Planteo de Mujica desata severa crisis en el partido de gobierno

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por Martín Aguirre

"Si ustedes votan esto, se va a ver reflejado en la próxima elección". Esas palabras del presidente Mujica explotaron en el seno de la bancada de Diputados del Frente Amplio, que se prepara para votar la anulación de la ley de Caducidad. Mujica no estaba solo. Su exposición se realizó ante la mirada ratificante del vicepresidente Astori y, según se encargó éste de aclarar, con el apoyo explícito de Tabaré Vázquez, que estaba fuera del país.

Vale la pena ponerse por un instante en la piel de esos diputados. Ante ellos, las tres personas con mayor caudal electoral del Frente les piden que voten en contra de lo decidido por los organismos formales de su fuerza. ¿Qué hacer? ¿Por qué nos tiran este fardo a nosotros? se preguntará más de uno. Es que la situación no es sencilla para nadie.

Por un lado están los dirigentes que han estado haciendo punta para apoyar una ley que va en contra de dos pronunciamientos populares, y que tiene serios visos de inconstitucionalidad. Gente como la senadora Constanza Moreira, el diputado Felipe Michelini, o hasta el presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto, que han recorrido cuanto programa de televisión y radio existe, defendiendo el proyecto. Y de repente, cuando tras sufridas negociaciones la cosa parece estar a punto de salir, todo parece volver a foja cero.

Por otro lado están los grupos como el Partido Comunista o el PVP, que fueron claves para que Mujica llegara a la Presidencia, y que han hecho de la Caducidad una de sus consignas fundamentales. ¿Cómo queda el Pit-Cnt que había anunciado un paro y un abrazo al Parlamento el día de la votación? Ni que hablar el canciller Almagro, que en el mismo momento que Mujica daba la puntilla al proyecto, defendía la norma en una comisión del Palacio.

La realidad es que desde un principio, la posición del Presidente fue poco entusiasta, cuando no directamente contraria a la norma que está por ser votada. Y si de algo se lo puede acusar es de no haber sido más enfático con los dirigentes de su propio sector con el tema. Con que solo su viejo compañero Fernández Huidobro hubiera votado en contra, se habría evitado llegar a esta situación.

El problema es que el argumento de Mujica, que tendría los resultados de una encuesta que afirma que la mitad de los votantes frentistas está en contra de la nueva ley, abre flancos serios a la crítica. Por un lado están los reproches que van a surgir desde la oposición, señalando que al Presidente no le preocupa ir en contra de dos votaciones populares y de la Constitución, pero sí ver afectado su caudal electoral. En el otro extremo del mapa político ya se escuchan voces que preguntan cómo va Mujica a explicarle a Macarena Gelman que no se anula la ley porque capaz que con ello el Frente pierde las elecciones.

Un párrafo especial merece la actitud del expresidente Vázquez, la gran carta con la que cuenta el oficialismo para mantenerse en el poder. En un principio apoyó la anulación de la Caducidad. Luego, al parecer, dio su aval a Mujica para el pedido a los diputados. Y, a continuación, en medio de este revuelo, vuelve a hacer declaraciones ambiguas desde Moscú, que no terminan de dejar en claro cuál es su posición, agravando así la angustia de los diputados que deben definir el asunto.

A la hora de buscar explicaciones al por qué de esta crisis que estalla en la coalición de gobierno, hay que ir ineludiblemente a su complejo sistema de funcionamiento orgánico. Un sistema en el que los sectores más ideologizados tienen un peso mucho mayor que lo que su caudal electoral demandaría. Por allí, y con el acuerdo de otros sectores menores como el Partido Socialista y la Vertiente Artiguista, que necesitan marcar un perfil o tienen cuentas pendientes con el mandatario, le impusieron al gobierno un tema que éste prefería no abordar. Ese problema ya había sido señalado por el vicepresidente Astori la semana pasada en una entrevista con El País, en la que señaló que "las bases están muy sectorizadas y creo que tal como están concebidas hoy, habría que reducir su poder dentro del Frente".

Los que es claro por las reacciones que este episodio ya está generando, es que va implicar un antes y un después en la gestión de gobierno del Frente Amplio. Y que ya sea por la irritación y el desencanto de los que se sienten traicionados, o por el empuje de los sectores mayoritarios que difícilmente estén dispuestos a seguir corriendo este tipo de riesgos, algo va a tener que cambiar mucho en el seno de la fuerza política.

Frase I.

"No hay argumento que se pueda usar en campaña que rebata el hecho que se pasan por alto a dos plebiscitos. Esta ley compromete el futuro del Frente en el gobierno". (Presidente José Mujica).

Frase II.

"Con el nivel de desprolijidad con que hemos procesado esta discusión, el Frente Amplio queda mal parado. Esto es algo que el Frente debe sí o sí corregir". (Diputado José Bayardi).

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