Un amante de la noche, los autos y las picadas

Caso Natalia. El joven de 25 años procesado por el homicidio compartía vivencias en Facebook Es hincha de Peñarol, católico, veraneante en Rocha y Punta del Este y organizada salidas con amigos | Así recuerdan a la joven de 19 años sus allegados

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D. FRIEDMANN Y V. RUGGIERO

Hincha de Peñarol, católico, salidor, aficionado a los autos y al tuning y veraneante en Punta del Este y Rocha. El joven procesado por el homicidio de Natalia Martínez compartía en Internet sus intereses y salidas.

Las "clandestinas", la "noche", el "corsita" y diferentes bebidas alcohólicas son lo que más se repite en el relacionamiento que R.B.B., de 25 años, procesado ayer por el homicidio de Natalia Martínez Bengoa, tenía vía Facebook con amigos y conocidos.

Lo último que publicó en el muro de esa red social fue que había "comprado" en su granja virtual un avión fumigador. Eso fue el domingo pasado.

Otros detalles aparecen en su presentación: es de religión católica, le interesan las mujeres, busca amistad, citas, una relación y contactos profesionales. Además, cursó la escuela en el colegio Santa Rita, en Carrasco.

En sus gustos musicales colocó únicamente Chandie, un grupo de música pop y electrorock. El fútbol es otro de sus intereses: es miembro del grupo "Yo soy hincha del Glorioso Club Atlético Peñarol". El 19 de mayo lo dejó en evidencia: "Manya campeón carajo!!!!!!!", escribió. Además, es miembro de grupos de fans de Yayo y la Teletón.

Las salidas nocturnas ocupan buena parte de su relacionamiento vía Facebook, con varias faltas de ortografía incluidas y giros típicos de los jóvenes de su edad como "Sabelo" o "Bo, qué sale gente".

Era de los primeros de su barra en promover ir a un boliche, en sus palabras, "romper la noche". El 29 de mayo, por ejemplo, contó que ese día "sale up solo". Up es un boliche en el Parque Rodó, que abrió en abril pasado, donde era el segundo piso de lo que supo ser W Lounge. Es para mayores de 21 años y la entrada cuesta $ 160.

Una semana antes, el boliche elegido había sido El Club, que está en el mismo local que Up pero en la planta baja. Allí el público es más joven, aceptan mayores de 18 años.

En esas salidas, R.B.B. lucía prolijo y solía vestirse siempre más o menos igual, según sus fotos: chaleco y camisa. En esas imágenes figura una y otra vez con chicas, amigos y alcohol. Incluso, subió una foto con un conocido humorista argentino.

El mismo mes había optado por In, un boliche ubicado en Parque Miramar. Fue un viernes de noche, después de un "asadito".

"eL CORSITA". Natalia Martínez se subió a un "auto bordó". Eso era en lo que coincidían testigos que la vieron salir sobre las 5 de la madrugada del 19 de enero de 2007 del boliche La Rinconada, en Piriápolis.

R.B.B. tenía un Chevrolet Corsa bordó, su "corsita" como lo mencionaba permanentemente en Facebook. Y le dijo a la Policía que esa madrugada se lo había prestado a un amigo. Al inculparlo, ese joven terminó por romper el código de silencio que había signado el caso.

En febrero de este año R.B.B. decidió vender ese auto. "Se va a extrañar el corsita!!!!!", escribió. En abril, publicó fotos de su "nuevo corsita", esta vez uno de color negro. "Felicitaciones... a disfrutarlo como el corsita anterior... siempre entonado y a fondo!!!", le escribieron.

Su afición por los autos es evidente. El 19 de enero contó en el Facebook a través de su celular que se estaba yendo a Rocha en un BMW descapotable de un amigo. "Recien llege lindo el bmw le falta mas motor!!!, escribió horas después. Además, había corrido carreras, adhería a eventos de tunning, como una fiesta que hubo a fin del año pasado y la Expo Tuning: San José Motor Show 2010, que se desarrollará el 17 de julio próximo. (Producción: Pablo Rossi).

Natalia: "un sol", amiga y sociable

Un sol. Ese fue el símbolo que usaron los amigos de Natalia Martínez para identificarse en el Messenger durante los 22 angustiosos días de búsqueda, desde su desaparición. Un sol. Así la describía su madre, Magdalena, mientras esperaba noticias de su hija en Piriápolis, aquel enero de 2007. Un sol. De esa forma la consideraban sus amigos y conocidos.

A sus 19 años, a Natalia le faltaban dos materias para terminar el bachillerato, que había cursado en el liceo Suárez. Le gustaban más las matemáticas que las letras y en 2006 había hecho un curso de auxiliar contable. Estaba a punto de comenzar un curso para aprender a manejar y, en los últimos años, se había revelado como una chica "muy sociable", superando los años de timidez escolar, según la describían sus amigos en 2007.

Era habitué de Piriápolis, buena amiga de sus amigas y le gustaba salir a bailar. Eso fue lo que hizo en su última noche: salió con tres amigas. Su hermana, Claudia, se preocupó cuando ya era tarde y ella no llamaba. Era lo que siempre hacía: avisar si llegaba tarde.

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