La ex administradora del Hospital Maciel, Lucía Zagía y el titular de la empresa Clanider S.A., Gabriel Leindekar, fueron procesados con prisión por el delito de fraude. La decisión fue tomada por la jueza Graciela Gatti.
Así lo anunció el abogado defensor Víctor della Valle a la salida del Juzgado.
El enjuiciamiento de Leindekar fue solicitado por la fiscal Mónica Ferrero, quien también pidió el procesamiento de Zagía.
La ex funcionaria se notificó el lunes 26 de abril sobre el requerimiento de la Fiscalía, pero Leindekar lo hizo el martes 27, ya que se encontraba en Buenos Aires por motivos laborales, según informó su abogado defensor, Víctor Della Valle, a la jueza Gatti.
La semana pasada, Leindekar fue interrogado por la jueza respecto a "algunos puntos que quería aclarar", dijo Della Valle. Tras escucharlo, Gatti dispuso que el empresario quedará a disposición de la sede judicial en condición de emplazado.
EL CASO. Tras las denuncias recibidas sobre una mala administración del servicio de limpieza del Hospital Maciel, la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) determinó la realización de una auditoría.
La principal conclusión de la misma es que la investigación "comprobó las irregularidades que en principio se sospechaban" sobre la sobrefacturación de la empresa de limpieza Clanider y la responsabilidad que le caben a jerarcas del Hospital Maciel, entre ellos la administradora, Lucía Zagía. Las carencias en el trabajo de Zagía no solo incluían la nula existencia de controles a la empresa Clanider, sino porque, de acuerdo a la auditoría, ordenó la compra directa de servicios e insumos a empresas "allegadas" a su persona, ignorando a las empresas que habían ganado licitaciones para ofrecer los mismos servicios para el hospital.
En la auditoria se habla que las compras que se ejecutaron de forma irregular van desde servicios de cerrajería hasta de equipamientos médicos.
La auditoría de ASSE también verificó que la empresa facturaba como horas de limpieza determinadas actividades socio-educativas que hacían sus empleados, por ejemplo, los cursos de capacitación en determinadas áreas.
Desde ASSE se definió esto como "algo absolutamente fuera de la legalidad, más allá de lo loable que puedan ser su finalidad", y agregaron que "el negocio estuvo mal planteado desde la oferta: la empresa puso un valor hora para cubrir determinadas actividades de limpieza y después no las pudieron cubrir".
También se consideró desde el organismo que la empresa "pasaba más horas de las que realmente hacía para poder tener el dinero para solventarse. Esto no es regular, porque si se pasan tantas horas es para que las cumplan en el hospital".
En total se facturó mensualmente durante cerca de un año, unas 4.000 horas más de las que se trabajaron. La auditoria también confirmó que Clanider pasaba al hospital para su facturación las horas trabajadas de personal que, según los pliegos licitatorios, eran de cargo de la empresa. Se trata de supervisores, contadores y asesores de Clanider cuyos gastos deberían correr por cuenta de la propia empresa. Entre el 1° de mayo de 2008 y el 31 de mayo de 2009, la empresa facturó al centro asistencial por este concepto 37.540 horas de trabajo por un total de $ 4.169.290
TCR. Por otra parte, el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) también realizó una auditoria y ratificó las irregularidades en la facturación de horas a Clanider y constató la falta de controles por parte de la dirección del hospital a los empleados de la firma.