1/1:  20100125 600x373 ()

CARLOS REYES

El Teatro Solís viene promoviendo la presencia de espectáculos de teatro argentinos de muy buen nivel en su sala. A partir del jueves tendrá lugar la presentación de "Ala de criados", la última obra del talentoso dramaturgo Mauricio Kartun.

Hijo de un judío y una cristiana, Kartun dice que en ese doble origen está su tendencia a lo conciliatorio. También su formación teatral se vio favorecida por las diferencia entre sus padres: su padre lo llevaba de chico al teatro de revista y su madre a ver comedias. Además, unos tíos progres lo iniciaron en el teatro independiente. Dicen que Narciso Ibáñez Menta le dedicó una frase en una función de El fabricante de piolín: "Si la criatura no se calla yo no continúo".

En la librería de barrio Mickey tomó contacto con los autores que lo formaron: Melville, Salgari, Defoe, Quiroga, Arlt. Un pacto con su profesor de italiano le fomentó su gusto por la lectura y la escritura: "Mientras no me moleste, que haga en clase lo que le cante".

La muerte de su padre lo llevó a hacerse cargo del puesto en el Mercado de Abasto, mientras suma a su pasión por la escritura, el interés por la interpretación. "Como en dramaturgia no se consiguen novias, empiezo a estudiar actuación", recordará.

Su primer teatro fue netamente militante. Luego la dictadura lo llevó a buscar trabajo como actor en películas baratas, integrando la corte bufa de Porcel y Olmedo. Pero su literatura resurge con las primeras luces de la apertura política, con títulos que el director uruguayo Carlos Aguilera difundió en Montevideo, como Chau Misterix o El partener.

En esta última, padre e hijo forman un dúo decadente de recitado y zapateo por peñas y parrilladas. A través de esos dos personajes, el autor jugaba con los modos de interpretar la tradición criolla, con ese juego de espejos que suele ser la recreación de lo gauchesco, la búsqueda de unas tradiciones que se van perdiendo.

Ante esas y otras obras, que lo ubicaron como uno de los grandes dramaturgos argentinos de las últimas décadas, Kartun sorprendió con un nuevo registro, que conservando temas y enfoques, renovó su teatro. Un buen ejemplo de esa última etapa es El niño argentino, que con el rol protagónico a cargo de Mike Amigorena, se presentó en el Solís en 2008.

En ella el escritor había refinado al máximo sus elementos expresivos. Para empezar, porque la obra era en verso, hecho que le daba además toques de humor. Y según expresiones del propio autor, el verso, antes que limitar su capacidad expresiva, las multiplicaba, puesto que le obligaba a potenciar las expresiones, términos y vocabulario.

En El niño argentino un joven y malcriado patricio era el pretexto exacto para describir a toda una clase social, y si bien la obra ubicaba su acción en otros tiempos, las referencias al presente eran evidentes, promoviendo un análisis de ambos períodos históricos. Un enorme telón de fondo pintado subrayaba esa intención de reflexionar sobre la tradición y el pasado.

La multipremiada Ala de criados toma algunos elementos de El niño argentino, como ser el interés por reflexionar sobre el patriciado y su rol en la evolución histórica de Argentina. Pero lógicamente agrega otros, como una meditación más honda aún sobre las dinámicas entre las clases sociales, especialmente entre la clase media y la alta.

Para eso, el autor ubica la ficción en 1919 en Mar del Plata, concretamente en un club de tiro a la paloma frente al mar. Allí un grupo de primos se siente como amparado de lo que está ocurriendo, a la vez que un servidor de ellos representa a esa clase media siempre dispuesta a aceptar incondicionalmente los valores del patriciado.

En ese sentido, el autor ha señalado la relación del tema con el presente. "Es como una condena a lo Sísifo, aquello de tener que subir la piedra hasta la punta de la montaña para que vuelva a caer. Estar condenado a subirla y que caiga por siempre. Creo que cierta clase media es incorregible: su mirada fascinada sobre los valores de la clase alta, su odio a lo que ella odia, y su ceguera en relación con el daño que esto le produce", reflexiona Kartun.

Pero el autor no pierde la capacidad para entretener en esta meditación sobre las sociedades de hoy, haciendo de este espectáculo un doble acontecimiento político y artístico.

El jueves a las 21.30 horas se estrena en el Teatro Solís Ala de criados, obra que ganó entre otros el premio Clarín 2009 al mejor espectáculo del circuito off y al mejor autor nacional. El espectáculo irá en siete funciones, viernes y sábado a las 21.30 horas y el domingo a las 20 horas, dando la última el domingo 7 de febrero. Las localidades cuestan $ 250.

El prestigioso dramaturgo argentino dictará además un seminario, titulado Desmontaje de un proceso creador, que está dirigido a artistas, estudiantes y docentes de teatro.

El mismo será en la Sala Zavala Muniz y para asistir hay que haber presenciado alguna de las funciones de la obra.

Las inscripciones se realizan llenando un formulario que hay en la página web del teatro: www.teatrosolis.org.uy, y enviándolo por mail a: educacion@teatrosolis.org.uy. El plazo vence mañana.