufragios si aparecen hojas con este problema.

También se encontraron papeletas por el Sí falsas en algunos cuartos secretos, que contenían un texto con "groserías que no se pueden repetir", según un miembro de la Junta de Montevideo.

Estos incidentes fueron "marginales", según el ministro de Corte Electoral, Edgardo Martínez Zimarioff.

Durante el escrutinio primario en un circuito de la Escuela y Liceo Elbio Fernández, un sobre contenía la "lista" de "Melinda diputada", que se distribuía como publicidad de Parmalat.

En el local funcionaron cuatro circuitos, y desde el cierre de las mesas fue notoria la diferencia entre la rapidez para realizar el escrutinio. Mientras uno iba por la mitad de los sufragios, otro recién había completado el 10%.

Los presidentes y secretarios de mesa debían firmar todas las papeletas por el Sí que aparecieran para algunos de los dos plebiscitos, algo que retrasó el escrutinio primario.

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