L. Nicrosi / E. Delgado
José Mujica, al ver que algunas de sus ideas estaban siendo cascoteadas desde el FA, formuló ayer un llamado a la "unidad" y le pidió a los legisladores oficialistas que le brinden el mismo apoyo que recibió su predecesor, Tabaré Vázquez.
Como primer paso, antes de que el bombardeo de críticas llegue a dañar los cimientos del gobierno, el presidente convocó para el martes 13 a los diputados del Frente Amplio a una reunión en la residencia oficial de Suárez y Reyes.
Allí, Mujica explicará, en primer término, su idea de promover un proyecto de ley que le otorgue "herramientas" a los jueces para aplicar la prisión domiciliaria a los presos mayores de 70 años. Esta iniciativa dejaría abierta la puerta para que cuatro de los militares y policías que están presos en la Unidad N° 8 -una cárcel especial para procesados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985)-, vayan a sus casas a terminar de cumplir la pena.
La mayoría de los grupos del Frente Amplio no quieren ni oír hablar de esta posibilidad.
Además, Mujica aprovecharía para explicar su posición a favor de la internación compulsiva de los adictos -otra iniciativa polémica en la interna del oficialismo-, y el uso de reservas del Banco Central para proyectos de infraestructura, una opción que no le cayó en gracia al equipo económico.
De estos tres puntos, el que más resistencia desata es el de la liberación de los presos mayores de 70 años.
unidad. Mujica -sin referirse explícitamente al tema de los presos mayores de 70 años- dijo ayer en su audición radical que el suyo no es un gobierno que "pecheree a nadie", por lo que no se dedicará a "enmendar a ninguno de nuestros eventuales compañeros, porque hemos luchado mucho por la libertad de conciencia". Agregó que nunca puso "condiciones" ni pidió "precio", porque "nada es mejor que la libertad y nada es mejor que la unidad, la unidad que no se impone sino que se da, que se ofrece".
"Durante los últimos cinco años hemos acompañado constantemente al compañero Tabaré Vázquez en todas y cada una de sus decisiones. Tres años como ministro firmamos todas las leyes que surgieron del gobierno, lo hicimos con imperativo de conciencia", dijo el presidente.
Acotó que también acompañó "a pie firme" a Vázquez "en un trago fuerte": la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, "que no era para nada simpático, pero era una obligación de Estado que tenía el compañero Tabaré Vázquez".
La reacción de Mujica surgió luego que el Partido Socialista, comunistas, dirigentes de la Vertiente Artiguista, la Alianza Progresista, el Nuevo Espacio y el PVP, entre otros, adelantaran que votarían en contra de la propuesta que habilitaría la liberación de ex represores.
En el MPP -el sector mayoritario del FA y sostén político de Mujica- las aguas están dividas. La CAP-L, liderada por el senador Eleuterio Fernández Huidobro, acompañarían la propuesta.
Presidente de todos. El lunes la Mesa Política del Frente Amplio debatirá las acciones que llevará adelante el conglomerado para anular la Ley de Caducidad. Integrantes de la dirección de la izquierda afirmaron que en el marco de esa discusión se hará referencia a la iniciativa del mandatario de liberar a los presos mayores de 70 años. Entre tanto, la mayoría de los referentes sectoriales de la coalición consideraron innecesario el llamado de "unidad".
El secretario general del Partido Socialista, Eduardo Fernández, dijo a El País que "el gobierno de Mujica es nuestro gobierno y vamos a acompañarlo". No obstante, Fernández opinó que "debe utilizarse la libertad y respetarse las mayorías dentro del Frente Amplio, dentro del programa y los principios". El dirigente socialista dijo que el presidente "tiene la libertad de tener su opinión y eso no quiere decir que se generen controversias. Lo que planteó (sobre los militares) no es compartido por el Partido Socialista, pero siempre tendrá nuestro respaldo".
Por su parte, el secretario general del Partido Comunista, el senador Eduardo Lorier, ratificó la posición de su partido a favor de "verdad y justicia", pero se excusó de opinar sobre la liberación de los ex represores.
En cambio, el senador Enrique Rubio (Vertiente Artiguista), insistió en que dejará su banca si se promoviera una iniciativa que beneficiara a los uniformados presos. "Lo que dije lo dije", precisó, y al igual que Fernández dijo que Mujica cuenta con el apoyo de la coalición. "No está en cuestión el respaldo al presidente. Hubo un intercambio concreto sobre un tema que expresa la sensibilidad del presidente".
En una línea similar, el senador Carlos Baraibar (Asamblea Uruguay), dijo que "el factor de unidad en el gobierno de Mujica es igual que en el gobierno anterior. No hay ningún problema, tiene todo el respaldo".
Competencia. El senador Ernesto Agazzi (MPP) dijo que si el proyecto sobre la prisión domiciliaria llega al Parlamento se pronunciará pero no debatirá sobre "un fantasma".
En cambio el diputado Esteban Pérez, también del MPP, consideró que varias de las críticas a Mujica forman parte "de la competencia electoral por las elecciones municipales". Pérez admitió que la iniciativa sobre los militares genera "contradicciones" en el propio MPP, y advirtió que Mujica "no ha dado ninguna instrucción" para redactar el proyecto.
A diferencia del Frente Amplio, en la oposición la idea de Mujica de liberar a los mayores de 70 años fue bien recibida. Blancos, colorados e independientes, dijeron que la votarían.
Prisión domiciliaria responde a razones "humanitarias"
A diferencia de la posición de la mayoría de los dirigentes del Frente Amplio, legisladores del Partido Nacional, Partido Colorado y Partido Independiente están dispuestos a apoyar un proyecto de ley que extienda el beneficio de la prisión domiciliaria a los procesados por violación a los derechos humanos mayores de 70 años.
El senador Gustavo Penadés (Unidad Nacional) dijo a El País que para fijar su posición debía conocer el proyecto. No obstante, afirmó que "comparte las afirmaciones que ha escuchado por parte del presidente Mujica y de la ex ministra de Defensa, Azucena Berrutti".
"Hay un momento para dar vuelta la página y el presidente es un actor irreprochable para plantear el te-ma", dijo Penadés.
En la misma línea, el senador Eber Da Rosa (Alianza Nacional) señaló que "si el presidente impulsa ese proyecto para que los presos mayores de 70 años puedan tener prisión domiciliaria, estoy de acuerdo".
"Fui votante del voto verde y voté la papeleta por la anulación de la ley de Caducidad en octubre. Esto es una cuestión humanitaria y el criterio de Justicia no es confundirlo con venganza. Si el presidente impulsa el proyecto estoy de acuerdo en votarlo", aseveró.
Por su parte, el senador Ope Pasquet (Vamos Uruguay) sostuvo que si se plantea la iniciativa, la votaría por razones "humanitarias".
"Cuando José Batlle y Ordóñez abolió la pena de muerte no se fijó en los condenados. Con muchísimo gusto acompañaría una medida de este tipo de carácter humanitario", acotó.
El senador José Amorín (Propuesta Batllista), dijo que primero quería conocer el proyecto, pero que le parecía "razonable" que los mayores de 70 años tengan prisión domiciliaria.
El diputado Iván Posada (Partido Independiente) opinó que "la edad hoy por hoy no es de por sí un elemento" determinante para otorgar el beneficio de la prisión domiciliaria. Sin embargo, consideró que "cuando existen razones de salud, sin duda" lo apoyaría por un tema "humanitario".