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VALERIA GIL

El funcionamiento interno del Frente Amplio tiene sus complejidades, y esto hace que resulte difícil de entender por qué los grupos con más votos no siempre logran imponer sus criterios a los sectores más chicos.

Esta complejidad estuvo en boca de varios dirigentes frenteamplistas a partir de la resolución del Plenario Nacional del Frente Amplio que ratificó el mandato a los diputados de gobierno a votar la anulación de la ley de Caducidad mañana jueves.

El Movimiento de Participación Popular (MPP) y Asamblea Uruguay son los grupos con más apoyo en la coalición de izquierda: juntos prácticamente obtuvieron el 50% de los votos del FA en las elecciones de octubre de 2009. Ambos grupos están en contra del proyecto interpretativo que anula los efectos de la ley de Caducidad.

Sin embargo, un bloque minoritario, liderado por el Partido Comunista (6,5% de los votos del FA), logró imponer su criterio y el Plenario Nacional ratificó el mandato a votar por la anulación de la Caducidad.

¿Cómo es posible esto? El Plenario es el máximo órgano de dirección del FA y tiene 170 integrantes: 85 responden a los sectores políticos y los 85 restantes a las "bases", militantes que operan a través de los "comités" de la coalición de izquierda y que responden mayoritariamente al Partido Comunista. Estos son electos en unas internas en las que solo votan los afiliados al FA.

Los 85 delegados de los sectores políticos surgen de las elecciones nacionales.

Además, los estatutos del FA les aseguran a todos los sectores de la coalición de izquierda al menos un delegado en el Plenario, aunque su caudal electoral sea testimonial.

Así, los grupos menores del FA, sumados a las "bases", se hacen con la mayoría de los delegados del Plenario, relegando a los sectores con mayor caudal electoral y representación parlamentaria.

Reestructura. El vicepresidente Danilo Astori, líder de Asamblea Uruguay, ha planteado la necesidad de quitarles poder de las "bases".

La diputada Daniela Payseé, del sector de Astori, dijo a El País que la estructura del FA debe ser cambiada en la medida que responde a una época distinta a la actual.

Según Payseé, el FA debería analizar "si esa representatividad tiene que ver con una realidad de la izquierda que está muy sectorizada, por lo que sería el momento oportuno para aproximar una solución".

Dentro de la misma línea, el diputado Aníbal Pereyra (MPP) dijo a El País que "el FA tiene que hacer un balance que vaya encajando en la realidad". Sin embargo, agregó que la preocupación por modificar el funcionamiento de la orgánica no está asociada a la votación en el último Plenario.

Esta posición del MPP y Asamblea Uruguay es rechazada por el Partido Comunista, que pretende mantener su peso dentro del Plenario y el Congreso del FA. El Congreso tiene entre 1.400 y 2.500 integrantes, de los cuales apenas 85 responden a los sectores políticos del FA.

Entre otras facultades, el Congreso resuelve los candidatos a presidente y vicepresidente de la República.

En tanto, el Plenario se ocupa de ejercer la dirección política permanente del Frente Amplio, proponer el programa de gobierno y supervisar el trabajo de la Mesa Política.

Entre twitteos y dialogados, el Senado aprobó ayer la renuncia de Eleuterio Fernández Huidobro a su banca. El ahora ex senador de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) había anunciado su renuncia el 12 de abril, el día que votó el proyecto de anulación de la ley de Caducidad por "disciplina partidaria", acatando un mandato del Plenario Nacional del Frente Amplio.

Luis Alberto Heber (Unidad Nacional) señaló que Fernández Huidobro se va por una cuestión de "principios". Eber Da Rosa (Alianza Nacional) dijo que Fernández Huidobro "renunció por un problema de conciencia, lo que representa un hecho notable en el Parlamento". Da Rosa recordó el caso del ex senador blanco Manuel Singlet, que renunció a su banca en 1992 por discrepar con la posición de su sector, el Movimiento Nacional de Rocha (MNR), de votar la ley de empresas públicas del gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995).

Desde la bancada colorada solo habló José Amorín, quien aseveró que es "una lástima que tenga que renunciar alguien elegido por la voluntad popular", aunque di-jo que Fernández Huidobro fue "consecuente" con sus ideas. En tanto, Pedro Bordaberry escribía desde una laptop frases en Twitter sobre la sesión.

Desde el Frente Amplio, Lucía Topolansky (MPP) afirmó que lamenta que su ex compañero de sector se retire y afirmó que siente respeto por las razones que lo llevaron a renunciar.

Carlos Baráibar, de Asamblea Uruguay, aseguró que Fernández Huidobro "habiendo sido un guerrillero, ahora ha sido un guerrillero de las ideas y las conductas".

Bordaberry se mantuvo callado en su banca pero respondió a través de su cuenta en Twitter: "¿Estamos todos locos?".