BERLÍN | AFP
Alemania se convirtió ayer en la primera gran potencia industrial que renuncia a la energía atómica, al decidir el cierre de sus últimos reactores en 2022, a raíz de la catástrofe de la central nuclear japonesa de Fukushima.
"Somos la primera gran nación industrial que da el viraje hacia las energías renovables", dijo en conferencia de prensa la canciller alemana Angela Merkel, que agregó que Alemania asumía un papel de "precursor" en el mundo.
En la noche del domingo, el ministro de Medio Ambiente, Norbert Rottgen, había anunciado el fin de la energía nuclear en Alemania y, sobre todo, había detallado el calendario del cierre de las centrales.
"La coalición se puso de acuerdo para poner un término al recurso a la energía nuclear", declaró a la prensa Norbert Rottgen, al cabo de siete horas de negociaciones nocturnas en la oficina de Merkel.
Catorce de los 17 reactores alemanes ya no estarán en servicio hacia fines de 2021, y los tres últimos -los más recientes- funcionarán hasta fines de 2022 a más tardar, precisó el ministro, que calificó la decisión de "irreversible".
Los siete reactores alemanes más antiguos ya habían sido desconectados de la red de producción de electricidad, a la espera de una auditoría solicitada a mediados de marzo Merkel, tras la catástrofe de Fukushima.
Estos siete sitios -además de un octavo, que tiene reiteradas fallas- ya no serán reactivados, dijo el ministro.
Alemania tendrá que hallar antes de 2022 la forma de producir 22% de sus necesidades en electricidad, actualmente asegurados por las centrales atómicas. "Nuestro sistema (de suministro) en energía debe y puede ser fundamentalmente modificado", insistió Merkel.
Alemania apunta a acelerar la construcción de centrales convencionales y eólicas y, al mismo tiempo, reducir en 10% su consumo eléctrico.
Suiza también prometió cerrar sus centrales nucleares.