Los 300 Jóvenes que hacen la diferencia

Seguridad. El jefe de Policía cuestionó la falta de capacidad de INAU para contener a los adolescentes infractores más peligrosos | Bonomi se comprometió a ayudar con personal policial

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RENZO ROSSELLO

La falta de contención de los infractores más peligrosos preocupa a la Policía. El jefe capitalino cuestiona la falta de capacidad del INAU para evitar fugas. Los delitos más violentos tienen a adolescentes con largo historial como protagonistas.

"Estamos preocupados por la falta de contención de menores. Nosotros sabemos que no son más de 300 menores que deberían estar presos, tenemos que decir las cosas como son, y con esos menores recluidos como deben estar la seguridad mejoraría en forma notoria", dice el jefe de Policía de Montevideo, Walder Ferreira.

"No estoy diciendo que desaparecería la delincuencia, porque esto no es así, pero el problema sería reducido sensiblemente y todos lo notaríamos", precisa el jerarca.

El malestar del titular de la Jefatura capitalina refleja, en buena medida, el que sienten los policías en cada comisaría o unidad de Investigaciones. Tal vez el caso más paradigmático sea el del adolescente de 17 años apodado "El Ricky" que fue internado en la Colonia Berro por su pertenencia a la "banda de la granada" y fugó poco después.

Los mismos funcionarios del Departamento de Hurtos y Rapiñas que lo habían capturado primero, volvieron a detenerlo el viernes en Malvín Norte, mientras buscaban a los autores del violento atraco a la pizzería de 8 de Octubre y Mateo Cabral (ver nota en pag. B2).

"La Policía es consciente de sus limitaciones, tenemos muchos problemas, lo sabemos. Pero salimos todos los días a buscar a estos muchachos, los detenemos y al poco tiempo volvemos a tener el problema en la calle", comentó el inspector Ferreira al ser consultado por El País acerca de este tema.

La Jefatura de Policía se viene planteando una reformulación de su estrategia para enfrentar una ola de atracos cada vez más violentos. Con ese fin el comando policial encomendó a la Dirección de Investigaciones realizar más tareas de "inteligencia", es decir, de compilación y análisis de información "y no tanto de presencia de policía uniformado en las calles", explicó el jerarca.

De hecho, algunas unidades como el Departamento de Hurtos y Rapiñas -la unidad de Investigaciones especializada en este tipo de delitos- reperfiló más su trabajo en este sentido. Otro tanto viene ocurriendo con el Departamento de Orden Público, sobre todo en su trabajo dirigido al combate a las bocas de venta de pasta base, ya que la Policía entiende que la presencia de drogas es una constante en la proliferación de delitos cada vez más violentos.

Sin embargo, el jefe policial señaló que todo este esfuerzo se ve muchas veces comprometido cuando otras instituciones, como INAU, no cumplen con sus cometidos en sus áreas de alta contención de menores infractores de peligrosidad.

"Hay autoridades que se tienen que hacer responsables por esto, yo sé que ellos también tienen muchos problemas pero aquí hay menores que cometen delitos muy violentos, como el que pasó el jueves en la pizzería, con armas de fuego de por medio", señaló Ferreira en clara alusión al instituto.

Los "problemas" por los que atraviesa el INAU, en particular en su área de adolescentes infractores, también fueron reconocidos por el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, que también expresó su voluntad de colaborar con el instituto.

"Donde hoy se están tratando no hay garantías, por eso hemos recibido una solicitud de apoyo por parte de las autoridades. Vamos a tener que incluir ese aspecto también en nuestro trabajo porque pensamos apoyar a las autoridades del INAU", señaló el ministro el viernes. Cabe recordar que la Policía presta asistencia al INAU, por ejemplo, en la guardia perimetral de la Colonia Berro y sus equipos de choque intervienen en casos de amotinamiento. La seguridad interna del establecimiento de contención, en cambio, está a cargo de funcionarios del instituto.

ENDÉMICO. El creciente número de rapiñas, el cambio en la forma de cometerlas -desde una fingida granada de mano, hasta el asalto a pizzerías y restaurantes con clientes- amenazan con convertir a esta modalidad en endémica.

Esto y la habitual participación de menores de edad en este tipo de delitos, fue uno de los problemas que primero llamó la atención del jefe de Policía al llegar desde Salto para asumir el cargo en marzo.

"Hay un gran porcentaje de los delitos cometidos por menores y es preocupante, por menores y por jóvenes, no culpemos de todo a los menores, porque entre los 18 y 29 años está la gran masa de los participantes de la mayoría de los delitos", había señalado el propio Ferreira hace pocos días a El País durante una entrevista.

Según los datos manejados por el propio jerarca policial, en Montevideo se comete un promedio de 10 rapiñas por día. Le sigue un alto número de robos por arrebato, delito que comporta a veces un grado considerable de violencia.

LAS TENDENCIAS. Lejos ya de los golpes cuidadosamente planeados, de delincuentes "profesionalizados", las modalidades delictivas actuales parecen más marcadas por lo inmediato de sus objetivos y por el empleo de un mayor grado de violencia. También se ha verificado un aumento de la modalidad de arrebato, forma de robo que muchas veces redunda en violencia hacia la víctima y es indistintamente practicada con la rapiña por muchos delincuentes. El actual jefe del Departamento de Hurtos y Rapiñas, el comisario Carlos Wilder Pérez, analizó este fenómeno en la revista "El Investigador", una publicación de la Dirección de Investigaciones presentada esta semana en la Jefatura.

"En los últimos tiempos se produjo un desplazamiento de los `antiguos delitos` hacia modalidades de menor riesgo para los delincuentes, como son los arrebatos. Ahora los delincuentes se organizan en grupos más chicos, son bandas de tres o cuatro personas, entre marcadores y arrebatadores", señala Pérez en el artículo. "Su riesgo es menor y van sobre seguro, tratando en algunos casos de evitar la rapiña, cosa que a veces se les dificulta cuando la o las víctimas se resisten, llegando a golpear e inclusive dispararle a las piernas para lograr su objetivo", explica el jefe de investigadores.

Y también apunta a la peculiaridad de las bandas que actúan en este momento.

"Ahora los grupos se arman y se desarman con más facilidad, ya que los mismos luego de trabajar varias veces juntos, los integrantes se separan formando nuevos grupos", indica Pérez.

REFORMULACIÓN. El combate al crimen organizado y, en particular, al minitráfico de drogas son dos de los extremos que impulsan la reformulación de algunas unidades policiales. De hecho, esto ocurre con la reformulación de la Oficina Central de Interpol que anexará una división de crimen organizado y para ello absorberá algunas unidades de la Jefatura de Policía montevideana, como es el caso de los departamentos de Delitos Complejos y de Delitos Económicos.

Según indicaron a El País altas fuentes del Ministerio del Interior, esto implicará para la Jefatura montevideana que sus efectivos se vuelquen más específicamente al combate de las bandas de rapiñeros, arrebatadores y vendedores de pasta base y otras drogas que actúan en la capital.

El comando policial viene discutiendo con el Ministerio algunas fórmulas que le permitan subsanar el déficit de personal. Se estima que para cumplir cabalmente la Jefatura necesitaría unos 1.000 efectivos más.

La cifra

10 Es el número de rapiñas que se registran en Montevideo por día, promedialmente, de acuerdo al jefe de Policía Walder Ferreira.

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