WASHINGTON | The New York Times y el PAÍS DE MADRID
El Partido Demócrata del presidente Barack Obama, sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas, en las que el Partido Republicano obtuvo la mayoría de la Cámara de Representantes y los demócratas, apenas mantuvieron la mayoría del Senado.
Los norteamericanos votaron ayer en unas elecciones que obligarán a una considerable rectificación del rumbo político y que abren una gran incertidumbre sobre la gobernabilidad de la primera potencia mundial durante los dos próximos años.
El Partido Republicano, con varios candidatos respaldados por el nuevo fenómeno de la política estadounidense que es el movimiento Tea Party, asestó fuertes golpes a los demócratas en distintas zonas del país para conquistar 228 bancas (10 más de las necesarias para tener el control) en la Cámara de Representantes contra 163 del partido de gobierno, de acuerdo con los resultados difundidos hasta las 3.30, hora uruguaya de hoy miércoles. Los republicanos arrebataron 57 bancas al Partido Demócrata, en tanto quedaban por definir 44. La Cámara de Representantes tiene un total de 435 bancas, que estaban en juego en estas elecciones.
Mientras, en el Senado, pese a que llevaban perdidas seis bancas, los demócratas estaban en posición de mantener la mayoría, tras las victorias que conquistaron en Delaware, Connecticut, West Virginia y California. Los resultados oficiales indicaron que el Partido Demócrata se había asegurado 50 bancas y el Republicano 46, en tanto, quedaban 4 por definir. El Senado tiene 100 bancas, de las cuales 37 estaban en juego en los comicios.
CAMBIO. En una noche de festejo republicano, el diputado John A. Boehner, quien se convertirá en el nuevo Presidente de la Cámara de Representantes, desplazando a la demócrata Nancy Pelosi, proclamó: "La voz del pueblo estadounidense se escuchó en los circuitos de votación. Durante demasiado tiempo, en Washington se hizo lo que es mejor para Washington y no lo que es mejor para el pueblo estadounidense. Hoy, eso empieza a cambiar". Agregó que confía que el presidente Obama escuche esa voz "respete la voluntad del pueblo para cambiar el rumbo y comprometerse en hacer lo que los estadounidenses reclaman".
A su vez, Rand Paul, quien fue elegido senador por Kentucky por el Partido Republicano, con el respaldo del movimiento Tea Party (ver nota aparte) afirmó que "venimos a reconquistar el poder para el pueblo. Dicen que el Senado de Estados Unidos es el cuerpo más deliberativo del mundo. Les voy a pedir que deliberen sobre lo siguiente: el pueblo estadounidense está disgustado por lo que ocurre en Washington y cómo se toman las decisiones allí".
En horas de la madrugada, tras tener la certeza de los resultados y de la magnitud de la derrota, surgió la primera reacción del presidente Obama, quien en un comunicado difundido por la Casa Blanca, indicó que desea encontrar puntos comunes con el Partido Republicano para que Estados Unidos continúe avanzando y liderando al mundo.
OBSTÁCULOS. Estas elecciones dejaron en evidencia la volatilidad de la situación política en Estados Unidos, que pasó de George Bush a Obama para devolver dos años después parte del poder al partido del anterior presidente, así como la complejidad del panorama que se abre a partir de ahora, en el que uno de los presidentes más progresistas se verá obligado a negociar su proyecto con el Congreso más conservador de la historia del país. El factor más importante para explicar estos resultados, detectado por las encuestas en las jornadas previas a la votación, fue la mayor implicación del electorado conservador. Estimulados en la base por el ejemplo del Tea Party y alentados por la expectativa de recuperar un poder que creían perdido por mucho tiempo, los electores republicanos se movilizaron como no se recuerda en varias décadas. Participaron en las primarias en cifras récord, copiaron y aumentaron el uso de Internet que la campaña de Obama hizo en 2008 y convirtieron su hostilidad hacia el presidente en una causa patriótica que sirvió como banderín de enganche para miles de personas.
Apoyados en el lema de que la Casa Blanca estaba destruyendo la esencia del sistema norteamericano y atacando las libertades individuales de los ciudadanos, los estrategas conservadores consiguieron convertir esta campaña electoral en una cruzada por la recuperación de los valores originales de la nación.
Frente a eso, los demócratas en el Congreso se desprestigiaron con maniobras que los pusieron en frente de una gran parte de la población -especialmente durante la negociación de la reforma sanitaria- y Obama fue incapaz de mantener en pie la conjunción de fuerzas que le dio la victoria hace dos años: los hispanos, decepcionados por la falta de una ley migratoria, votaron en estas elecciones un 12% menos que en 2008; los negros, todavía a favor del presidente pero algo distanciados por la falta de respuestas rápidas a sus problemas económicos, también participaron en menor proporción; las mujeres, que favorecieron a Obama por más de diez puntos, dividieron ahora sus votos casi por igual; los jóvenes, los constructores del mito Obama, están hoy retraídos.
Pero quizá la más sintomática de todas las deserciones sufridas por el bando de Obama ha sido la de los independientes. Ese sector, que simbolizaba la amplitud del entusiasmo generado por Obama, respaldó al presidente en 2008 por más de diez puntos de ventaja; en esta ocasión, respaldaron a candidatos republicanos con una diferencia de cerca de 20 puntos sobre los demócratas.
Con una economía que avanza a una tasa anualizada del 2% del PIB, es imposible que se pueda generar empleo al ritmo suficiente para reducir el paro de forma apreciable. El alto desempleo fue factor decisivo de la derrota demócrata. A la vez, esa anémica expansión no da para tapar el abultado agujero abierto en las cuentas públicas, con un déficit equivalente al 9% del PIB.
Kentucky es del Tea Party
Rand Paul se convirtió ayer en el primer senador electo del movimiento ultraconservador Tea Party, al triunfar en el estado de Kentucky sobre su contendor demócrata.
Paul ganó el escaño en el Senado, que ya estaba en manos del Partido Republicano, con una victoria de 55% contra 45% para Jack Conway.
Los republicanos necesitaban ganar 10 escaños a los demócratas para controlar el Senado y 39 escaños en la Cámara de Representantes. AFP
Obama pidió insistentemente que lo voten
"Aunque mi nombre no esté en las papeletas, mi agenda va a depender de si la gente acude a votar", explicó el presidente Barack Obama en una entrevista con la radio KPWR-FM de Los Ángeles.
"¿Puedes usar 15 minutos de este día para llamar a los electores y decirles lo importante que es que salgan a votar?", escribió en Twitter. "Luego de votar, diles a tus amigos de Facebook: ´Yo voté´", agregó.
"De esta elección depende nuestro futuro. Depende el país que queremos tener y tu opinión vale. Vota hoy", twitteó el presidente, que a lo largo del día envió varios mensajes para motivar a los electores.
California rechazó legalizar marihuana
Los habitantes del Estado de California rechazaron en un referéndum, por 57% a 43%, la propuesta para la legalización del cultivo y consumo de la marihuana, de acuerdo con lo que informaron las cadenas de televisión CNN y Fox News.
Las encuestas a boca de urna habían indicado desde horas de la tarde de ayer que la propuesta tenía pocas posibilidades de ser aprobada.
La llamada Proposición 19 hubiese legalizado para los mayores de 21 años el cultivo en 2 metros cuadrados de marihuana y la posesión de hasta 28 gramos para uso personal. Además, hubiese permitido a las ciudades y condados de California regular el cultivo y la venta de esa sustancia, con los subsiguientes impuestos.
Los defensores de la regularización, que gastaron más de US$ 3 millones en la campaña, argumentaron que sería una forma efectiva de luchar contra el tráfico de drogas y de crear una novedosa forma de negocio y recaudación de impuestos.
Sin embargo, desde México, Colombia y países centroamericanos hubo oposición. argumentando que aumentaría la violencia de los cárteles de drogas en ese país y el crecimiento del narcotráfico en América Latina.
El vocero mexicano de seguridad interior, Alejandro Poiré, estimó que la medida "genera mayores estímulos económicos para los criminales". AFP Y EL PAÍS DE MADRID