Sin mayoría para los plebiscitos

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Ninguno de los dos plebiscitos puestos a consideración alcanzó la mayoría. El voto epistolar obtuvo un 36,93% y el de la anulación de la Ley de Caducidad arañó la posibilidad con un 47,36%. Los militantes de esta opción pasaron de la euforia al llanto.

En la explanada de la Universidad de la República la fiesta estaba pronta. Allí, los estudiantes que militaron por la anulación de la Ley de Caducidad estaban exultantes luego de escuchar por la televisión los resultados primarios de las principales encuestadoras que arriesgaban -aunque con cierta cautela- que la papeleta rosada había obtenido la mayoría necesaria para anular la norma.

Y hacia allí, hacia la explanada, se iban a dirigir a festejar los integrantes de la Coordinadora Nacional por la Anulación de la Ley de Caducidad que estaba concentrada en la sede del Pit-Cnt.

Pero el globo se fue desinflando de a poco. Las proyecciones de los encuestadores fueron afirmando otra realidad y lo que era algarabía se transformó en incredulidad y frustración. "Vamos a esperar el resultado de la Corte Electoral, esa es la posta", arengó un militante cuando los números ya mostraban que ninguno de los plebiscitos en juego alcanzaba los votos necesarios para ser aprobados.

Lo que sólo minutos atrás eran abrazos emocionados y papelitos al viento, ahora directamente eran lágrimas de tristeza y desazón. Las cervezas que antes se usaron para brindar pasaron a ser la herramienta para ahogar penas. El ex líder tupamaro Jorge Zabalza, rodeado de jóvenes militantes, trataba de dar ánimo. Lo mismo hizo el abogado Óscar López Goldaracena, uno de los principales impulsores de este plebiscito, que llegó a la explanada con una cara muy larga, pero que de todas formas pedía no basarse en proyecciones y esperar el resultado final. "Vamo` arriba, gurises", les dijo a unos muchachos embanderados con la bandera rosada del SÍ que no encontraban ningún consuelo.

Frente a los medios, cuando faltaba poco para las 22.00 horas, López Goldaracena manifestó que no era el momento de hacer valoraciones y, pese a todo, trató de mostrarse confiado. De todas formas dejó claro su convencimiento que más allá del resultado para él la Ley de Caducidad "nació nula".

En tanto, en la sede del Pit-Cnt, los integrantes de la coordinadora por la anulación de la norma tampoco tenían mucho para decir. Ahí también se pasó de los aplausos de victoria a la tristeza. Cuando el politólogo Luis Eduardo González anunció en su primera salida en Canal 12 que se podía hablar de una mayoría para la papeleta rosada, estalló la alegría y se anunció una conferencia de prensa que después se fue postergando hasta quedar en la nada.

Partidos. La iniciativa de este plebiscito fue apoyada explícitamente por el Frente Amplio y reprobada de la misma forma desde filas del Partido Colorado. El Partido Nacional dejó a sus votantes en libertad de acción, aunque la mayoría de sus dirigentes se mostraron contrarios a la anulación.

En conferencia de prensa, el candidato frenteamplista José Mujica reflexionó que la discusión de ambos plebiscitos puestos a consideración de los uruguayos fue "postergada" por las elecciones nacionales. A esa situación atribuyó que no se alcanzaran las mayorías en ninguno de los casos. En tanto, su compañero de fórmula, Danilo Astori, se limitó a decir que los resultados muestran la "voluntad del pueblo" y que lo aceptaba con "serenidad".

Números. Los últimos datos dados a conocer por la empresa Factum establecieron que los votos para la nulidad de la Ley de Caducidad alcanzarían el 47,7% y la intención de aprobar el voto epistolar llegaría apenas al 38%.

En tanto, Equipos Mori señaló que el 48,3% se pronunció a favor de la nulidad de la Ley de Caducidad, mientras que el 36,6% lo hizo a favor del voto epistolar.

La encuestadora Cifra estimó que la votación por la anulación de la Ley de Caducidad estaría próxima al 47% y se aseguró, sin precisar porcentaje, que el voto epistolar no será aprobado.

Epistolar. En la carpa de los promotores del voto epistolar, ubicada en la Plaza de Cagancha, los resultados se tomaron con más mesura, pues en este caso los encuestadores no alimentaron falsas esperanzas. Desde un principio se afirmó que la papeleta blanca no reuniría los votos necesarios y no hubo más remedio que aceptar la derrota.

Los aplausos de alegría se escucharon cuando se arriesgó una buena votación del Frente Amplio (en un primer momento no se descartó un triunfo en primera vuelta) y cuando la suerte del otro plebiscito parecía mejor encaminada.

Por esa carpa deambularon durante todo el día decenas de uruguayos que hace años viven en el extranjero y que en estas elecciones vinieron al país con la esperanza de poder sufragar mediante carta.

Jorge Fraga, un uruguayo que vive hace 10 años en Venezuela, era uno de ellos. La decepción estaba bien marcada en su rostro después de los primeros anuncios, pero igual se mostró reacio a dar todo por perdido. "Seguiremos con nuestro trabajo. No vamos a aceptar de ninguna manera que se nos siga diciendo que no podemos votar. No somos menos uruguayos ni estamos de espaldas al país", declaró con una bandera del Frente Amplio en sus hombros. "Nosotros pensamos que es un derecho que nos corresponde y como somos uruguayos, y esa es nuestra costumbre, seguiremos luchando hacia lograrlo", agregó y remarcó que si no se logró esa posibilidad en esta instancia, se insistirá para llegar al objetivo en otra oportunidad. "Nosotros queremos ser parte de la construcción de un Uruguay mejor y no creo que un Uruguay mejor sea posible con un grupo 600.000 uruguayos que tienen cercenados sus derechos", insistió Fraga, que además es integrante del Consejo Consultivo de Caracas por voto epistolar.

Teresa Regulez, integrante de la comisión que impulsó el plebiscito manifestó que hubo muchos uruguayos que vinieron desde el exterior "a votar convencidos de que el voto epistolar había que sacarlo adelante". Dijo que incluso para muchos de los uruguayos de la diáspora este voto estaba por encima de las elecciones nacionales. Los detractores argumentaron en todo momento que esta forma de votación, por correspondencia, debilitaría "gravemente la seguridad y la pureza del sistema electoral vigente".

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