Entra en función tercera perforadora para rescatar a mineros

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Una gigantesca perforadora petrolera comenzó hoy a taladrar las entrañas de la dura roca de una mina de cobre bajo la cual están sepultados 33 mineros desde agosto, sin que aún se tenga claro cuándo saldrán.

"Les puedo asegurar, hemos hecho lo mejor posible... tendremos éxito. Cuándo?, no lo sé", dijo el presidente Sebastián Piñera en breves declaraciones a la prensa tras reunirse el domingo con familiares de los mineros atrapados en la Mina San José, ubicada en medio de desérticas colinas y a 850 kilómetros al norte de Santiago.

La planificación preliminar del rescate plantea que podrían estar sacando a los mineros en noviembre.

De las tres perforadoras que operan para lograr la evacuación del grupo a través de un túnel de al menos 60 centímetros de diámetro, la petrolífera, de 45 metros de altura, fue la que comenzó el domingo sus operaciones y para esta tarde se espera que las tres máquinas estén operando simultáneamente, informó el ministro de Minería, Laurence Golborne.

Golborne era miembro de la comitiva presidencial, de la que también formó parte la escritora Isabel Allende, quien llego al país el 16 de septiembre para participar por actos del bicentenario de la independencia de Chile.

"Viajo por todo el mundo, en todas las pantallas de televisión está la imagen de los mineros, la gente les manda mensajes, de agradecimiento a quienes trabajan en las operaciones de rescate y a los que están arriba", dijo la escritora.

El ministro explicó que la perfora petrolífera Rig 421 puede taladrar de 20 a 30 metros por día con un diámetro de 66 centímetros.

El mandatario y Golborne esquivaron calcular el tiempo que podría demorar la nueva máquina en llegar a los 700 metros de profundidad en que quedaron los mineros el 5 de agosto. El grupo logró salvarse del derrumbe porque estaba en una sala usada para almorzar, conocida como el refugio.

"No sabemos cuál va a llegar (de las tres perforadoras) pero sabemos una cosa, con la ayuda de Dios van a llegar", dijo Piñera.

Aparte del trabajo de las cuadrillas de rescate, con un total de unos 200 hombres, que intentan evacuar al grupo sepultado ahora por 47 días, el resto de los mineros en la superficie lleva otra lucha: lograr que le reconozcan sus salarios y regularizar su situación laboral.

Se salvaron, les han ofrecido trabajos, pero no pueden aceptarlos porque si renuncian pierden una indemnización legal por antigüedad que deben pagar los dueños de la minera San Esteban.

La empresa no se ha declarado en quiebra y pagó el 15 de septiembre la quincena de los 300 trabajadores que conforman la compañía, pero ya les ha dicho que sólo tiene fondos para mes y medio mas.

"Estamos en la incertidumbre", declaró la presidenta de uno de los dos sindicatos de la mina, Evelyn Olmos, quien tenía previsto reunirse con Piñera, pero los asistentes del mandatario dijeron que tiene la agenda llena aunque recibirán copia de las peticiones.

El pliego de los mineros incluye cinco peticiones, entre ellas que si la mina cierra la empresa les pague todos sus beneficios labores acumulados a lo largo de varios años de trabajo y que les ayuden a incorporarse a otros proyectos mineros.

Olmos dijo que el pago requeriría unos 1,2 millones de dólares

Dijo que pocos o ninguno de los empleados buscaron enrolarse en otras compañías mineras que ofrecieron trabajos recientemente porque eso significaría que renunciaron al actual. "Nosotros no hemos renunciado", señaló. Por la ley local, si un empleado renuncia no recibe compensaciones, caso contrario a que si es echado.

Distantes de la angustia laboral en la superficie, los 33 atrapados mantienen un estado emocional "muy positivo" sin experimentar "ni furia, ni rabia", dijo Claudio Ibañez, sicólogo especializado en atención de personas sometidas a situaciones extremas.

Ibañez forma parte de un equipo de seis sicólogos que está en contacto con los mineros por vídeo conferencia dos veces al día para saber cómo se sienten.

"Lo peor ya pasó y ellos lo saben", dijo Ibáñez en alusión a la incertidumbre de los primeros 17 días, antes de que una sonda llegara al refugio donde se encuentran.

AP

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