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La investigación en torno a la organización de narcotraficantes colombianos puso en evidencia flancos en el control de empresas "fantasma". El juez especializado reclamó mayores coordinaciones en el Estado para prevenir estas actividades.

"No hay ninguna empresa que emita diez facturas en tres años, sin embargo, eso no despertó la sospecha de nadie", dijo ayer el juez especializado en Crimen Organizado, Jorge Díaz, que investiga las actividades del narco colombiano Francisco Ramírez, aún prófugo.

El magistrado aludía a la fachada que Ramírez había montado a través de una firma exportadora de montacargas, vehículos que en realidad eran utilizados para transportar embarques de cocaína. De hecho en el interior de los tanques de combustible de dos montacargas se hallaron acondicionados los 119,7 kilos que tenían Alemania como destino.

Díaz sostuvo que "no parece razonable que se exporten montacargas a Europa, cuando la operativa es al revés. Sin embargo, eso tampoco despertó sospechas". De acuerdo con las estimaciones hechas por el magistrado especializado, en seis "exportaciones" de este tipo hechas en un lapso de dos años la organización pudo haber colocado entre 700 y 800 kilos de cocaína en Europa.

Ramírez había creado una sociedad anónima, con el nombre de EmbrionTech, además de establecerse como productor de soja. Según los datos de que dispone la Policía Antidrogas, Ramírez había entrado al país -tenía residencia legal desde 2002- con la compra de campos, utilizando dinero originado en una megaestafa por la que su padre, un poderoso capo, fue a prisión en 2006.

No fue el único flanco observado por el juez Díaz en relación con las grandes organizaciones criminales y la actuación del Estado. "La realidad dice dos cosas: el narcotráfico es el delito que tiene mayor índice de reincidencia y, por otro lado, ciudadanos que están presos siguen dirigiendo la organización vía celular desde el establecimiento carcelario. ¿Cómo se evita eso? Mediante dispositivos que tengan bloqueos electrónicos e impidan los contactos por teléfono", sostuvo.

No es la primera vez que el juez Jorge Díaz hace un reclamo de esta naturaleza en torno a las cárceles que alojan a narcotraficantes. El año pasado Díaz había alertado sobre este riesgo, en una percepción que también es compartida por el actual Director Nacional de Policía, Julio Guarteche, y antiguo titular de la Policía Antidrogas. En tal sentido, Guarteche había ido más lejos al reclamar en 2008 la creación de establecimientos especiales para narcotraficantes, por razones de máxima seguridad.

La investigación que se sigue en torno a la banda liderada por el colombiano Francisco Ramírez tiene aún pendiente tanto su captura, como la de otro colombiano y dos brasileños a quienes se presume integrantes del grupo.

Mientras la búsqueda de los prófugos continúa por parte de la Policía Antidrogas, los investigadores y el juez se concentran en la abundante documentación incautada en los allanamientos a la residencia de Ramírez en Carrasco, así como en el campo de Colonia donde mantenía cultivos de soja.

Los investigadores pretenden establecer la trama del lavado de activos provenientes del tráfico de cocaína, que solo en el embarque requisado habría proporcionado ganancias por US$ 7,5 millones a la organización criminal.

Si la hipótesis lanzada por el juez Díaz se verificara en el correr de la investigación, el grupo de Ramírez pudo haber embolsado ganancias netas por alrededor de US$ 50 millones sólo en los últimos dos años.

La captura de Ricardo Hougham Guerrero, al frente de un grupo que pretendía comenzar a traficar cocaína a Europa, provocó sorpresa en el Poder Judicial al saberse que el traficante gozaba de libertad condicional. Hougham Guerrero fue procesado el 7 de septiembre de 2006 en el marco de la Operación Campanita, que permitió desarticular la organización liderada por el colombiano Alex Pareja. A pocos meses de recobrar su libertad Hougham fue detenido el martes en Neptunia junto a otras cinco personas y se le incautaron 30 kilos de cocaína. Los investigadores habían obtenido evidencias de que el grupo buscaba consolidarse en Europa.