CERRO LARGO | NÉSTOR ARAÚJO
La Policía de Cerro Largo recorrerá casa por casa en busca de los niños que se ausenten a clase. Los últimos hechos de vandalismo en la zona estuvieron protagonizados, casualmente, por los que tienen más inasistencias.
La Policía de Cerro Largo hablará con los padres o tutores de los alumnos que se ausenten reiteradas veces de clase, para indagar los motivos de las inasistencias, luego de recibir información de los maestros. La pesquisa apunta a detectar la participación de menores en hechos delictivos que son cada vez máscorrientes en algunos barrios del departamento.
Presidentes y delegados de las comisiones barriales señalaron que los últimos robos que han afectado a policlínicas, escuelas, comercios y algunas casas particulares en esas zonas fueron protagonizados por niños que, en forma coincidente, registran un elevado número de faltas en sus escuelas.
"Es un problema de seguridad a futuro, ya que los menores que adquieren esos hábitos van a terminar delinquiendo de mayores", indicó el subcomisario Ricardo Morales, encargado de la Policía Comunitaria.
Los agentes han recibido varios planteamientos de parte de la mesa de convivencia de seguridad ciudadana de Melo, que sesionó la noche del miércoles, y se decidió controlar de cerca la situación de los menores en edad escolar que no concurran a clases.
De acuerdo a la información aportada por maestras y representantes de las comisiones barriales en la reunión, el número de niños que salen de sus casas con dirección a la escuela, y antes de llegar se desvían por otras calles para reunirse con sus amigos en plazas, parques y resguardos peatonales, es muy elevado.
En esos encuentros no hacen otra cosa que "planificar hechos de carácter delictivo, en la mayoría de los casos", informó un oficial a los asistentes al encuentro.
A causa de esa realidad es que los uniformados obtendrán información directamente de las maestras y directoras sobre la ausencia de determinados estudiantes de las aulas.
Una vez constatada la falta, la Policía visitará el hogar del alumno para enterarse del motivo de su inasistencia, y saber si los padres o tutores están al tanto de que el chico no fue a clase.
Aunque la medida será aplicada en todos los locales de Primaria del departamento, la situación está más focalizada en algunas instituciones puntuales de contexto sociocultural crítico, ubicadas en las zonas norte y noreste de Melo.
"Se juntan para sacar las volquetas de sus lugares y tirarlas en otros lados; además se reúnen para romper las lámparas de los artefactos de luz, para dejar todo a oscuras y así poder cometer otros hechos ilícitos, robos, rapiñas, etc.", denunciaron los vecinos.
situación EN FLORIDA. En marzo del año pasado se vivió una situación similar en el departamento de Florida, donde la Policía desarrolló, en conjunto con las autoridades locales de Secundaria, una tarea parecida, que apuntó a establecer las causas de deserción e inasistencia estudiantil, y a analizar problemas relacionados con alcohol y drogas.
En aquel momento la Policía floridense se comprometió a "complementar la labor socio-investigativa sobre las causas de la inasistencia liceal; tratar de establecer posibles causas de conductas problemáticas en los alumnos, y a mantener los niveles de seguridad interior y exterior de cada centro educativo para lograr el adecuado relacionamiento interno y en relación al barrio de influencia".
La iniciativa generó un fuerte rechazo entre las autoridades nacionales de la educación.
La entonces directora de Secundaria Alex Mazzei declaró que "de ninguna manera la competencia de la Policía Comunitaria es controlar inasistencias".
Pese a ello, los agentes han continuado actuando hasta ahora, aunque no para controlar la asistencia de los alumnos, según informó el corresponsal de El País Alexis Trucido.
Cuando surge algún caso complejo que afecta a un centro educativo se llama a la Policía Comunitaria, "pero de ninguna manera para controlar inasistencias, eso no", explicó un docente que solicitó la reserva al periodista.
El año pasado hubo dos casos confirmados en los cuales los agentes fueron requeridos por las autoridades liceales para intervenir.
Ambos casos se produjeron en el Liceo N° 1, aunque la Policía calificó estos hechos como "aislados" en comparación con años anteriores cuando se habían producido todo tipo de episodios de vandalismo en diferentes centros.
Entre 2008 y 2009 hubo más de seis denuncias de alumnos apuñalados, docentes golpeados y hasta la fuga de un traficante de drogas desde el interior de un centro educativo.
En Cerro Largo, la Policía se comprometió a disuadir toda reunión de menores en espacios verdes, que se hagan habituales y de las cuales participen presuntos infractores.
De la mencionada reunión participó el jefe del cuerpo de inspectores de la Intendencia, Pedro Pérez a quien, de paso, le pidieron que fuera más riguroso a la hora de controlar las picadas de motos.