El gobierno buscará un acuerdo político nacional sobre Aratirí, similar al que logró para la instalación de la ex Botnia. El gerente de Aratirí, Fernando Puntigliano, alertó que la politización del tema está preocupando a posibles inversores.
El Consejo de Ministros de ayer viernes evaluó como "positivo" el resultado de la triple interpelación por Aratirí que llevó adelante el diputado blanco Gerardo Amarilla, y analizó la posibilidad de "construir un acuerdo político nacional acerca de este emprendimiento", comunicó el ministro de Turismo, Héctor Lescano.
"El presidente Mujica recordó que esa fue su intención y acción en ocasión de tener conocimiento del proyecto", añadió. "Este proyecto de Aratirí puede tener en su final del proceso un concepto similar al que tuvo la ex Botnia, nuestra planta de celulosa, que finalmente terminó siendo una causa nacional que contó con muy amplio respaldo", resaltó.
Participantes del Consejo de Ministros informaron a El País que hubo coincidencia en que es posible alcanzar un acuerdo con la oposición. En principio sería el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, quien realizaría los contactos.
En tanto, el gerente general de Aratirí, Fernando Puntigliano, dijo a El País que "la politización" del tema "ha llamado la atención no solo a la casa matriz (de la empresa minera), sino a inversores en general, no relacionados con el hierro".
"Pone en riesgo un poco la imagen del país", agregó.
El empresario indio Pramod Agarwal, principal de Zamin Ferrous, compañía madre de Aratirí, visita Uruguay una vez al mes. En cada ocasión, Agarwal mantiene encuentros con jerarcas de gobierno, políticos y empresarios locales, dijeron fuentes de Aratirí.
El empresario tuvo reuniones con el presidente Mujica, ministros e incluso legisladores de la oposición. Entre estos últimos se encuentra el diputado nacionalista Luis Lacalle Pou, quien le aclaró que está contra el proyecto pero no por algo personal, sino porque no quieren que haya grandes emprendimientos de minería a cielo abierto.
Interpelación. Sobre las 3 de la mañana de ayer viernes, la Cámara de Diputados puso fin a quince horas de interpelación a los ministros Kreimerman, Lescano y Graciela Muslera (Vivienda), con una declaración de satisfacción que solo votó el Frente Amplio.
Muy por el contrario, los partidos de la oposición quedaron disconformes con los informes de los ministros, a quienes responsabilizaron por "estirar" y "aburrir" con sus intervenciones en sala.
Más allá de los reiterados discursos ministeriales y las intervenciones del diputado interpelante, Gerardo Amarilla, anunciando su disconformidad con los informes, el nacionalista José Carlos Cardoso se enfrascó en una discusión, tensa por momentos, con Lescano.
"Esto es un negocio", dijo Cardoso, en referencia a la inversión que proyecta la empresa Aratirí. Cardoso sugirió que en el país "se aprueba cualquier cosa" que traiga inversión, sin los debidos controles.
Adoptando un papel más propio de sus tiempos de polemista legislador que de ministro, Lescano le manifestó su discrepancia con ese enfoque, indicó que no se aprueba "cualquier cosa" y que "no es un negocio" la inversión de Aratirí.
En tanto Lacalle Pou respondió a críticas de Mujica, que había sostenido en su audición del jueves en M24 que la instancia parlamentaria suponía "un palo en la rueda" a la inversión de Aratirí, ante lo cual el diputado apuntó que "si fuera así, prefiero eso antes que pintarme los labios y aceptar cualquier inversión".