ANDRÉS LÓPEZ REILLY
El viejo Tajamar de Carrasco se transformará en galería de arte y museo, con áreas destinadas a gastronomía y eventos. Al frente de la concesión -por un plazo de cinco años- está una uruguaya que vive desde hace varios años en Estados Unidos.
La Intendencia recibió dos propuestas para explotar el local del Tajamar de Carrasco: una de la empresa Amintel S.A., y la otra de Virginia Robinson, una uruguaya vinculada al mundo del arte que vive en Estados Unidos, que a la postre resultó ser la ganadora del llamado.
Se trata de la misma persona que traerá a Uruguay la exposición Mistaken Identity, de los fotógrafos neoyorquinos conocidos como "The Hilton Brothers". El dúo se conforma por Christopher Makos y Paul Solberg, quienes exponen por primera vez su trabajo en América del Sur. Makos fue "socio" del ícono de la cultura pop americana Andy Warhol y es autor de varios libros de fotografía.
Virginia Robinson representa a The Bohemian Gallery y a The John Robinson Foundation, y para montar esta exposición -que podrá verse en el Subte Municipal desde el 8 de octubre-, cuenta con el apoyo de la Intendencia y del Ministerio de Turismo, entre otras instituciones públicas y privadas.
"Robinson viene la semana que viene a Montevideo. Está muy interesada en la promoción y el intercambio cultural entre Uruguay y Estados Unidos", informó a El País el director de Desarrollo Económico de la Intendencia, Luis Polakof.
En la muestra -que podrá verse hasta el 15 de noviembre con entrada libre- destacan las fotografías vintage tomadas durante la "movida" del Pop Art a personalidades como John Lennon, Liza Minelli, William Burroughs, Lindberg Johnson y Man Ray, además de un conjunto sobre Andy Warhol.
INVERSIÓN. La concesión del Tajamar de Carrasco es por un plazo de 5 años y la inversionista deberá pagar un canon mensual de 19.500 unidades indexadas, lo que hace un total para el período de explotación de $ 1.912.903. A su vez, invertirán US$ 120.000 para poner el local en condiciones, según se señala en la resolución municipal que firmó esta semana la intendenta Ana Olivera.
Las obras incluyen el anteproyecto, el proyecto, la dirección de obra, sus respectivos honorarios y la provisión de todos los materiales, maquinarias y equipos, así como el personal, pago de leyes sociales, transporte y demás servicios.
Pero la ganadora de la licitación no solo deberá acondicionar y adaptar las instalaciones para el nuevo uso. También se hará cargo del mantenimiento, limpieza y vigilancia del entorno, durante todo el plazo de la concesión, a partir de la ocupación efectiva del local.
Vencido el plazo, la Intendencia podrá prorrogar automáticamente el mismo por dos períodos de dos años cada uno, hasta completar cuatro años más, o bien realizar un nuevo llamado, según lo entienda más conveniente.
ABANDONADO. Hace años que el Tajamar de Carrasco se encuentra abandonado y sin el brillo que detentaba hace algunas décadas. El edificio, ubicado en Lieja y Divina Comedia, fue construido en la década de 1940 por el arquitecto Juan Antonio Scasso con destino recreativo. Y en ese giro trabajó durante muchos años, hasta que los problemas con el barrio hicieron insostenible su supervivencia.
En el año 2000, la jueza de lo contencioso administrativo Rosina Rossi intimó a la Intendencia a suspender las fiestas que se realizaban en el boliche por las protestas de los vecinos. El entonces director de los Servicios Jurídicos del municipio, Adolfo Pérez Piera, reconoció que el sonido era "muchas veces excesivo", lo que obligó a la administración "a multar a algunos arrendatarios".
De todos modos, el local siguió funcionando varios años más, hasta que quedó abandonado, iniciándose su progresivo deterioro.