Ferrere "se desvaneció" y perdió control

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RENZO ROSSELLO / VIVIANA RUGGIERO

El abogado Daniel Ferrere no murió a causa de un fallo cardíaco, su deceso sobrevino por ahogamiento, según la autopsia. La clave para saber qué ocurrió a bordo del Bell 206 la tiene el piloto que sobrevivió a la caída.

Oficiales de la Subprefectura Naval de Santiago Vázquez entrevistaron ayer al piloto Carlos Cano (52), todavía internado en la Asociación Española. La instancia fue ordenada por el juez letrado de Libertad, Pablo Misa, que espera poder interrogar en forma personal al piloto sobreviviente a la tragedia el próximo martes. Estas primeras declaraciones se mantienen aún bajo estricta reserva. En tanto, fuentes navales señalaron que ya está todo dispuesto para el rescate de la aeronave hundida en el Río de la Plata, aunque las condiciones meteorológicas impiden que se concrete la operación (ver nota en página B2).

En tanto, el coronel aviador Mariano Rodrigo, vocero oficial de la Fuerza Aérea, le hizo una visita personal a Cano.

"Hoy lo visité, totalmente a título personal por cuanto somos compañeros de promoción, y bueno me contó sobre todo el momento en que él pudo salir del helicóptero y lo que hizo", comentó Rodrigo en rueda de prensa convocada en la sede del Comando de la base Boiso Lanza.

El vocero militar, empero, dijo que sólo podía referir lo que le contó su camarada retirado luego de abandonar la cabina del helicóptero. Lo que ocurrió antes, precisó, es materia de investigación tanto para la Justicia Penal como para la Comisión Investigadora de Accidentes Aéreos de la Dirección General de Aviación Civil.

La investigación es supervisada por el juez de Libertad, Pablo Misa, que encomendó a la Prefectura Naval todas las actuaciones de orden policial en el caso y a Fuerza Aérea las pericias técnicas del aparato siniestrado. De hecho, hasta ahora sólo se completó una primera fase de esta indagatoria con la autopsia realizada por el médico forense. En este sentido, fuentes judiciales consultadas ayer por El País, señalaron que el examen había permitido descartar el fallo cardíaco como causa de muerte, la que habría sobrevenido por ahogamiento.

El dato complementa algo que, según allegados al piloto sobreviviente, ya había manifestado en cuanto a un desvanecimiento que sufrió Daniel Ferrere mientras llevaba los mandos del helicóptero.

Aunque evitó dar detalles de los comentarios que ha hecho Cano a sus allegados, un íntimo amigo del piloto dijo a El País que Ferrere se desvaneció sobre los controles de mando del helicóptero.

"Fue un segundo, perdés el control y te vas para abajo. Eso fue lo que pasó", aseguró y explicó que dada la rapidez con la que el aparato se precipitó, Cano pudo maniobrar para no caer "de punta".

El juez Misa también descartó la hipótesis de atentado en la tragedia aérea, aunque desde la Fuerza Aérea se mostraron más cautos sobre este extremo y su vocero dijo que nada podía descartarse hasta que la comisión investigadora se expidiera.

Asimismo, el coronel Rodrigo aseguró que el helicóptero de Daniel Ferrere partió debidamente autorizado desde Carrasco, luego de haber presentado su plan de vuelo con destino a Argentina.

El militar también aseguró que en ningún momento se desaconsejó a Ferrere o a Cano no emprender el vuelo por malas condiciones del tiempo.

TRAS LA CAÍDA. "Él pudo desprenderse de su arnés, salir por la puerta izquierda, ver el helicóptero en una posición en que ya estaba girando y hundiéndose", recordó el coronel Rodrigo del relato que hizo Cano.

El piloto le contó a su antiguo camarada que intentó tres o cuatro veces rescatar a Ferrere, sumergiéndose bajo las aguas heladas. Cada vez que salía a la superficie gritaba su nombre, pensando que tal vez el abogado también hubiese podido liberarse del arnés.

En una de esas ocasiones estuvo seguro de haber tocado las ropas de Ferrere. Pero pronto comenzó a sentirse demasiado cansado para continuar sumergiéndose, por lo que activó su chaleco salvavidas. Cano nadó alrededor de 150 metros hasta salir a la orilla. En la arena, relató Rodrigo, el piloto colocó el chaleco a modo de marca para facilitar las tareas de rescate. Luego subió el empinado barranco, que en su punto más alto supera los 20 metros sobre el nivel de la playa.

Con las ropas empapadas y temblando de frío Cano camina por campos de la estancia Agua Viva hasta llegar a los caseríos. Entra en una primera vivienda donde halla una televisión encendida, pero nadie en su interior. En una segunda casa encuentra el mate caliente, llama y no responde nadie. Se acerca a un teléfono e intenta llamar para pedir auxilio. Apenas puede mover los dedos por el congelamiento. En ese momento suena el teléfono y preguntan por alguien.

"Él le explica que era un piloto que había caído en el mar, que estaba con hipotermia y que necesitaba ayuda", relató ayer Rodrigo.

Y allí llegaron los tres peones a asistirlo. Le ayudaron a darse una ducha con agua caliente, le sirvieron un café que apenas podía sostener en sus manos y luego lo llevaron a una policlínica en Libertad.

Antes Cano logró avisar a la torre de control de Carrasco del accidente y pidió que se activara la búsqueda. Para él la peripecia había terminado. Sobrevivió.

RECUPERÁNDOSE. La puerta de la sala donde está el piloto permanece cerrada y tiene colgado un cartel, escrito a mano, donde se puede leer: "visita restringida, consultar en enfermería". Siempre hay gente esperando junto a la puerta de la habitación del tercer piso para ver a Chopo Cano. Desde periodistas que hacen guardia hasta acompañantes de otros pacientes que comentan que allí está internado "el piloto que nadó, de botas y jeans, como dos kilómetros".

Allí, en los pasillos del sanatorio, empieza a forjarse una leyenda en torno al piloto.

En la noche del jueves "Chopo" recibió la visita de varios abogados vinculados al estudio CPA Ferrere, que llegaron acompañados por el presidente de la empresa Cutcsa, Juan Salgado. También se acercaron algunos colegas y ex compañeros de la Fuerza Aérea. Entre ellos el coronel Rodrigo.

Los médicos le dieron, mismo en la sala, "algunos puntos" en el mentón para cerrar el "profundo tajo" que tenía a esa altura del rostro. Su estado físico es estable, pero permanece afectado psicológicamente.

Allegados del "Chopo" Cano comentaron a El País que con las horas se fue "estabilizando" del shock emocional, pero aún está "consternado" por lo sucedido. "Con las horas está cayendo en lo que pasó, pero está muy afectado por todo lo que vivió y porque no pudo sacar a Ferrere, con quien tenía una relación más allá de la laboral", comentó un amigo de "Chopo" a El País.

Familiares del piloto, en tanto, dijeron que ayer lo visitó el médico forense y personas que "han ido a tomarle declaraciones", aunque no supieron precisar quienes. Según la evolución que tuvo, hoy podría recibir el alta médica.

Cano tendrá al menos un par de días para recuperarse, estar con su familia, recibir algunos amigos. Luego, deberá presentarse a declarar ante el juez de Libertad. Posteriormente, tendrá que hacerlo ante los integrantes de la Comisión Investigadora de Accidentes Aéreos. Y tal vez así llegue a saberse de manera fehaciente qué ocurrió a bordo del Bell.

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