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Amenazas de elección anticipada, acusación de golpe y sublevación

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AFP

QUITO - EL COMERCIO / GDA, AFP Y

EL PAÍS DE MADRID

Correa enfrentó ayer una revuelta de policías y acusó al líder opositor de instigar un golpe de Estado, en un país caracterizado por la inestabilidad institucional, que vive una difícil situación política tras la división del oficialismo en el Congreso.

La estrategia del gobierno ecuatoriano se vio alterada súbitamente ayer. Anteanoche, en el Palacio de Gobierno de Carondelet se hilvanaba un plan para echar abajo a la Asamblea, precisamente por la forma como legisladores de la oficialista Alianza País habían tratado el veto parcial del Ejecutivo al proyecto de Ley Orgánica de Servicio Público.

La fórmula de la "muerte cruzada" (disolución de la Asamblea y posterior convocatoria a elecciones de legisladores y mandatario) iba a ser anunciada oficialmente por el régimen este fin de semana, pero precisamente una de sus decisiones -la derogatoria de beneficios económicos a los años de servicio de policías y militares- se convirtió en su cortapisa.

En la madrugada de ayer, tras una reunión con Correa, la ministra de Política, Doris Solís, señaló que el mandatario analizaba ir a la "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que lo faculta para disolver la Asamblea y convocar a elecciones generales en caso de que los congresistas obstruyan la ejecución del plan de desarrollo, grave crisis política o conmoción interna.

"La situación es muy delicada en Ecuador. Y no solo a raíz de la revuelta policial, hay muchos otros frentes abiertos. No me sorprendería que en breve el presidente Correa disuelva el Parlamento y convoque elecciones anticipadas", dijo el periodista Pablo Villasis, del portal Ciudadanía Informada.

Una de las características que más critica la oposición de la gestión de Correa es que las reformas que se ponen en marcha se cocinan en el palacio de gobierno y se mandan a la Asamblea para que sean aprobadas sin más.

El Gobierno ya ha sufrido más de un desplante por parte de algunos de sus parlamentarios a la hora de aprobar leyes de gran calado. Con la ley de aguas, por ejemplo, Correa perdió el apoyo de gran parte de la comunidad indígena -un grupo clave de su ascenso político-, la de medios de comunicación suscitó el rechazo de muchos intelectuales y ahora es la ley de servicios públicos la que subleva a la policía.

Ayer, debía realizarse una nueva sesión parlamentaria para analizar la ley Orgánica de Servicio Público, pero el país amaneció con la noticia de la paralización de los policías.

SUBLEVACIÓN. En el Regimiento Quito 1 (responsable de la seguridad de la capital) los uniformados encendieron neumáticos y desconocieron al comandante de la Policía, Freddy Martínez. Exigían no solo la derogatoria de la Ley de Servicio Público sino también el cumplimiento de la homologación salarial para capitanes, mayores, pero especialmente para suboficiales primeros y suboficiales mayores, estos últimos, los más antiguos del personal de tropa.

La Ley que insubordinó a los policías señala: "Se prohíbe de manera expresa la entrega de bonos o reconocimientos económicos, por ascensos, a todas las instituciones (...) o estímulos económicos por cumplimiento de años de servicio".

"También se derogan aquellas que reconocen la entrega de medallas, botones, anillos, canastas navideñas y otros beneficios (...)". Pero en la ley "se faculta la entrega de condecoraciones o medallas en el sector público, cuyos costos máximos serán regulados a través de las normas que para el efecto expida el Ministerio de Relaciones Laborales".

A la protesta de los policías se sumaron en forma inmediata algunos militares que también se van a ver afectados -como los de las Fuerzas Armadas que tomaron temporalmente el aeropuerto de Quito-, así como los familiares de los mismos agentes que salieron a la calle a manifestarse. "Estoy aquí apoyando a mi esposo que también es policía. Les van a eliminar las condecoraciones y el presidente está tratando de perjudicarnos y se olvida que el trabajo de los policías es duro", dijo Clarina, de 20 años.

Sin referirse a los reclamos salariales, el presidente calificó la crisis como un intento de golpe de Estado que a su juicio tendría como instigador al ex coronel y ex presidente Lucio Gutiérrez, quien a su vez también fue derrocado. La inestabilidad constitucional en Ecuador -que tuvo ocho presidentes desde 1997- hizo recordar el golpe liderado por Gutiérrez que depuso a Jamil Mahuad.

Gutiérrez negó estar tras el levantamiento de la policía y culpó a Correa de haber provocado esta situación, en declaraciones a la cadena de televisión CNN en español. "Mis primeras palabras son para rechazar las cobardes, las falsas, las temerarias acusaciones del presidente Correa", dijo Gutiérrez, quien se encuentra en Brasil y fue citado a declarar ante la Fiscalía ecuatoriana por "una presunta tentativa de asesinato contra Correa", según una copia de la citación divulgada por él mismo.

Horas de tensión para el gobierno

La tensión en el Palacio de Carondelet (sede del gobierno) se sintió desde que los funcionarios públicos de la Presidencia miraban las imágenes de violencia en las pantallas de la televisión. Lágrimas y abrazos se hicieron presentes cuando observaban la agresión al presidente Rafael Correa ante un cuartel. Todos tomaron la decisión de salir a la Plaza Grande para apoyar el primer mandatario. Lo hicieron con banderas de Alianza País (el partido de gobierno) y con imágenes de Correa en sus manos. "Correa, amigo, el pueblo está contigo", repitieron durante toda la mañana. La mayoría eran funcionarios públicos y un grupo del Partido Socialista.

Los rumores de un supuesto secuestro al primer mandatario se hicieron más fuertes, a la par que en los exteriores del Palacio, en la calle García Moreno, los simpatizantes de Alianza País lanzaban consignas en contra de la policía por la insubordinación manifestada.

Mientras tanto, en los patios centrales del Palacio, rondaban los policías y militares que forman parte de la seguridad presidencial. Usaron trajes de civiles y se colocaron sus chalecos contra balas. Otro grupo de militares se preparó con escudos y armas para resguardar el Palacio desde el exterior.

La secretaria de Pueblos, Alexandra Ocles y la ministra coordinadora de la Política, Doris Soliz, hicieron una convocatoria pública para que las organizaciones sociales "defiendan la estabilidad democrática". Ese eco llegó pronto a cerca de mil personas que llegaron al Palacio de Carondelet para respaldar al primer mandatario. Con parlantes, cada uno de los dirigentes de Alianza País se manifestó en contra de la actitud de un grupo de policías y militares.

Luego de casi dos horas de incertidumbre, el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, informó que el presidente había firmado de forma electrónica el estado de excepción en todo el territorio nacional. Tras esto, un grupo de simpatizantes, presididos por el canciller Ricardo Patiño, se movilizó hasta el hospital para "rescatar" al primer mandatario, que se recuperaba de la baja de presión que registró por los incidentes con gas lacrimógeno. EL COMERCIO / GDA

8 PRESIDENTES EN 13 AÑOS

Abdalá Bucaram

Asumió como presidente en 1996 y duró menos de un año. Fue destituido en 1997 por el Congreso, que lo declaró con "incapacidad mental" para ejercer la primera magistratura, debido a las excentricidades que le valieron el apodo de "El loco". Lo sustituyó brevemente la vicepresidenta Rosalía Arteaga, hasta que el Congreso designó a Fabián Alarcón como presidente interino. Alarcón convocó a elecciones anticipadas.

Jamil Mahuad

Mahuad comenzó su mandato luego que se decretaran comicios anticipados en 1998, pero fue derrocado en enero de 2000 en el marco de una rebelión indígena que fue apoyada por un grupo de oficiales del Ejército que estaban liderados por el coronel Lucio Gutiérrez. Este coronel fue apresado por seis meses y dado de baja, y el vicepresidente Gustavo Noboa asumió el cargo, para culminar el mandato de Mahuad en 2003.

Lucio Gutiérrez

El antiguo coronel asumió la presidencia en 2003 y fue derrocado en 2005 en medio de protestas populares recordadas como "la rebelión de los forajidos". El Congreso declaró vacante al cargo en abril de ese año y el ex coronel fue reemplazado por su vicepresidente, Alfredo Palacio. Palacio estuvo en el poder hasta que culminase el mandato de su antecesor, en 2007. Ese año eligieron como presidente a Rafael Correa.

Rafael Correa

El período del actual presidente ecuatoriano, que asumió en 2007, expira en 2011. A sus 47 años, es economista de izquierda y aliado del mandatario venezolano Hugo Chávez. Ayer fue víctima de una tentativa de golpe de Estado liderado por policías y militares que se rebelaron contra una ley que eliminó beneficios a los uniformados. Cuando fue a enfrentarlos a un cuartel en Quito, lo atacaron con gases lacrimógenos.

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