El ministro de Defensa, Luis Rosadilla, avanza en su idea de modificar la cúpula militar reduciendo la cantidad de oficiales generales en las Fuerzas Armadas de forma tal de estimular la carrera acelerando la llegada de los oficiales superiores a las máximas jerarquías. Aunque no está totalmente definido el mecanismo, la idea que maneja el jerarca va en el sentido de adecuar el escalafón militar a la realidad.
La semana pasada, durante su reunión con la dirección del Partido Independiente, Rosadilla dio algunos datos sobre la iniciativa. Explicó que la idea que tiene es generar "estímulos" en todos los niveles del escalafón reduciendo la cantidad de oficiales generales y bajando de ocho a cuatro años el plazo máximo de permanencia en ese primer lugar para no "taponear" a los oficiales que vienen de las jerarquías inferiores a la de oficial general, relataron a El País participantes de esa reunión.
En la actualidad hay 16 oficiales generales en el Ejército, seis en la Armada y cinco en la Fuerza Aérea, totalizando 27.
El plazo máximo de permanencia en esa jerarquía es de ocho años.
La reducción de la cantidad de generales es vista como un hecho positivo por los oficiales superiores de todas las fuerzas porque estimula la carrera.
QUEDÓ UNO. El gobierno piensa atender también otro problema que causa desestímulo en la carrera militar, en este caso en todos los grados, que es la baja remuneración. Lo que se pretende es asimilar los salarios a los del personal del Ministerio del Interior, que en los años del gobierno del ex presidente Tabaré Vázquez creció de forma significativa.
Durante el encuentro que el ministro mantuvo el jueves 12 con la dirección del Partido Independiente, se agregó un elemento que es elocuente: de una promoción reciente de oficiales en la Armada solamente queda uno en actividad. Todos los demás abandonaron la carrera para continuar en el ámbito privado.
Esa realidad no es exclusiva de la Armada. A la Fuerza Aérea se le van los pilotos porque encuentran mejores horizontes profesionales y económicos en las aerolíneas comerciales, y en el Ejército no paran ni los oficiales. Ahora, además del personal subalterno, a la fuerza de tierra se le empiezan a ir los oficiales más jóvenes, según admitió a El País el comandante en jefe, Jorge Rosales.