Las rebeliones que este año derrocaron a los presidentes de Túnez, Zine El Abidine Ben Alí, y de Egipto, Hosni Mubarak, alentaron las reivindicaciones en esta región del mundo aquejada de déficit democrático, corrupción y nepotismo, que vive bajo la férula de regímenes incapaces de renovarse.
La ola de contestación fue respaldada por Estados Unidos, que instó a los dirigentes de la zona a dar una respuesta positiva a las demandas populares.
También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a tratar de superar las crisis con reformas audaces y no con medidas represivas.
En Bahréin, el desalojo por tropas antimotines de jóvenes que querían pasar una segunda noche consecutiva en la plaza de la Perla de Manama dejó 3 muertos según el gobierno, pero 4 según testigos.
Otros dos manifestantes habían muerto el martes.
El ejército desplegó decenas de tanques en la capital de este pequeño país del Golfo, en respuesta a las protestas que reclaman reformas al rey Hamad ben Isa al Jalifa, en el trono desde 1999.
Los grupos políticos de la oposición reclamaron el jueves la renuncia del gobierno dirigido por el primer ministro, el jeque Jalifa ben Slaman Al Jalifa, tío del rey, en el cargo desde la independencia de Bahréin en 1971.
La dinastía reinante en Bahréin es sunita, pero la mayoría de la población es chiita (otra rama del islam).
Es la primera vez que una de las monarquías del Golfo vive una oleada de protestas como éstas.
Inquietos, los países de la región aportaron este jueves "su apoyo total" a las autoridades bahreníes. El ministro de Relaciones Exteriores, el jeque Jaled ben Ahmed Al-Thani, justificó la represión por la necesidad de impedir "un conflicto confesional y una crisis económica" en su país.
En Libia, seis personas murieron el jueves en Banghazi (este) en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes que protestaban contra el régimen del coronel Muamar Kadhafi, en el poder desde hace casi 42 años, informaron sitios internet de la oposición.
Este jueves por la noche, se seguían escuchando disparos en varios puntos de Banghazi, según un testigo.
Otras marchas se señalaron en Zenten, a 145 km de Trípoli, durante las cuales se incendiaron varios puestos de policía y un local de los comités revolucionarios (pro-Kadhafi), informó el diario Quryna en su sitio en internet.
Las manifestaciones libias se iniciaron la madrugada del martes en Benghazi (1.000 km al este de Trípoli), con enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que dejaron 38 heridos.
En Al-Baida, ciudad a 1.200 kilómetros al este de Trípoli, la represión de las manifestaciones se saldó el miércoles con dos personas muertas, informó Quryna.
En la red social Facebook pulularon los llamamientos a convertir este jueves en un "Día de la Ira" contra Kadhafi.
Frente a estas protestas, cientos de partidarios de Khadafi se manifestaron por el centro de la capital para apoyar a su líder.
En Yemen, un paupérrimo país de la Península Arábiga aliado de Estados Unidos en la lucha contra la red islamista Al Qaidaun, un manifestante murió el jueves y 10 resultaron heridos en Adén (sur) y 25 personas resultaron heridas en Saná, la capital, en choques entre partidarios y adversarios del presidente Ali Abdalá Saleh, en el poder desde 1978.
Otras dos personas ya habían perecido el miércoles en Adén.
En Irak, dos personas murieron y más de 40 resultaron heridas el jueves por impactos de bala en el Kurdistán iraquí cuando unos 3.000 manifestantes, en su mayoría menores de 30 años, intentaron entrar por la fuerza en la sede del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) para pedir la renuncia del gobierno.
Otro manifestante de 16 años murió el miércoles al sur de Bagdad, tras dos semanas de manifestaciones para pedir una mejora de los servicios públicos y protestar contra la corrupción en el país.
Otros países del mundo musulmán viven bajo fuerte tensión política y social.
Un grupo opositor iraní llamó a manifestarse el domingo en homenaje a dos personas muertas durante una manifestación el lunes en Teherán, indicaron las páginas internet de los dirigentes opositores Mir Husein Musavi y Mehdi Karubi.
En Argelia, la oposición pretende volver a salir a la calle el sábado, después de la marcha de Argel del 12 de febrero, en la que participaron unas 2.000 personas que desafiaron la prohibición y el despliegue de más de 30.000 miembros de las fuerzas de se seguridad.
AFP