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El senador Luis Alberto Lacalle anunciará el sábado 11 en la convención del Partido Nacional que renunciará a la presidencia del Directorio blanco. Lo reemplazará en el cargo el senador Luis Alberto Heber.

La renuncia de Lacalle al Directorio blanco fue confirmada anoche a El País por allegados al ex presidente y líder de Unidad Nacional. El sábado Lacalle será el último en hablar en la convención blanca.

A nivel de Alianza Nacional, el sector liderado por el senador Jorge Larrañaga, la noticia de la renuncia de Lacalle al Directorio tomó ayer por sorpresa a algunos de sus principales dirigentes. Ahora, en Alianza Nacional se plantean cómo posicionarse frente a este paso que dará Lacalle el sábado.

Fuentes de Unidad Nacional dijeron que el propósito de Lacalle es concentrarse en la actividad legislativa, y descartaron que su renuncia al Directorio responda a las diferencias que ha mantenido con Larrañaga sobre el relacionamiento del Partido Nacional con el gobierno del presidente José Mujica.

Lacalle y varios dirigentes de Unidad Nacional han sido críticos con la estrategia de Larrañaga de acercamiento a Mujica, que le ha permitido negociar con el gobierno algunos proyectos de ley en contra de la posición del resto del Partido Nacional.

Esta semana, dirigentes de Unidad Nacional hicieron saber su malestar con Larrañaga por la reunión que mantuvo el lunes 6 con Mujica, donde acordaron la convocatoria a una nueva cumbre de líderes para discutir la crisis del sistema educativo.

En opinión de Lacalle, le corresponde al gobierno tomar la iniciativa de reformar el sistema educativo, ya que dispone de las mayorías parlamentarias para hacerlo. "El que tiene que mover, por ser mano, es el gobierno; nosotros somos pie", dijo Lacalle a El País al comentar la reunión del lunes entre Mujica y Larrañaga.

El propio Larrañaga defendió su gestión ante el presidente por el tema educativo. El líder de Alianza Nacional dijo a El País que su iniciativa "no va en contra del partido que integro", y que las reuniones de los líderes de la oposición con el presidente de turno "no es algo atípico o irregular".

"Si hay malestar, yo lo siento", dijo Larrañaga, recordando que él se enteró por los medios que dirigentes de Unidad Nacional adherían a la campaña de recolección de firmas para bajar la edad de imputabilidad.

Ayer, en diálogo con El País, el senador Eber Da Rosa, secretario general de Alianza Nacional, dijo que no corresponde que en Unidad Nacional se sientan molestos por este asunto, porque Lacalle también se reunía con el expresidente Tabaré Vázquez cuando Larrañaga era presidente del Directorio del Partido Nacional. "Puede que haya habido molestias o comentarios en un círculo muy próximo a Lacalle, pero no es un tema que genere mayores problemas. Nadie nos trasmitió formalmente problemas en ese sentido. Nosotros tampoco trasmitimos ningún malestar al Herrerismo cuando Lacalle salió a anunciar el apoyo a la campaña de firmas que impulsa el senador Bordaberry", dijo Da Rosa.

A su vez, el diputado Jorge Gandini, también de Alianza Nacional, restó trascendencia al supuesto malestar de dirigentes de Unidad Nacional porque en el encuentro Mujica-Larrañaga del lunes se pretendió fijar una prioridad legislativa. "No creo que dé para ofenderse", dijo Gandini a El País. "Se trata más bien de las prioridades de cada sector del partido", añadió.

En este marco, Alianza Nacional está en pleno proceso de análisis sobre la estrategia que mantendrá hacia la interna del partido y hacia el gobierno.

El martes 7, en un restaurante del Parque Rodó, Larrañaga reunió a los senadores y diputados de su sector, y proyecta hacer lo propio con los directores de los entes autónomos y servicios descentralizados, ediles, alcaldes y concejales. Hace unos días tuvo un encuentro similar con los intendentes de Alianza Nacional.

En la reunión del martes 7 hubo matices en cuanto a que algunos dirigentes de Alianza Nacional se mostraron reticentes a mantener contactos con el gobierno y otros sostuvieron que esa sería la mejor forma de lograr el retorno al Partido Nacional de gente que en las últimas elecciones apoyó al Frente Amplio. Los que sustentaron esta postura la basaron en que esos votantes estarían hoy desencantados del gobierno.

Da Rosa dijo allí que los votos que necesita el Partido Nacional para ganar "no van a venir del cielo ni brotarán de abajo de la tierra". La intención de la gente de Larrañaga, entonces, es disputarle esos votantes al Frente Amplio. El propio Da Rosa ha manejado la creación de un espacio de "centro izquierda" y ha mantenido conversaciones con el senador Jorge Saravia, hoy en situación de rebeldía en el Frente Amplio.

El senador Sergio Abreu dijo que no hay que plantear la disyuntiva entre "derecha, centro o izquierda", sino "cómo superar el pasado y plantear las bases del futuro".

Da Rosa dijo en la reunión del martes 7 que no se puede decir que Alianza Nacional vota todo con el gobierno porque, por ejemplo, en casos como la creación de los coordinadores departamentales y en la flexibilización del secreto bancario, a propuesta de Larrañaga se lograron cambios respecto a la idea original del gobierno.

Fuentes de Alianza Nacional dijeron ayer a El País que en enero pasado Larrañaga también manejó la posibilidad de renunciar al Directorio blanco, a fin de darle espacio a otras figuras de su sector.

El senador Luis Alberto Lacalle siempre consideró que el cargo de presidente del Directorio del Partido Nacional lo dejaba en una "posición difícil", porque además es el líder de Unidad Nacional.

En una entrevista con El País el 12 de diciembre de 2010, Lacalle hacía la siguiente reflexión: "Yo he tratado, desde mi puesto de senador, plantear temas importantes. Como presidente del Directorio del partido estoy en una posición difícil, porque también soy líder o no sé qué de Unidad Nacional. Entonces he tratado de navegar esas dos aguas. Tengo la responsabilidad de ser muy prudente a la hora de marcar una posición, porque el propio partido tiene más de una. Yo quiero que este período mío como presidente del Directorio cuando termine encuentre un partido más adecuado a los tiempos modernos y mejor posicionado para las próximas convocatorias electorales. Siempre en el entendido que lo electoral es hijo de las actitudes políticas".