MARCELA DOBAL
Dicen que en Uruguay aún no es un caso claro, pero la palabra ya da vueltas en los análisis de expertos: ¿la economía se ha "recalentado"? Esperan medidas que pongan paños fríos al crecimiento vigoroso, desempleo mínimo e inflación sin tregua.
Tras su visita anual a fines de 2010 por el país, el staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló en un informe que la perspectiva para la economía local es "buena" pero "aparentemente hay riesgos contradictorios sobre esa perspectiva" como el "recalentamiento" y una "peor perspectiva internacional".
También el banco español BBVA advirtió por el "crecimiento muy rápido de la economía", que junto con el alza de precios internacionales puede generar un riesgo de sobrecalentamiento en Uruguay, según dijo a fines de febrero su economista jefe para América del Sur, Joaquín Vial.
Pero a nivel local las opiniones son divididas, según el sondeo que hizo El País entre analistas uruguayos. En lo que sí coinciden es que son necesarias medidas del gobierno para paliar los indicios de ese escenario que ya están percibiendo.
"No estoy seguro de que hoy estemos recalentados, pero daría la impresión de que nos acercamos a un punto de recalentamiento, sobre todo si 2011 se consolida, como aparentemente sucedería, como otro muy buen año de crecimiento para la economía uruguaya", indicó el economista Alfonso Capurro, de CPA/Ferrere.
El analista advirtió que "parece difícil" que Uruguay haya sufrido un cambio en la inversión de tal magnitud que le permita crecer por varios años a tasas de entre 6% y 8% sin recalentarse. Agregó que "todo parece indicar que Uruguay se aproxima a un punto en que la oferta no acompaña el crecimiento de la demanda. También mencionó que la demanda insatisfecha en el mercado laboral presionará al alza los salarios y hará que las empresas deban prepararse para un proceso de "inflación de costos" en el corto plazo.
Para el analista Marcelo Sibille, de la consultora KPMG, no hay dudas. "Que el consumo privado esté creciendo a mayor tasa que la producción de bienes y servicios, sumado al fuerte impulso que está teniendo el crédito, nos lleva a pensar que, más allá de otras presiones internacionales sobre el nivel de precios, la economía estaría transitando un proceso de recalentamiento", señaló.
Pero otro tema sobre el que los analistas tienen el ojo puesto es el uso de la capacidad de producción instalada, de lo que en Uruguay solo existen datos para el sector industrial (58% según el informe de la Cámara de Industrias correspondiente al tercer trimestre de 2010).
La analista Mercedes Comas, de la consultora PwC, indicó que cuando se indaga sobre los motivos para producir por debajo de la capacidad plena, "el primer factor señalado por los industriales es la insuficiencia de demanda interna bajo condiciones mínimas de rentabilidad".
Justamente por ese aspecto hay quienes creen que la economía uruguaya aún no se ha recalentado. Es el caso de Ramiro Almada, economista de la consultora Oikos. "A nuestro entender aún no estaríamos en un proceso de recalentamiento de la economía, pues si bien estamos creciendo por encima de las tasas de largo plazo, la demanda no ha superado la capacidad instalada, con lo cual existe algún margen del lado de la oferta para satisfacer la demanda", indicó. El experto cree que el nivel de inversiones registrado en los últimos tiempos "hace pensar que la capacidad instalada de la economía se amplió, con lo cual no deberían existir problemas de satisfacción del lado de la oferta".
En tanto, a juicio de la consultora Deloitte, "el desempeño de la economía uruguaya está mostrando varios indicios de sobrecalentamiento", indicó el socio Pablo Rosselli. "El nivel (bajo) de desempleo debería ser considerado indicio de que la economía está creciendo demasiado rápido", explicó. Eso no permite que la demanda de mano de obra sea satisfecha porque la poca oferta de trabajadores que hay no cumple los requisitos.
El analista agregó que otro indicio claro es que los niveles de inflación están sensiblemente por encima del rango objetivo para un período largo, "lo cual obedece a que las presiones son muy persistentes".
RECLAMAN MEDIDAS. Para los analistas, la situación local difiere del recalentamiento brasileño (el nivel de endeudamiento no es tan alto y el deterioro fiscal no es tan significativo), pero aún así piden medidas similares a las que está tomando el país vecino. Sugieren una política monetaria más contractiva, con una suba de la tasa de interés de referencia, y una política fiscal contracíclica, con reducción del gasto público.
La tasa de política monetaria del Banco Central (BCU) -que señaliza el interés de los créditos en moneda local- es de 6,5%, por lo que es negativa en términos reales, ya que las expectativas de inflación se ubican en 6,5% para los próximos 18 meses. Esa medida busca encarecer el crédito y así desestimular el consumo, cuya tendencia creciente impulsa los precios. Además, presiona el dólar a la baja, lo que tiene un efecto en la misma dirección sobre la inflación porque abarata los bienes importados.
"Que las políticas macroeconómicas no enfrenten en forma oportuna el recalentamiento es un riesgo de que el ajuste posterior sea de manera más brusca", advirtió Rosselli, quien en este contexto "no esperaría una suba (de la tasa) menor a 50 puntos básicos". Esta será revisada en el Comité de Política Monetaria del BCU el 24 de este mes. Sibille sugirió manejar "con precaución" la magnitud de los ajustes salariales para los grupos pendientes de lograr acuerdo en los Consejos de Salarios. Capurro añadió que si no se invierte en áreas críticas como infraestructura y logística "nos podemos llegar a perder la oportunidad histórica de seguir creciendo a estos ritmos".
¿CUÁLES SON SUS EFECTOS?
El recalentamiento de una economía ocurre cuando la capacidad productiva no puede seguir el ritmo de una creciente demanda agregada. En general, se caracteriza por un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) por encima de la tendencia normal del crecimiento económico de un país, a una tasa que no es sostenible. También se produce si la infraestructura de transporte se satura y es insuficiente para permitir la llegada de bienes a los centros de consumo. Con los altos precios, finalmente baja la demanda agregada y las exportaciones, haciendo bajar el consumo. La reacción de los gobiernos por lo general es ajustar la política monetaria y fiscal reduciendo el gasto, lo que junto con una reducción del consumo puede llevar en algún caso a la recesión.
LAS CLAVES DEL POSIBLE RIESGO
Desempleo mínimo
Dificulta crecimiento de firmas
El desempleo bajó a 5,4% en diciembre, el mínimo desde que existen datos. El gobierno ya encendió una "luz amarilla" de alerta ante la posibilidad de que en los próximos años la falta de trabajadores calificados se convierta en una dificultad para que la producción de bienes y servicios en el país siga creciendo.
Consumo en expansión
IMPULSA PRECIOS AL ALZA
Un estudio de Cinve estimó que los hogares uruguayos consumieron US$ 28.515 millones en 2010, una cifra inédita en la historia del país. Para este año, se espera que el consumo privado crezca 5,7%. Buena parte se explica por la baja del tipo de cambio que abarata bienes importados.
Capacidad instalada
POR AHORA NO es un problema
El único indicador de uso de la capacidad instalada disponible es el de la industria elaborado por la gremial empresarial del sector. En el tercer trimestre de 2010 el nivel fue de 58%, nueve puntos porcentuales menor que en igual lapso de 2009. Fue mayor en empresas grandes (62%) que en Pymes (51%).