Herreristas reclaman a Alianza que pare las críticas públicas a Lacalle

05/03/2010, 03:14

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SEBASTIÁN CABRERA

El pronunciamiento del secretario general de Alianza Nacional, Eber Da Rosa, crítico con la figura de Lacalle y con el perfil actual del Partido Nacional, ha generado rechazo en la UNA y silencio en su sector. Larrañaga no desautorizó a Da Rosa.

La "autocrítica con sentido constructivo" de Da Rosa, expresada a través de un documento enviado a Jorge Larrañaga y otros dirigentes del sector, se suma a los dichos del candidato a la IMM, Javier De Haedo, de la semana pasada en el lanzamiento de su campaña, cuando afirmó que el menú electoral de octubre (con Luis Alberto Lacalle como candidato) no "gustaba" en Alianza y "fue el peor" que pudo presentar el Partido Nacional porque "se alejó del centro".

Así, Alianza pretende "despegarse" de la imagen de Laca-lle, en el medio de una disputa electoral. Desde Unidad Nacional (UNA) afirman que no es el momento de la autocrítica y también manejan que Da Rosa pretende marcar "perfil propio" dentro de Alianza.

Da Rosa dijo a El País que el documento, elaborado en enero, servirá como insumo para cuando se haga la autocrítica partidaria, luego de las municipales de mayo. "El presidente del Directorio me ha dicho que eso se hará luego de las elecciones" municipales, dijo Da Rosa.

En Alianza no hubo expresiones públicas de respaldo a Da Rosa y, con menos intensidad que en la UNA, admiten que el análisis vendrá luego de mayo. Algunos dirigentes -como el senador Carlos Moreira- se enteraron del documento el 25 de febrero, cuando el semanario Búsqueda publicó un fragmento. Desde UNA aseguran que Larrañaga estaba al tanto del documento y recuerdan que no ha desautorizado públicamente a Da Rosa.

En el texto, Da Rosa define a Lacalle como "un político poco sensible y poco proclive a la cuestión social y a los problemas de los sectores populares". Pero también dice que "más grave" ha sido el "conservadurismo" que "ambientó el resurgimiento del factor Lacalle" y la visión de "elite" que predomina en el partido (ver nota aparte).

Da Rosa afirma que se precisa un "cambio de mentalidad" y advierte "un futuro complicado" para el Partido Nacional por el "auge" de los colorados.

DIFERENCIA. La dirigencia herrerista rechaza la autocrítica "adelantada" de Da Rosa. "Tenemos que llegar a la raíz del Partido Nacional, en un análisis meticuloso, serio, profundo, de principios. Estamos adelantando esos tiempos porque el Directorio había decidido realizarlo luego de mayo", dijo el senador Gustavo Penadés.

"El camino elegido no es el mejor. Puede interpretarse co-mo una pasada de factura menor ante la trascendencia de los desafíos que debemos enfrentar", indicó Penadés. Un argumento repetido por varios dirigentes de la UNA es el "error estratégico" de convertir a la campaña municipal "en unas elecciones internas".

En esa línea, el diputado herrerista Pablo Abdala afirmó que "el análisis profundo del Partido Nacional será luego del 9 de mayo. Y decir que con otra presentación electoral hubiera sido distinto el resultado, es imposible de saber. Esto va más allá de las figuras: tenemos un problema sociológico, de lenguaje y comunicación con la sociedad".

A la candidata a la IMM por la UNA, Ana Lía Piñeyrúa, le molesta que se mezcle la campaña municipal con la interna. "Esta no es una elección interna. Las internas fueron en junio y las próximas serán en 2014. Ahí se dirimirán los perfiles de cada grupo, es un tema laudado. Los candidatos tenemos que concentrarnos en los problemas del departamento", advirtió Piñeyrúa, y rechazó las referencias de De Haedo a la interna partidaria: "Los montevideanos no esperan que estemos en otra, sino centrados en los temas del departamento".

Lacalle, en tanto, dijo a El País que no hará comentarios públicos que "debiliten" la unidad del Partido Nacional. El ex presidente explicó que luego de las elecciones municipales se "procederá a hacer un análisis detallado y exhaustivo del proceso electoral desde las internas hasta las municipales".

Larrañaga dijo a El País que el documento de Da Rosa es de "reflexión interna" y se preocupó en aclarar que "no es un documento de Alianza". Consultado respecto a si apoya los comentarios de Da Rosa, Larrañaga no quiso responder.

Mientras, el diputado aliancista Jorge Gandini se desmarcó de Da Rosa y dijo que coincide con el documento "en algunas cosas y en otras no". Y se afilió a la tesis de la UNA: "Yo no abro opinión hasta el 10 de mayo, los debates deben ser luego de ese momento". Gandini piensa en un debate "abierto" con convencionales y militantes. "Y los dirigentes deben bancar lo que los militantes digan. No va más un partido que discute en ámbitos restringidos", sostuvo.

"No hagamos la del avestruz"

"Por más que a algunos sectores de la prensa les interesa que yo descalifique a (Luis Alberto) Lacalle, esto no pretende personalizarse en él", se defendió el senador aliancista Eber Da Rosa. Su visión "no se reduce a echarle la culpa a Lacalle, sino que es un tema bastante más complejo, donde hay factores económicos y socioculturales", advirtió el senador.

"El futuro aparece complicado para nuestro partido, seamos sinceros y no hagamos la del avestruz escondiendo la cabeza debajo de la arena. Es claro que el rejuvenecimiento y auge del Partido Colorado ya motiva hoy en sus dirigentes el propósito de desplazar al Partido Nacional de ser la fuerza alternativa al Frente Amplio en el escenario electoral", escribió Da Rosa.

Un táctico, pero no un estratega

Poco sensible | El documento de Eber Da Rosa expresa: "El Dr. Lacalle fue el candidato pero sería demasiado simplista pensar que es el único responsable. Lacalle es lo que es, lo que siempre fue y seguirá siendo, un político de raza, de gran temple, un gran táctico pero no un estratega, un hombre de innegable valía intelectual, pero un político de los tiempos de la Guerra Fría, rehén de los preconceptos y de una mentalidad propia de esa época. Aunque se esfuerce por mostrarse en sentido contrario, (es) un político poco sensible y poco proclive a la cuestión social y a los problemas de los sectores populares de nuestra sociedad".

Conservadurismo | "En mi concepto, más grave que la incidencia del factor Lacalle ha sido el conservadurismo que, como una especie de fiebre frente al hecho de que el Frente Amplio llegó al gobierno, brotó en buena parte de nuestra dirigencia y militancia partidaria", opina el senador blanco en su documento. Y explica: "Eso ambientó el resurgimiento del factor Lacalle. También porque no se ha entendido que en los tiempos políticos modernos no solo es importante el liderazgo, sino que también hacen falta equipos, mentalidad de trabajo en equipo en un partido en el que sobran los personalismos y las individualidades".