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TEHERÁN | AFP, ANSA Y AP

Irán accedió a enviar la mayoría de su uranio enriquecido a Turquía para intercambiarlo por combustible nuclear, en un acuerdo alcanzado con la mediación de Brasil y Turquía que podría aliviar las tensiones por el disputado programa iraní.

En momentos en que aumenta la presión por parte de los países industrializados para que se impongan nuevas sanciones en contra de Irán, la República Islámica logró un acuerdo gracias a la mediación del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.

Tanto Brasil como Turquía son miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y se posicionan ahora como nuevos mediadores en la controversia por la fabricación o no de armas nucleares en territorio iraní.

"Fue acordado (...) que Turquía será el lugar para intercambiar" las reservas de uranio enriquecido por varas de combustible para un reactor nuclear de investigaciones médicas, anunció el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, en un canal de televisión estatal.

El presidente brasileño celebró la noticia que calificó como un triunfo de la diplomacia.

"Yo creo que la diplomacia fue la ganadora hoy. Fue una prueba de que es posible, con diálogo, construir la paz, construir el desarrollo", declaró Lula en su programa radial semanal "Café con el presidente", que fue grabado en la base aérea de Teherán antes de que partiera hacia España.

El canciller brasileño Celso Amorim aclaró que el acuerdo no resolverá las tensiones ni las dudas en torno al programa nuclear iraní, aunque lo consideró suficiente como para impedir la aplicación de sanciones internacionales, como han defendido potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos.

"Es un pasaporte para que pueda haber discusiones más amplias que crean confianza en la comunidad internacional, y al mismo tiempo, permita a Irán ejercer el derecho legítimo a la energía nuclear con fines pacíficos", expresó Amorim.

La iniciativa privaría a Irán, al menos temporalmente, de las reservas de uranio enriquecido que pueden ser procesadas a niveles aún más altos, necesarios para producir armas nucleares.

El material que obtendría Irán a cambio, en forma de varas de combustible, no podría ser procesado más allá de un nivel menor y más seguro que sí es apropiado para un reactor de investigaciones en Teherán.

El vicepresidente iraní, Ali Akbar Salehi, quien también preside la Organización de Energía Atómica de Irán, declaró que el acuerdo alcanzado ayer es histórico. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, destacó que el pacto implica que "ya no hay necesidad de sanciones de la ONU".

De todas maneras, Estados Unidos afirmó que el anuncio no detendrá su proyecto de endurecer las sanciones contra Irán. "No cambia los pasos que estamos dando para determinar las responsabilidades de Irán por sus obligaciones, que incluye las sanciones", indicó el vocero de la Casa Blanca Robert Gibbs.

El acuerdo se da en un momento de tensión por las actividades nucleares de Irán. Negociaciones anteriores dirigidas por Alemania y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad Nuclear -EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Rusia y China- han buscado que Teherán detenga su enriquecimiento de uranio, evitando que cuente con una posible vía para obtener armas nucleares. Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico.

El pacto que fue firmado ayer será entregado a la AIEA en un plazo de 7 días y ahora debe ser convalidado por los demás países.

Muchos de los detalles del nuevo acuerdo parecen ser los mismos de un plan creado por la ONU en octubre, que Irán terminó rechazando.

Teherán enviará la mayor parte de su uranio enriquecido -unos 1.200 kilogramos- a Turquía, donde será resguardado bajo la supervisión de funcionarios iraníes y de la ONU.

Si Irán no recibe el combustible en un lapso de un año, Turquía debería devolver de manera "inmediata e incondicional" el uranio.

Los firmantes se comprometen con el Tratado de No Proliferación y recuerdan el derecho de todos los miembros, sobre todo Irán, de producir y utilizar la energía nuclear civil y de enriquecer uranio con fines pacíficos.

Irán enviará 1.200 kilos de uranio débilmente enriquecido a Turquía un mes después que se ratifique el acuerdo. Irán y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) podrán desplegar observadores para vigilar las condiciones de seguridad de ese depósito.

El grupo de Viena se compromete a suministrar en un plazo de un año a Irán 120 kilos del combustible necesario para el reactor de investigación de Teherán.

Si no se respetan las condiciones del pacto, Turquía devolverá a Irán el uranio débilmente enriquecido que había sido depositado en Turquía.

Al alcanzar un acuerdo con Irán sobre el desarme nuclear, la diplomacia brasileña reforzó su rol internacional.

"Si se confirma que Irán acata ese acuerdo, Brasil habrá marcado un golazo de su diplomacia", opinó el profesor de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Marcelo Coutinho.

"El problema es que Irán cumpla lo que firma, otras veces no lo hizo", dijo por su parte Rubens Figuereido, especialista de la Universidad de San Pablo.

En los ocho años de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el carismático ex obrero metalúrgico de 64 años, Brasil ha conseguido una inserción internacional que nunca había tenido y las puertas del palacio presidencial y de la cancillería han recibido a los grandes líderes de la política mundial.

Si el acuerdo con Irán se confirma, Lula "termina su mandato con un enorme saldo positivo en su diplomacia y nadie se acordará de sus derrotas. Caso contrario, será el mayor fraude de las relaciones internacionales, solo superado por la guerra de Irak", precisó el profesor Coutinho. AFP

Al tomar una decisión sobre su política nuclear que debe ser ratificada por la AIEA, Irán puso la pelota en el campo de los occidentales y de Rusia.

"Irán, al aceptar la propuesta turca y brasileña, mostró su buena voluntad. Ahora, la bala está en el campo de los occidentales", comentó el jefe del programa nuclear iraní Ali Akbar Salehi al instar a Estados Unidos, Rusia y Francia a "dar una respuesta adecuada al ofrecimiento de cooperación de Irán".

En el mismo sentido se expresó el presidente Mahmud Ahmadinejad, que dijo que "espera" que las grandes potencias "acepten discutir" la propuesta iraní.

Sin embargo, el pacto "responde en parte" a la sugerencia que realizó en octubre la comunidad internacional, según dijo la alta representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Catherine Ashton.

En octubre, la AIEA pidió que la República Islámica enviara, como muestra de buena voluntad, 1.200 kilos de uranio (el 70% de las reservas al momento) a Rusia para que fueran enriquecidos en un 20% antes de ser transformados por Francia en combustible para el reactor de Teherán.

Pero desde entonces, Irán duplicó sus reservas de uranio ligeramente enriquecido y además inició en febrero la producción de uranio altamente enriquecido (al 20%), escandalizando a los occidentales.

Es por eso que en abril Estados Unidos subrayó que el ofrecimiento de la AIEA debía ser "actualizado" para tener en cuenta las nuevas reservas y las nuevas capacidades de enriquecimiento de Irán.

"La propuesta iraní no responde, técnicamente, al objetivo de la propuesta de la AIEA, la cual era obtener una pausa del programa nuclear iraní para permitir discusiones de fondo en un clima de confianza", consideró un diplomático occidental en Teherán.

Pero, reconoció, "va a ser difícil que los occidentales la rechacen políticamente porque está co-firmada por Brasil y Turquía, dos potencias emergentes influyentes que Irán parece haber unido a su causa". AFP