Raúl Mernies
El ministro del Interior ha sido uno de los hombres del equipo de gobierno que ha tenido mayor visibilidad en el primer año de la administración de José Mujica. Las estadísticas del delito, la sensibilidad social hacia la creciente participación de los menores en las rapiñas y la situación de las cárceles lo han puesto en el centro de la vida política. En esta entrevista define sus prioridades para 2011.
-¿Qué balance hace de este primer año de gestión?
-Este fue el año en que nos planteamos diseñar el trabajo. Armamos el presupuesto para financiar los cambios que proyectamos. Llegó la hora de hacer; ahora viene el año de concretar.
-¿Cuáles son las acciones más importantes que se implementarán en su cartera?
-El cambio en las comisarías y en la organización de las jefaturas de Montevideo y de Canelones, el desarrollo de la Policía Comunitaria, el desarrollo de la Guardia Republicana a nivel nacional, el cambio en la política carcelaria, la incorporación de tecnologías de distinto tipo para optimizar el trabajo de la Policía.
-¿Qué fue lo peor del año?
-El mayor problema que tuvimos, a mi juicio, fue el crecimiento de las rapiñas, fundamentalmente en Montevideo y Canelones. En el resto del país de alguna manera hubo un descenso de los delitos, incluso en departamentos complicados, como Maldonado, y más complicado todavía porque este año hubo un aumento del 30% de los turistas; así y todo bajaron los delitos. Pero eso no sucedió en Montevideo. Hubo un aumento de las rapiñas y eso fue lo que más nos complicó. Los delitos grandes en general, no todos, pero la inmensa mayoría, fueron aclarados y sus autores detenidos. Hubo una cantidad importante de rapiñas y lo peor es que muchas de ellas fueron cometidas por personas que ya habían sido detentadas, y por menores que habían sido internados y luego se fugaron.
-¿Por qué crecieron tanto las rapiñas en 2010?
-Las rapiñas ya venían creciendo hace años, no fue algo específico.
-¿Lo sorprendió la gravedad de la situación carcelaria?
-La situación carcelaria sabíamos que era grave y que es difícil de solucionar. Por eso el cambio tan radical que nos planteamos, incluso cambiando lo que era el Sistema Nacional de Cárceles por un Instituto Nacional de Rehabilitación que incorpore a las cárceles que estaban en el interior del país que no dependían del sistema. Porque uno escucha `Sistema Nacional de Cárceles` y asume que contiene todas las cárceles del país, y en realidad contenía cuatro o cinco. Ahora sí va a ser así; esperemos que podamos concretarlo.
-Los menores infractores, la edad de imputabilidad y los antecedentes son tema de discusión. ¿Cuál es el mejor camino?
-Hay una discusión y dos posiciones: la de bajar la edad de imputabilidad y endurecer las penas, y otra posición contraria. Eso se da en el marco de que realmente hubo un crecimiento de la participación de menores en delitos. Los que defienden la primera posición destacan ese hecho; los que defienden la segunda han tratado de mostrar que no hubo tal crecimiento. Yo creo que sí, que hubo un crecimiento importante; no hay que negarlo para nada. Pero la forma de evitarlo para mí no pasa por bajar la edad de imputabilidad. Lo que hay que hacer es crear un instituto de rehabilitación de menores que por un lado contenga realmente, evitando las fugas, y por otro lado aplique verdaderas políticas de rehabilitación, que no se han aplicado. Hoy, quien está internado tiene como objetivo la fuga y no la rehabilitación, y eso no sirve. Creo que algunos antecedentes hay que mantenerlos: homicidio, rapiña, secuestro, copamiento y violación, sobre todo cuando hay reiteración. En esos casos hay que mantener los antecedentes, por lo menos por un plazo a determinar, entre dos y cuatro años, y si en esos años no hay reincidencia, entonces sí se podrá tener en cuenta la posibilidad de borrarlos.
-¿Cuáles son las principales metas para 2011?
-El cambio de la política carcelaria que mencioné, bajar el índice de rapiñas y para eso la modificación de la policía, logrando una fuerza más comunicada con la gente a través de la Policía Comunitaria, que viene teniendo una muy buena experiencia en Canelones y queremos generalizarla en todo el país. Y esto en línea con los cambios en las jefaturas. Estamos tratando de que en lugar de tres zonas haya cuatro debajo de cada jefatura, pero que tengan carácter operativo, no solo administrativo y de control. Para eso hay que darles recursos, posibilidades de investigación y de patrullaje. Ese es el desafío.
"No combatir las bocas, sino la pasta base"
R. M.
El secretario de Estado también habló con El País sobre la importancia del combate contra las drogas y el narcotráfico y explicó por qué ordenó que la Guardia Republicana apoyara los operativos policiales en bocas de pasta base.
"Nosotros no nos planteamos el combate a las bocas, sino a la pasta base y a la droga. Más que las bocas, lo que importa son los que las abastecen. Ahí hay un diseño de políticas que muchas veces no se entiende del todo pero que es fundamental, porque las bocas se rearman; al rato de cerrarlas abren otra al lado y el que la abre no es el que tenía la boca, sino el que las abastece. Es a ese al que queremos llegar, y por eso el apoyo que requerimos", explicó Bonomi.
"Los barrios son difíciles y muchas veces las situaciones se tornan incontrolables. Hay quienes quieren compararlo con las "favelas". Pero las "favelas" tienen características completamente distintas, los que las habitan son, muchas veces, las principales figuras del narcotráfico del país, tienen armamento pesado; pueden bajar hasta helicópteros. Eso no sucede acá".
"A veces hay alguna pedrea contra un patrullero, pero la Policía siempre domina y cuando quiere entra al barrio. En las "favelas" hubo que recurrir al Ejército para poder entrar, nosotros estamos muy lejos de eso", dijo el ministro del Interior.