GAZA | AFP Y AP
Israel interceptará la flotilla con ayuda humanitaria que zarpará en los próximos días hacia Gaza. En caso de no llevar armas, todo el cargamento será llevado a destino.
Israel está "determinado" a interceptar la flotilla internacional que zarpará en los próximos días con ayuda humanitaria para Gaza, territorio palestino sometido a un bloqueo israelí.
"El Estado de Israel está determinado a impedir la llegada de la flotilla a Gaza", señaló la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu en un comunicado, al final de una reunión del gabinete de seguridad.
Sin embargo, las fuerzas armadas israelíes tienen la consigna de "evitar en la medida de lo posible el enfrentamiento con aquellos que van a bordo de los barcos", según la nota.
El gabinete de seguridad, integrado por los principales ministros, abordó este tema el pasado fin de semana.
"Los ministros decidieron no autorizar a los barcos echar anclas en Gaza, aunque estarán autorizados a descargar el cargamento en Ashdod (puerto israelí) o en el puerto egipcio de El Arish", afirmó la radio militar.
"Si no se encuentra ningún arma o munición, el cargamento se transportará en su totalidad a Gaza", aclaró la radio.
Según la radio pública, Egipto aceptó que los barcos atraquen en el puerto de El Arish, a unos 50 kilómetros al oeste de la frontera egipcia con Gaza.
Militantes pro palestinos de 22 países se han dado cita "jueves o viernes" en las costas de Creta (sur de Grecia) para zarpar con ayuda humanitaria para Gaza a bordo de una flotilla de "nueve o diez" barcos, afirmaron los organizadores ayer en Atenas.
Los organizadores de esta "flotilla de la libertad" denunciaron "obstáculos administrativos procedentes de las autoridades griegas" que, según ellos, se encuentran "bajo presión de Israel".
Algunas de las embarcaciones de la flotilla, incluidos dos cargueros con tres mil toneladas de ayuda humanitaria (medicamentos, ambulancia, cemento), partirán de diversos puertos griegos y otros cruzarán las aguas griegas para juntarse en alta mar, informan los organizadores.
Numerosos países como Estados Unidos, Francia y Grecia desaconsejan a sus ciudadanos participar en la flotilla.
Esta iniciativa se lleva a cabo por segundo año consecutivo y en ella participan esta vez 350 activistas, entre diputados franceses, suecos, noruegos y españoles, artistas, escritores y entre 30 y 50 periodistas.
La acción, definida como pacifista, tiene por objetivo romper el bloqueo impuesto a Gaza desde hace cinco años por Israel.
Periodistas. El gobierno israelí retiró también su amenaza de deportar a cualquier periodista extranjero capturado a bordo de la flotilla, en un intento por evitar una crisis con la prensa internacional.
La Oficina de Prensa del Gobierno de Israel envió una carta en la que advertía que cualquier periodista detenido a bordo estaría violando las leyes israelíes de ingreso al país y podría ser deportado y prohibírsele entrar durante 10 años.
La amenaza provocó protestas de periodistas extranjeros y fue fuertemente debatida por los medios de comunicación.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que, después de que le informaran del asunto, ordenó a las autoridades no usar las medidas que se aplican a los que se infiltran al país y pidió buscar una solución en torno a qué hacer con los reporteros si están a bordo.
No dio detalles pero dijo que se hará una excepción para los periodistas.
Además, se acordó que periodistas viajen en las flotillas para crear transparencia y una cobertura confiable.
Una "revuelta pacífica" para Siria
Damasco | Un grupo de opositores reunidos en Damasco se comprometieron a seguir "adhiriendo al levantamiento pacífico" en una reunión pública sin precedentes en Siria, que desde hace más de tres meses registra una revuelta popular contra el régimen del presidente Bashar al Asad.
Se comprometieron en un documento a "seguir adhiriendo al levantamiento pacífico de nuestro pueblo sirio por la libertad, la democracia y el pluralismo".
Los participantes observaron un minuto de silencio en honor "a los mártires civiles y militares" caídos desde que comenzó el movimiento, el 15 de marzo. Desde esa fecha, han muerto 1.342 civiles y 343 policías y soldados, según el último balance del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Según los opositores, la revuelta popular apunta "a fundar un estado democrático civil por la vía pacífica".
Confirmaron su rechazo a la represión "para solucionar la profunda crisis política estructural que sufre Siria" y "cualquier comportamiento que discrimine a los sirios según una base confesional o étnica".
Los opositores rechazaron también "cualquier intervención extranjera en los asuntos de Siria".
Tras el encuentro, Estados Unidos consideró que la reunión pública sin precedentes de opositores en Damasco es un acontecimiento de mucha trascendencia.
"Este es un acontecimiento importante", señaló la portavoz del departamento de Estado Victoria Nuland a los periodistas.
"Es la primera reunión de este tipo en varias décadas. Cerca de 160 personas participaron", dijo.
La cifra
350 activistas, entre diputados franceses, suecos, noruegos y españoles, artistas, escritores y periodistas, participarán del viaje.
La última flotilla a Gaza
En mayo del año pasado, un primer intento de acercarse a las costas de la franja de Gaza les costó la vida a nueve personas debido a un asalto de los comandos de la marina israelíes contra el transbordador turco "Mavi Marmara", utilizado por la flotilla para enviar la ayuda.
Como consecuencia de esta embestida, Israel fue blanco de una ola de críticas de la comunidad internacional y sufrió un deterioro en sus relaciones diplomáticas con Turquía. El gobierno israelí anunció este mes la creación de una comisión interna encargada de investigar el asalto, cuya imparcialidad fue puesta en duda por Turquía y la Autoridad Palestina. La comisión, que incluirá a dos observadores extranjeros, investigará los aspectos legales de la operación. El secretario general de ONU, Ban Ki-moon, "tomó nota" del anuncio israelí y dijo que su propuesta para una investigación internacional creíble sigue en pie, dijo su portavoz, Farhan Haq. (AFP)