Dos movilizaciones inquietaron la habitual tranquilidad del fin de semana en Cerro Chato. Las manifestaciones reflejaron la división de esa localidad entre quienes se oponen y quienes apoyan el proyecto de Aratirí.
Ayer hubo una movilización de la cual participaron productores rurales y vecinos que no quieren la minería. Por la mañana, unos 150 hombres a caballo, de Cerro Chato y alrededores, rodearon la avenida principal de la localidad haciendo conocer sus preocupaciones y sus razones para estar en contra de la explotación minera en la región.
Los productores señalaron que la explotación minera es "una de las actividades más contaminantes del planeta". Además alertan sobre otros perjuicios para la zona como la destrucción de caminos vecinales y rutas, así como la erosión del suelo. Para los productores también se provocaría el desplazamiento de miles de personas que han trabajado esos campos por generaciones.
Mientras, hay otro grupo de vecinos que no toma partido y se mantiene al margen de la discusión, abogando por mantener el clima fraterno en la localidad, dividida entre los departamentos de Durazno, Florida y Treinta y Tres.
Otros pobladores del lugar, a favor de la iniciativa, se habían movilizado el sábado.
"Aquí estamos luchando contra la mentira que se anda diciendo en torno a la contaminación", rezaba la proclama leída por el comerciante Heber Motta, de la Unión de Comerciantes de Cerro Chato.
En la nota, los activistas explicaron que "Cerro Chato ha estado alejado del mapa y la única esperanza para trabajar es un empleo público. Ahora con Aratirí, 400 personas ya contamos con un trabajo, hay espacio para los más jóvenes que sin tener experiencia laboral no necesitan irse a otros lados para buscar su destino, sino que pueden quedarse aquí. Hasta las mujeres con hijos ya cuentan con trabajo directo e indirecto".
La marcha del sábado se caracterizó por el color naranja de los uniformes que identifican a los trabajadores.
El presidente del gremio de Aratirí, Francisco Da Silva, rebatió los argumentos de los productores. "¿Por qué apostar todas las fichas a la ganadería extensiva? ¿Porque ya es conocida? ¿Porque ya está arraigada?", se preguntó. Según el sindicalista Aratirí impulsará "la creación de nuevas cadenas de valor" que se sumarán a la ganadería, la agricultura, el turismo y el desarrollo de pequeños y medianos emprendimientos.
La idea del plebiscito consultivo fue rechazada por los manifestantes, quienes dijeron que con ello el "Presidente se lava las manos con el tema".