Dos estilos y liderazgo doble

José Mujica inicia un mandato con fuerte respaldo pero con un Tabaré Vázquez que seguirá administrando y haciendo valer su capital político

Compartir esta noticia
 20091129 600x318

ALEJANDRO NOGUEIRA

Un nuevo estilo presidencial quedó instalado desde ayer. José Mujica es muy diferente a Tabaré Vázquez y lo es también del perfil de otros presidentes uruguayos. También la izquierda será diferente: serán dos sus liderazgos.

Mujica basó buena parte de su campaña de las últimas semanas presentándose como la continuidad de Vázquez y destacando sus logros en el período que expira. Pocos son los avisados e informados que creen que esto sea así: el discurso del líder del MPP antes y durante las internas y en el primer tramo de la campaña a octubre fue otro: más izquierda, más proactividad estatal, y avanzar en temas que el gobierno de Vázquez no pudo o no quiso hacer, entre ellos la reforma del Estado, normas más restrictivas ante la extranjerización de la tierra, apoyos efectivos a los pequeños productores del campo y medidas más profundas contra la pobreza y la indigencia.

El dedo. Las relaciones entre Vázquez y Mujica comenzaron a complicarse cuando el mandatario definió su preferencia por Danilo Astori para la sucesión y se fueron agravando mientras el presidente alentaba o dejaba crecer el movimiento por su reelección.

Por entonces Mujica mantenía en la ambigüedad sus aspiraciones políticas, se declaraba "viejo", chacarero vocacional, e indiferente ante la carrera presidencial. Pero seguía representando casi un tercio del electorado de la izquierda y explotaba a fondo su carisma mediático.

Mujica creció apoyado en los medios de comunicación -aunque periódicamente los cuestione- porque fue un personaje político rendidor en términos periodísticos. Como líder político encarnó el antihéroe, aunque abrevaba de las mejores tradiciones cuadillistas de la historia uruguaya. Vázquez en cambio cuidó y dosificó en extremo su exposición pública y hasta despeinado por el viento en un acto público lucía acicalado y pulcro.

El dedo presidencial se posó durante meses sobre Astori presionando el plato de una balanza izquierdista que siempre basculó entre la moderación y el radicalismo, entre lo pequeñoburgués y lo proletario, según los códigos tradicionales de la izquierda. Pero esto también había cambiado: los dueños de la pancarta obrera (el Partido Comunista, en alguna medida el Partido Socialista, los trotskistas y maoístas y otros grupos hoy en extinción) libraban en los 60 y los 70 batallas contra los "mencheviques" de la izquierda vernácula pero sobre todo con la pequeñoburguesía radicalizada cuyo exponente máximo eran los tupamaros. Aguas abajo, en la pos dictadura, las cosas fueron cambiando y solo quedaron, de un lado, los "revolucionarios" y del otro los "socialdemócratas reformistas".

Teléfonos. La decisión de Vázquez a favor de Astori ignorando la creciente fuerza de Mujica y sus aliados desencadenó un tiempo de saetas retóricas, llamadas telefónicas frustradas o exitosas, y abrazos que se demoraban más de la cuenta.

El doble liderazgo en la izquierda quedó instalado y de nada sirvió que Vázquez anunciara en El Observador que se iba a tomar un tiempo sabático para dedicarse a la oncología.

Ese anuncio no fue acompañado de un compromiso público de salir de escena en términos políticos. Poco después, el senador Reynaldo Gargano reinstaló el tema y anunció que el mismísimo Vázquez le dijo que se mantendría en la palestra política. Vázquez anunció que escribirá un par de libros, que hará cursos de especialización en Estados Unidos, que participará en congresos y conferencias de su especialidad. Todo esto puede ocurrir, efectivamente, lo que no indica que Vázquez se retire de la política y, a la vez, que cuando sea ex presidente sea valorizado como interlocutor por parte de la oposición. En este sentido ha sido significativo el reconocimiento de Luis Alberto Lacalle a la figura de Vázquez (y viceversa) y la ausencia completa de relación y piel del líder blanco con el próximo mandatario.

Desencuentros. La tirantez entre Vázquez y Mujica se explicitó en toda su dimensión en noviembre de 2008 cuando a propósito del auge del movimiento reeleccionista Mujica se quejó del silencio de Vázquez sobre el tema y le recordó que había teléfonos para comunicarse.

Mujica dijo estar "dolido" por el silencio de Vázquez con respecto a la reelección.

"Hace un par de años nosotros lo habíamos planteado (la reelección), pero el presidente fue terriblemente tajante en aquel tiempo. Yo sé que en la vida se puede cambiar, y está bien, no reprocho que se cambie, pero preferiría enterarme por boca del presidente", dijo Mujica en Canal 4.

La respuesta de Mujica y sus aliados fue, más tarde, demoledora: el congreso de la coalición lo ungió candidato oficial, relegando al delfín al tercer puesto, y votó luego un programa duro que se fue desdibujando durante la campaña, pero quedó allí, blanco sobre negro, para ser exhumado llegado el momento.

No fue esta la primera derrota infringida desde Mujica y sus aliados: el TLC con Estados Unidos que prohijaban Váz-quez y Astori tampoco prosperó. Aunque buena parte del protagonismo de esta marcha atrás tuvo al entonces canciller Gargano los festejos se multiplicaron en las filas del MPP y del Partido Comunista.

El punto alto de la tensión entre ambos líderes fue cuando se divulgaron los contenidos del libro Pepe Coloquios en los que Vázquez marcó fuerte sus discrepancias, no disimuló su enojo y calificó de "estupideces" varios de los comentarios del líder del MPP.

Estaba en Estados Unidos y se esperaba a su regreso un encuentro entre ambos líderes para limar asperezas y mandar una señal más amigable a la ciudadanía. Pero la reunión no terminaba de concretarse y se demoró varios días hasta que Mujica fue, forzadamente, a la salida del buque Capitán Miranda para sacarse la foto de un abrazo tieso y sin afecto con el Presidente.

Un nuevo abrazo se verificó el pasado 16 de noviembre en la inauguración del Parque Seregni, un poco más efusivo. Si en esas semanas hubieron reuniones, diálogo entre ambos líderes, el asunto se mantuvo en secreto.

Dos estilos. El mandatario saliente realizó una gestión menos bonapartista de la que podía esperarse en 2004, manejó las tensiones internas, supo alejarse o aparecer en momentos adecuados y se mantuvo en una postura abierta y dialoguista ante la oposición, más aparente que efectiva. Administró su imagen, la asoció a conceptos positivos como el Plan Ceibal, el deporte, la lucha contra el tabaco y el "knok out" a las drogas.

Mujica en cambio transitó todo el tiempo en medio del barro de la cancha, arriesgando mediáticamente, contradiciéndose, mostrando aristas sorprendentes y generando adhesiones y rechazos casi fanáticos entre los ciudadanos.

El nuevo presidente prometió ser un negociador, quiere ministerios cruzados en lo que respecta a los sectores de la coalición y buscará incluso incorporar a figuras de la oposición al gabinete. Seguramente procurará, al menos, que blancos y colorados integren los entes. Pero estas intenciones cristalizarán o no en las próximas semanas.

Durante el tiempo preelectoral, desde la campaña de las internas al balotaje de ayer, Vázquez supo entrar y salir de su papel de presidente -aséptico o en campaña- sin caer ni en la indiferencia ni en el proselitismo desembozado a favor del Frente Amplio y se mostró más cuidadoso en defender su gestión que en ensalzar a Mujica. Presumiblemente durante un buen tiempo el actual mandatario se mantenga apoyando al presidente electo y al gobierno del Frente Amplio. Pero no dejará de hacer su juego.

Vázquez seguramente dosificará su gravitación política: dejará el poder con más de 70% de aprobación de su gestión y con una popularidad 10 puntos por encima de la de Mujica de acuerdo a las mediciones de Equipos Mori (ver infografías). Se trata de un capital político que difícilmente sea dejado atrás por quien hace veinte años está en la carrera política.

En 2014 Vázquez tendrá 74 años, casi como Batlle cuando asumió (73), apenas uno menos que Lacalle dentro de cinco años. Y Mujica tendrá 80. Esto supone que en las próximas elecciones el candidato presidencial puede volver a ser Vázquez, puede ser un Astori también de 74 años o, quizás, una figura de recambio que despegue en los próximos años.

"No reprocho que se cambie, pero me gustaría enterarme por boca del presidente", dijo Mujica en el pico del reeleccionismo.

La popularidad según los estratos sociales

No hay estudios que midan la aceptación de José Mujica de acuerdo a los niveles socio-económicos de la población uruguaya, aunque resulta de evidencia empírica su arraigo en los sectores más pobres y que caló más que ningún otro líder de la izquierda en el país rural.

La evaluación de la votación del FA por estratos sociales realizada por Equipos Mori en tiempos de la campaña hacia octubre mostró que en los estratos bajos el 40% votaba a la coalición de izquierda y el 47% a los partidos tradicionales. En la zona media-baja del espectro social la situación entre el Frente Amplio y los partidos históricos se emparejaba en el 43% y la coalición de izquierda vota mejor que blancos y colorados sumados en la clase media y media alta (48% a 39% y 48% a 40%, respectivamente). Equipos agregaba en su informe que en el sector de mayores ingresos (apenas el 3% de la población) la situación es favorable a los partidos tradicionales: 56% a 33%.

También de acuerdo a estudios de Equipos, los altos niveles de aprobación de la gestión de Tabaré Vázquez se distribuyen de manera más pareja, por encima del 60%, pero que se eleva considerablemente el los sectores medios y altos de la población en materia de ingresos.

De acuerdo a esta medición, la aprobación de la gestión de Vázquez se ubicó entre el 61% y 63% en los grupos sociales medio bajo y bajo, pero sube al 68% en la clase media y al 67% en los segmentos medio alto y alto. Paradojalmente la desaprobación mayor al gobierno del actual mandatario es del 20% para el sector medio bajo y del 21% para el grupo de menores ingresos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Incendio en la habitación de un hotel en Tres Cruces.
0 seconds of 13 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Next Up
Precipitaciones acumuladas en tres horas entre el domingo y el lunes
00:18
00:00
00:13
00:13