La Fundación Manantiales informó que el número de pacientes de clase media que consultó por adicción a la pasta base creció un 800%. Desde la Junta Nacional de Drogas se señaló que las cifras no tienen validez como estadística de consumo.
En la jornada de ayer, la fundación Manantiales difundió estadísticas acerca del consumo de pasta base en adictos de clase media, relevadas entre el público que asistió al centro privado de tratamiento de adicciones a las drogas entre 2002 y 2009.
De las 3.132 personas que pasaron por allí entre 2002 y 2009, 1.258 fueron ubicadas por el centro como pertenecientes al sector socioeconómico medio, definido por la fundación a partir de indicadores como el monto percibido en el núcleo familiar del adicto, necesidades básicas satisfechas, tener uno o ambos padres asalariados, contar con asistencia médica privada y vivienda propia o alquiler con servicios esenciales.
Dentro de ese grupo, el estudio señala que el número de adictos que van al centro a tratarse por dependencia a la pasta base aumentó de un 5% en 2002 a un 40% en 2009. "Es decir que hubo un crecimiento del 800% del uso de PBC (pasta base de cocaína) en adictos de clase media", afirma el texto.
"Esto rompe el mito que había antes que señalaba que la pasta base sólo era usada por sectores más marginados. Antes se la vinculaba con la periferia, el corredor de Montevideo. Toda la gente dice `la pasta base es un problema de la periferia`, queda como si no fuera un problema de Pocitos, ni de Carrasco o de Parque Rodó", comentó a El País el director del centro, Pablo Rossi. El documento también señala que "ya no queda barrio donde no existan al menos 5 bocas de expendio de pasta base", algo que según Rossi, se concluye a través del contacto con los adictos.
Consultado por El País, el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, salió al cruce de esas cifras y señaló que el estudio "no tiene validez desde el punto de vista estadístico y no es representativo de un consumo".
Romani recordó que en la cuarta encuesta de consumo de drogas en jóvenes de enseñanza media -en la que fueron encuestados más de 4.000 liceales de institutos públicos y privados- la cifra de consumo de pasta base se mantiene a niveles marginales que no superan el 3% de los estudiantes. La encuesta, presentada hace pocas semanas, representa a un 65% de los jóvenes uruguayos.
"Una opinión que tiene la fundación Manantiales no es representativa de ningún estudio vinculado a la población general. Es la visión de un centro privado de los ingresos de adictos que tiene una población realmente restringida y por eso tiene un margen muy aleatorio. Para afirmar que en un segmento de la sociedad de la clase media sucede tal o cual cosa habría que tener estudios epidemiológicos; se necesitan 4.000, 5.000, 6.000 casos como los que recabamos nosotros para tener resultados pertinentes. Esto no me parece serio. Y si forma parte de una estrategia comercial de un centro privado, no me parece que tenga responsabilidad social. Hay que manejar las cosas en forma prudente, y no generar alarma e inquietud en la población", añadió Romani. "Entiendo que se les haya incrementado el número de pacientes que consumen pasta base en estos años, pero de ahí a sacar conclusiones generales me parece que hay un paso", finalizó.
OTROS ENFOQUES. Al comentar los resultados de la investigación asociados al acceso al consumo de pasta base, Rossi también declaró que "hay aspectos peligrosos de drogas como la marihuana, que son sustancias que pueden servir de puente para drogas mayores. Y es una realidad que desde la Junta Nacional de Drogas se ha querido minimizar ese tipo de consumo. A nosotros nos encanta el progresismo, pero hubo una política anterior muy permisiva con las drogas, los folletos de Consumo Cuidado son un ejemplo. Lo que hacían esos folletos era facilitar una reducción del daño al consumir. En un país como España eso podrá funcionar, pero no se puede copiar aquí. Se le indica a la gente cómo fumarse un porro sin quemarse un dedo. Favorece el consumo", afirmó.
Romani también respondió a esta cuestión: "el enfoque de la Junta es multifactorial. Hemos puesto especial atención en el tema de la marihuana, y de ninguna manera lo minimizamos. Lo importante son los vínculos que hombres y mujeres construyen con las sustancias. Muchas intervenciones del enfoque de reducción de daños son malinterpretadas. Hay drogas como el tabaco con las que no se aplica reducción de daños sino que se busca el abstencionismo. Se ha demostrado que el tema drogas tiene cierta complejidad y no se resuelve tan sencillamente como ciertos predicadores lo piensan".
Delinquir para comprar
El informe de Manantiales señala que la pasta base no es "una droga de inicio". Más de un 80% de los adictos problemáticos a la pasta base que pasaron por la fundación reconocieron haber llegado a ella después de haber consumido marihuana.
El alcohol es otra de las puertas de entrada principales al consumo de este tipo de droga. Más de un 50% de los adictos tratados en el centro lo utilizaron como sustancia previa.
El relevamiento de la institución señaló además que del total de consumidores de pasta base, un 96% delinquió alguna vez para comprarse droga y un 94% lo hizo varias veces.