MATÍAS CASTRO
Jessica Simpson le acaba de ganar un juicio a una empresa llamada Speedfit. La causa radicó en que la empresa tenía un video en el que ella daba clases de gimnasia y lo habían puesto a la venta sin su autorización. Speedfit tendría que pagar más de 400 mil dólares a raíz de todo el lío. El negocio, como se ve, puede ser muy redituable para cualquiera de los dos, tanto para Jessica al ganar el juicio, como para la empresa si lograba poner a la venta el video.
Visto desde Uruguay, un lío así es casi de ciencia ficción.
El caso de Simpson es más bien excepcional en tanto que un video en el que una famosa aparezca dando clases de gimnasia es inocuo, sobre todo si se tiene en cuenta que lo más frecuente es escuchar noticias sobre famosas que se enfrentan a videos porno piratas. Más allá de lo que pueda sentir cada celebridad que enfrenta la aparición de un video porno, siempre el escándalo aporta promoción en todos lados y casi nunca esos videos son tan piratas como se dice.
Tenemos el caso de Kendra Wilkinson, que a sus 24 años es famosa en todo el mundo por haber sido "novia" del dueño de Playboy en el reality show The girls of the Playboy mansion. Se la ha visto desnuda en alguna edición de esa revista, y también en Internet y gracias a eso más su físico ha hecho su carrera y buen dinero. Pero ahora está horrorizada porque existe la posibilidad de que salga a la luz un video porno que filmó a los 18 años. "Me molesta porque la gente me va a juzgar", dijo en una nota con el canal E! y se pregunta por qué el video sale a la luz ahora que está casada y tiene un hijo. La respuesta que da el sentido común es que el video sale a la luz ahora porque ella lo hizo y construyó su fama gracias al sexo (aunque no hiciera pornografía directamente). "Me rompió el corazón", agregó la pobre Kendra, que debería aprender a hacerse responsable de lo que ha hecho. A diferencia del caso de Jessica Simpson, el negocio es menos visible, pero claramente está presente. Siempre está presente en estas historias.