RENZO ROSSELLO
En Montevideo hay 61 obras arquitectónicas que los expertos sostienen debieran ser protegidas. Una de esa lista ya fue demolida, y al menos otra ingresa en zona de riesgo. Facultad de Arquitectura advierte una peligrosa pérdida de identidad.
Mientras el polvillo de la demolición sube en el aire, el grupo de estudiantes traza el último detalle de la obra que por 65 años ocupó su callado espacio sobre la avenida Ponce.
La clase a cielo abierto se llamó "El último croquis". Fue el viernes 27 de mayo a las 10 de la mañana. Los ojos de los estudiantes estaban puestos sobre las casas gemelas diseñadas por el arquitecto Román Fresnedo Siri en 1946. Quizá muchos de ellos puedan recordarla luego como una amarga lección de arquitectura de los primeros años de su carrera.
Las casas gemelas ocupaban el segundo lugar en la lista de 62 obras arquitectónicas ubicadas en Montevideo que en 2004 elaboró el Instituto de Historia de la Arquitectura, de la Facultad de Arquitectura de Udelar. Esa lista, "de emergencia" como prefieren denominarla los propios integrantes del instituto, fue simultáneamente enviada a la Comisión Nacional del Patrimonio y a la Intendencia de Montevideo.
Los arquitectos Andrés Mazzini y Laura Cesio, docentes y miembros del Instituto, reconocen que algunas de las obras marcadas en el listado, como las casas de la avenida Ponce, están en franco peligro de desaparecer.
Y si bien el Instituto forma parte de la Comisión del Patrimonio desde su creación, los brazos de la comisión no siempre llegan a tiempo para detener un daño irreparable como ocurrió hace pocos días.
LAS LISTAS. La primera "lista indicativa" fue redactada en 1971 por el Instituto de Historia de la Arquitectura. Contenía 340 obras reunidas bajo los criterios de líneas programáticas destacadas y de la trayectoria de los arquitectos.
"De la lista original hay una cantidad de bienes que siguen siendo protegidos desde entonces", recordó el arquitecto Mazzini.
De todos modos tanto Mazzini como su colega Laura Cesio advierten que este procedimiento no es el preferido por el Instituto por razones de método. Ambos evitan cualquier formulación taxativa sobre la preservación de las obras arquitectónicas. "No todo tiene por qué ser intocable e incambiado en el tiempo", apunta Cesio.
"Preferimos no ver un conflicto entre los intereses económicos y los de orden netamente patrimonial, no sería un modo correcto de ver las cosas. Muchas cosas que hoy valoramos quizás fueron construidas por el especulador (inmobiliario), por ejemplo como hoy valoramos el barrio Reus y en esto estamos todos de acuerdo", explica la académica.
Tampoco los cambios operados en grandes obras arquitectónicas son por sí mismos rechazables para los expertos.
"Hay casos de obras incorporadas a nuevos usos, casos en los que las intervenciones mejoraron su proyección y un caso extremo es el Solís, que ahora es puro futuro", precisa Mazzini.
"Otro caso es la sede del BID, en el viejo Hotel Colón (Rincón y Bartolomé Mitre), abandonado por más de 20 años. Ahora al verlo en su nuevo uso parece mentira que haya estado tugurizado por tanto tiempo", agrega el experto.
62/MODELO PARA CUIDAR. La lista redactada en 2004 incluía 62 obras en Montevideo y otras 57 en el resto del país.
Ha sido actualizada desde entonces, la última vez hace poco más de una semana con la demolición de las viviendas gemelas de la avenida Ponce.
La nómina incluye la identificación de la obra (viviendas, edificios de vivienda, comercios y oficinas, sedes sociales y deportivas, edificios educacionales, de salud, espacios urbanos y panteones), su dirección, la fecha de construcción y la forma de protección sugerida. Las obras listadas comenzaron a ser construidas a partir de la década de 1930, de acuerdo con el criterio escogido.
Incluye algunas de las rúbricas más prestigiosas en la historia nacional de la arquitectura: Fresnedo Siri, Luis Mazzini, Walter Pintos Risso, Julio Vilamajó, Ernesto Leborgne, la firma De los Campos, Puente y Tournier, entre otros notables exponentes uruguayos.
La casa de Joaquín Torres García, la residencia Barreira sobre bulevar Artigas y Guaná, o el edificio Hyde Park, también sobre bulevar Artigas, así como grandes edificios aún hoy en funciones como es el caso del Sanatorio Americano o el del Sanatorio del Casmu N° 1, al igual que la sucursal 19 de Junio del Banco República o el edificio Del Notariado son algunas de estas obras.
La lista indicativa sugiere, básicamente, dos formas de protección: la declaración de Bien de Interés Municipal (que contiene a su vez cuatro grados de protección desde lo ambiental a lo integral), o bien la declaración de Monumento Histórico Nacional.
Si bien la mayor concentración de obras arquitectónicas se halla en la capital, la lista también contiene edificaciones en Canelones, Colonia, Lavalleja, Maldonado, Río Negro, Rocha, Salto, San José, Tacuarembó y Treinta y Tres. Para elaborarla, explicaron los arquitectos Mazzini y Cesio, se emplearon criterios de distinto tipo.
La calidad arquitectónica de la obra, la representatividad -tanto sea de un período de la arquitectura moderna o de la obra de un arquitecto en particular, así como de un programa o la tecnología empleada-, y si la misma tiene un valor educativo desde el punto de vista académico.
Por último se agrega una pregunta que puede determinar qué tanta atención se le presta a una obra en particular: ¿cuál es la que está en riesgo?
En esta última categoría ingresa de lleno otra obra de Román Fresnedo Siri: la residencia de Barreira Risso, ubicada en bulevar Artigas entre Guaná y Chaná, construida en 1941 y considerada como una de las mayores obras del arquitecto salteño (ver nota aparte).
Algunas obras son especialmente reseñadas por su alto valor simbólico.
Un ejemplo de ello es el Memorial de los Desaparecidos en el Cerro, "proponemos la figura del Monumento Histórico Nacional, tanto por su contenido simbólico como por lo que representa como obra arquitectónica", señala Mazzini.
La demolición de alguno de estos bienes inmuebles representaría una pérdida irreparable para una ciudad de 287 años, en opinión de los docentes del Instituto.
"La desaparición de una obra es como la muerte de un ser querido. Uno siente que ha hecho todo lo que ha podido por alguien que está enfermo, pero se terminó yendo. Esto es igual", resume Mazzini.
Catedrático advierte que Unesco podría cuestionar desidia oficial
El arquitecto Nery González, integrante del Consejo Directivo de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay y del Consejo de la Facultad de Arquitectura, dedicado enteramente a la docencia desde 2005, se sumó en los últimos días a los académicos que vienen alertando acerca de la desaparición de notables obras en la ciudad.
"Muy mal se verá en Unesco que al tiempo que se incluye en su `Lista Indicativa` un conjunto de obras merecedor de su consideración, las medidas de protección en el ámbito interno sean sencillamente impresentables. Y ¡atención!, porque una obra mayor de Fresnedo, la vivienda Barreira-Risso en la esquina de bulevar Artigas y Guaná, está a la venta. Si los nuevos propietarios se vieran tentados por el ejemplo de la avenida Ponce, ¿su condición de `bien de interés municipal` será protección suficiente, o tendremos otra vez en simultánea, cartas y demoliciones? Ya sería demasiado", expresaba González en una carta abierta enviada a distintos medios de prensa.
La cifra
118 es la cantidad de obras arquitectónicas contenidas en la lista que el Instituto de Historia de la Arquitectura elaboró en 2004.
Qué es un bien protegido
La declaración de Monumento Histórico Nacional corre por cuenta del Poder Ejecutivo, en base a una propuesta elevada por la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación (MEC).
Los bienes así declarados deberán cumplir con: "La prohibición de realizar cualquier modificación arquitectónica que altere las líneas, el carácter o la finalidad del edificio"; "la prohibición de destinar el monumento histórico a usos incompatibles con las finalidades de la presente ley"; "La obligación de proveer a la conservación del inmueble y efectuar las reparaciones necesarias para ese fin"; "la obligación de permitir las inspecciones que disponga la Comisión a los fines de la comprobación del estado de conservación del bien y del fiel cumplimiento de las obligaciones y prohibiciones consagradas por la presente ley", según lo establecido por la Ley 14.040.
Existe otra reglamentación para la protección de bienes inmuebles en la órbita municipal. Los "Bienes de Interés Municipal" están sujetos a una escala de grados de protección patrimonial.
El grado 2 implica: "Protección ambiental. Edificio que puede ser modificado conservando o mejorando su relación con el ambiente y manteniendo sus elementos significativos". El grado 3: "Protección estructural. Edificio que debe ser conservado mejorando sus condiciones de habitabilidad o uso, manteniendo su configuración, sus elementos significativos y sus características ambientales". El grado 4 establece la "protección integral" alude a aquel edificio "de valor excepcional que debe ser conservado integralmente. Sólo se admitirán en él apropiadas y discretas incorporaciones de elementos de acondicionamiento".
La declaración conlleva tanto beneficios como sanciones por incumplimientos. Para solicitar el beneficio de exoneración de la Contribución Inmobiliaria, se deberá verificar: recuperación de fachadas, correcto mantenimiento, restauración y/o reciclaje.