La muerte de Osama Bin Laden, el cerebro de Al Qaeda detrás de los atentados del 11 de septiembre del 2001 que murió el domingo en un operativo encabezado por Estados Unidos, generó diversas reacciones de analistas y políticos de América Latina.
El canciller peruano José García Belaunde dijo el domingo que "primero se deben extender las felicitaciones a Estados Unidos por el éxito de esta operación que corona el esfuerzo de años por tratar de ubicar al jefe de al-Qaida y desmantelar a la cabeza de esta organización terrorista mundial".
El canciller dijo que Perú enviará el lunes una felicitación escrita al presidente Obama, y agregó que "lo segundo es que ahora se puede dar un horizonte de seguridad en el mundo y lo tercero es no olvidar que el terrorismo es una amenaza a las democracias constituidas".
Desde Caracas, el vicepresidente venezolano, Elías Jaua, condenó el lunes las celebraciones que se dieron tras el anuncio de la muerte de bin Laden, y dijo a la televisora estatal que "no deja de sorprender cómo se ha naturalizado el crimen y el asesinato, y cómo se celebra".
"Antes, por lo menos los gobiernos imperiales guardaban la forma. Ahora la muerte de cualquier individuo, aparentemente de lo que se le acuse, pero no sólo de elementos fuera de la legalidad como Osama bin Laden, sino de presidentes, de las familias de presidentes, son abiertamente celebradas por los jefes de los gobiernos que bombardean", indicó Jaua.
Al criticar a Estados Unidos el vicepresidente dijo para "el imperio ya no hay otra salida, la salida política, la salida diplomática quedaron atrás. Aquí lo único que impera es el asesinato".
En Santiago de Chile, Patricio Navia, analista político y académico de la universidad chilena Diego Portales y de la Universidad de Nueva York, dijo a través de un mensaje en Twitter que la "gente que ama la democracia y la libertad no puede sino estar satisfecha de que Bin Laden esté muerto. Ninguna justificación para los ataques de 9/11".
Por su parte, el analista Guillermo Hoffman señaló que "la muerte de Bin Laden significa el fin de una era, pero también la incertidumbre de lo que viene, que pueden ser posibles ataques".
Hoffman agregó que "la muerte de Bin Laden va a marcar la política de Estados Unidos en Afganistán".
Sin embargo, Claudio Fuente, analista político internacional, señala que "en las próximas semanas los pasajeros de aviones van a sufrir más que ahora, porque se van a tener que intensificar las medidas de seguridad".
AP