MATÍAS CASTRO
Grandin es una autista, autora de seis libros y una mujer cuyos estudios sobre el comportamiento del ganado vacuno cambiaron la producción de empresas del tamaño de McDonalds. Mañana a las 20 hs. HBO estrena un film sobre su vida.
Con catorce nominaciones a los premios Emmy, esta nueva película biográfica producida directamente para televisión por HBO llega precedida de aplausos de la crítica dirigidos particularmente a Claire Danes, la protagonista. "No podía creer la manera en la que me interpretó. Fue como viajar hacia atrás en una rara máquina del tiempo", confesó la verdadera Temple Grandin, de 62 años.
Su alusión al viaje en el tiempo es porque la película se ocupa de su vida durante los cincuenta y hasta los años setenta, cuando su autismo todavía no había sido tratado y ella era muy distinta a lo que es hoy. Antes de ver la película vale la pena entrar al portal YouTube y buscar el documental The woman who thinks like a cow, o La mujer que piensa como una vaca. Si bien ese título parece ofensivo a primera vista, hace referencia a uno de los dos mayores motivos por los que Grandin es una celebridad: su aporte al tratamiento del ganado.
En los primeros minutos se puede ver a la verdadera Grandin acostándose en el suelo entre las vacas, mientras los animales la rodean. Ese punto de contacto con los animales la ayudó a salir de su autismo y la llevó a diseñar un sistema de conducción de las vacas que les disminuye notoriamente el estres antes de ir al matadero. "Tenemos que darle a los animales una vida decente y una muerte indolora. Les debemos respeto", dijo. Precisamente como autora de este sistema de pasillos ondulados y más, es que empresas como la mencionada cadena de hamburgueserías y muchas otras la han contratado como asesora.
"Grandin se ha convertido en una persona sofisticada y se adaptó a un comportamiento normal", decía Danes, nominada a los Emmy por su actuación aquí. "Creo que la principal diferencia está en la ansiedad que ella tenía en ese entonces. Era abrumadora".
La verdadera Grandin tuvo que apelar a la medicación y a un larguísimo trabajo de autosuperación para llegar al punto en que está hoy. Indudablemente, ese proceso no fue solamente una cuestión familiar ya que, como ocurre muy a menudo en Estados Unidos, el potencial que tenía fue debidamente explotado. Los libros llevan su firma, pero no es secreto que las editoriales contrataron a editores y escritores fantasmas que asisten a los que luego firman, en los casos de que el supuesto autor necesite asistencia para hacer libros voluminosos y tenga historias potencialmente redituables para contar. Por otro lado su sistema para el ganado fue debidamente patentado y comercializado con el respaldo de gente que luego se benefició de ello.
Comparaciones. Igualmente la recomendación sobre el documental en YouTube, antes de la película, responde a que ofrece la posibilidad de ver a Grandin hablando y ofreciendo conferencias. "La gente a mi alrededor era transparente y ningún sonido se metía en mi fijación", dice ella. También vale la pena ver las sinopsis de la película de HBO para poder comparar la actuación de Danes, pelirroja, con gesto totalmente cambiado, interpretando a una joven y compleja Grandin y gritando "No soy como los demás. Pienso en imágenes y las conecto".
La verdadera Grandin ha pasado las últimas dos décadas en viajes a través del mundo, ofreciendo conferencias sobre ganado y autismo, temas radicalmente distintos pero conectados por su caso. Y su actitud nada tiene que ver con lo que era cuando niña y joven, tiempos en que el autismo aún no tenía la identificación y tratamiento de hoy. De hecho, cuando a los tres años su autismo se comenzó a manifestar, sus padres se enfrentaron ya que su padre quería internarla creyendo que tenía alguna forma de esquizofrenia o retardo mental.
A través de la imaginación y el ingenio, Grandin logró sobreponerse a varias de sus limitaciones, como mantener contacto visual con otras personas, sostener conversaciones o abrazar. En la película se puede ver el momento en el que construye una máquina de abrazos, similar a la que se empleaba para calmar el ganado. Este aparato que ella creó en 1965, también patentado, es un dispositivo muy popular para terapias de control de ansiedad e hipersensibilidad.
"Fui muy consciente del peligro que corría de decepcionar a Temple y a la gente que se ha preocupado tanto por ella", decía Danes. Es que encarnar a un personaje popular y vivo, como le ocurrió a Morgan Freeman con Nelson Mandela, es un desafío para el que pocos actores parecen ser aptos. Es algo que va mucho más allá de las similitudes o diferencias físicas y que tiene que ver con la forma de absorber gestos y actitudes del personaje real.
Grandin estuvo presente en la filmación y repitiendo con más intensidad la experiencia que había hecho hace más de dos décadas con Dustin Hoffman, cuando protagonizó Rain man. Grandin le dio a la actriz grabaciones de audio que su madre le había hecho cuando era pequeña. "Al final de nuestro primer encuentro ella me dio un abrazo, cosa que fue muy conmovedora", contaba la actriz en una entrevista reciente. "Se sentía como si de esa manera me estuviese dando permiso para actuar".
Director y actriz sin método de actuación
Detrás de un elenco interesante, en el que además de Danes también están Julia Ormond y David Strathairn, está el veterano director Mick Jackson, quien corre con una nominación a los Emmy por su realización de este telefilm. Jackson, de cuya extensa carrera el título más popular es El guardaespaldas, tuvo que enfrentarse acá a un desafío particular que también implicaba a sus actores. Porque, al contrario de lo que habitualmente se hace, aquí la idea era que el personaje central no podía comunicarse con los demás. "Muchas veces me descubrí pidiendo disculpas a algunos de los actores con los que compartía escenas ya que ni siquiera podía mirarlos a la cara. Les tenía que decir que no era nada personal y que lo ibamos a hacer en alguna otra escena que nos permitiera conectarnos". El gran problema al que se enfrentó la actriz, y que exigió un trabajo particular al director, es que no pudo usar acá un método particular de actuación. Los resultados de esta extraordinaria experiencia dieron los frutos que mañana se podrán ver en la televisón cable.
Tres antecedentes de una actriz reconocida
Mujercitas
1994
Danes tenía recién catorce años cuando filmó esta adaptación de la clásica novela de Louise May Alcott, exitosa en su momento. Fue su primer papel medianamente destacado luego de hacer casi de extra en un par de producciones.
Romeo y Julieta
1996
Baz Luhrman le agregó música, montaje vertiginoso y un radical cambio de ambientación al clásico de Shakespeare. El momento de apogeo de Leonardo DiCaprio le dio prensa a la película y puso a Danes en la mira gracias a su trabajo como Julieta.
Me and Orson Welles
2009
Otra vez aparece en un papel sólido pero junto a un actor que se lleva el protagonismo. Zac Efron se mostraba allí por primera vez como un actor que podía hacer algo más que "High School Musical", película cuyo éxito lo ponía en la mira de todos.