Ayer por la tarde, acompañados por una guardia policial, inspectores de la Intendencia de Montevideo volvieron a desalojar a los artesanos que venden ar- tículos en sus mantas sobre el piso de la Plaza Cagancha.
Esto había sucedido ya durante el año pasado, y también en 2009, cuando la intimación de los inspectores, acompañados por efectivos de la Policía terminó con agresiones físicas y verbales, además de acusaciones en una comisaría.
Distinto fue el tono de ayer. Algunos de los vendedores a los que se les impidió continuar con su actividad realizaron protestas pacíficas, hecho que al parecer también trajo algunas consecuencias.
"Recién usé la tela para poner una pancarta como modo de protesta y vino la fiscal y me la quería cinchar", se quejó a Telenoche Diego Torres, uno de los vendedores afectados.
"No nos dejan exponer nuestro trabajo, estamos bajo amenaza", aseguró Torres al informativo. Las imágenes permitieron ver al artesano regalando parte de sus artesanías a los transeúntes. "Yo no estoy jugando, tengo tres niños y les tengo que dar de comer. Esto es lo que mejor se me da", explicó el artesano.
Hace dos años se había señalado que habría reuniones con el departamento de Promoción Económica de la Intendencia para resolver la situación, cosa que a estas alturas no ha sucedido. "Les propusimos hasta pagar una cuota mensual por este espacio. Pero ellos no nos quieren ver acá", señaló el pasado mes de noviembre a El País uno de los artesanos.
La recuperación del espacio público, entre ellos la Plaza Cagancha, constituye uno de "los ejes centrales del plan de desarrollo municipal" del gobierno departamental actual, aseguró en ese momento Carlos Varela, alcalde del Municipio B, que abarca la zona del Centro de Montevideo.