DÉBORAH FRIEDMANN
Uruguay participa del mayor estudio en la historia de América Latina sobre enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Implica encuestar y examinar a 2.000 personas de Barros Blancos y Pando, que serán evaluadas hasta 2015.
Las patologías cardiovasculares -infarto de miocardio y accidentes vasculares cerebrales- y otras enfermedades y sus factores de riesgo (como presión arterial alta, colesterol elevado, diabetes, obesidad, tabaquismo y una dieta no saludable) son la primera causa de muerte en Uruguay, Argentina y Chile. Representan más de un tercio de los fallecimientos.
Las previsiones epidemiológicas indican que, lejos de disminuir, el problema tiende a aumentar: la mortalidad por estas causas se incrementará dos veces y media en el Cono Sur, mientras que en los países desarrollados sólo crecerá un tercio. Bajo esa premisa, un grupo de científicos e investigadores de América Latina, encabezados por el argentino Adolfo Rubinstein, se presentó a un llamado del Instituto de Salud de Estados Unidos.
"La convocatoria era para la instalación de once centros de excelencia relacionados con enfermedades crónicas no transmisibles, todos ubicados en el Sur", explica Jacqueline Ponzo, especialista uruguaya en Medicina Familiar y Comunitaria e investigadora. "La idea era apuntar a generar más conocimiento en las zonas del mundo donde es más prevalente el problema en este momento", agrega.
Encabezados por el experto argentino, científicos de ese país, uruguayos y chilenos presentaron una propuesta para crear el Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur (Cescas). La iniciativa fue aprobada en 2008 y con ella un proyecto de investigación inédito en la región: la primera investigación en América Latina para conocer mejor las enfermedades cardíacas, en particular cómo se distribuyen los factores de riesgo y a cuántas personas afectan.
La principal fortaleza del estudio, dicen los investigadores, es el tamaño y la representatividad de la muestra. Son 8.000 personas, 2.000 de cuatro zonas de la región: Pando-Barros Blancos (Uruguay), Temuco (Chile), Bariloche y Marcos Paz (ambas de Argentina).
Eligieron Barros Blancos y Pando ya que el estudio está focalizado en ciudades pequeñas, debido a que en las metrópolis es donde suele concentrarse la investigación. A eso se sumó que Ponzo reside en Canelones y que se estaba instalando la Unidad Docente Asistencial en el Centro Cívico Salvador Allende, en Barros Blancos.
Tras la aprobación de la propuesta, los científicos se abocaron a elaborar el protocolo de la investigación y a que fuera luego aprobado por los comité de éticas locales. En el caso de Uruguay lo avalaron la Facultad de Medicina y el Instituto Nacional de Donación y Trasplante, explica a El País José Aníbal Manfredi, investigador principal del estudio en Uruguay.
ETAPAS. Para poder tener la muestra de aspirantes a participar, integrantes del equipo que trabaja en el estudio -compuesto en total por unas 50 personas- visitaron hogares y listaron a 4.000 personas de entre 35 y 74 años. De allí se seleccionó una muestra representativa de 2.000 lugareños.
Desde hace tres meses, encuestadores especialmente capacitados recorren los hogares seleccionados de Barros Blancos y Pando. Hasta el 15 de junio habían visitado a 361 personas y logrado reclutar a 330, que firman un consentimiento al ingresar. Es el índice de aceptación más alto de las cuatro zonas. Prevén completar los 2.000 a fines de octubre.
La primera etapa es que respondan una encuesta que lleva unos 90 minutos, donde les consultan sobre costumbres (tipo de alimentación, ejercicio, calidad de vida, si fuma o toma alcohol), qué trabajo desempeña y sus condiciones de vida. Además, les preguntan sobre problemas médicos como hipertensión, colesterol alto y diabetes. "Se consulta especialmente sobre los humos, la exposición a humos ambientales", precisa Manfredi. Informa que en Bariloche van a agregar un módulo especial a raíz de las cenizas provenientes del volcán chileno Puyehue.
Tras esa primera etapa, los citan a la policlínica para un control médico que implica tomarles la presión, pesarlos, medirles la altura y la cintura y practicarles examen de sangre, espirometría y electrocardiograma. Ese control no tiene costo para los participantes. A esa segunda parte concurrieron más de 180 pacientes, indica Manfredi. Las muestras son enviadas al Cescas en Argentina.
Al tomar contacto con los eventuales participantes les plantean dos tipos de beneficios: individuales y colectivos. Por un lado, cuenta Manfredi, que van a tener la "devolución" de los resultados de sus exámenes. En estos días, por ejemplo, detectaron un paciente con hipertensión arterial muy poco controlada. Le hicieron recomendaciones y le pidieron que fuera a una consulta con su médico, a quien le escribieron una nota sobre los hallazgos.
Además, también enfatizan el beneficio colectivo. "Les explicamos que este estudio va a permitir generar conocimiento para contribuir a mejorar la salud de toda la población, en particular de nuestro país. Le explicamos a su vez que es el primer estudio de este tipo en América Latina. El beneficio colectivo la gente lo acepta muy bien", dice Ponzo, responsable de la Unidad Docente Asistencial "Canelones al Este" de Medicina-ASSE.
En particular, quienes tienen trato con los pacientes intentan que se sientan parte de la investigación. Eso es clave para un aspecto central de este estudio: poder efectuar un seguimiento. Una vez por año llamarán a cada participante y le harán consultas sobre su estado de salud. Además, en 2013 le repetirán los mismos controles físicos -salvo la espirometría que la harán en 2014- que en la visita clínica inicial.
El estudio terminará en 2015. "Se va a lograr generar una base de datos en la cual vamos a conocer la prevalencia, es decir en qué proporción se dan los factores de riesgo como tabaquismo, diabetes, sedentarismo, hipertensión y también cómo se puede relacionar con la enfermedad respiratoria y cardiovascular", resume Manfredi. Además, este estudio dejará una capacidad técnica y de recursos humanos instalada en el país, ya que todo el equipo recibió capacitación.
Las cifras
330 Personas aceptaron ya ser parte del estudio. En octubre prevén llegar a las 2.000.
90 Minutos es lo que demanda contestar la encuesta sobre hábitos y costumbres.