El diputado colorado José Amy presentó un proyecto de ley ampliando el alcance de la función que cumple la guardia perimetral a cargo de los efectivos de las Fuerzas Armadas en diversas cárceles del país, incluyendo el establecimiento de máxima seguridad de Libertad.
El legislador del sector Vamos Uruguay propuso agregar a la ley 18.717, que rige actualmente la tarea de los efectivos militares, una precisión a su función que les permita repeler con fuego un eventual ataque o agresión proveniente desde fuera de la zona perimetral delimitada como "zona militar".
Este agregado permitirá que la guardia perimetral pueda impedir cualquier intento de fuga individual o masiva de reclusos, así como su eventual apoyo a través de ataques o agresiones provenientes desde fuera de la zona.
La precisión en la nueva función se hace en respuesta a un planteamiento de los militares que han detectado "indicios" de que en las zonas aledañas al penal de Libertad hay predios que pueden haber sido adquiridos o arrendados por organizaciones de narcotraficantes con el fin de ensayar un rescate a alguno de los diez o más integrantes de organizaciones internacionales que están recluidos en Libertad.
La ley 18.717 habilita al Poder Ejecutivo a encomendar a personal militar dependiente del Ministerio de Defensa Nacional el cumplimiento de funciones transitorias de guardia perimetral en varias cárceles, penitenciarías y centros de recuperación del Ministerio del Interior.
Amy explicó a El País que "para el mejor cumplimiento de la misión encomendada resulta necesario precisar el alcance de la tarea".
La semana pasada, la División de Ejército II solicitó al mando que se impulse una ley habilitando a los soldados de guardia en el penal de Libertad a responder ataques desde fuera del perímetro militar. Entre los 1.250 reclusos de Libertad se encuentra una decena de traficantes que integran organizaciones mexicanas, colombianas, serbias y brasileñas.
Libertad cuenta con un doble vallado en torno a su perímetro. Luego hay un espacio de tierra de unos metros que se rige por la normativa castrense. Aquel recluso que intente cruzar esa zona y saltar el último vallado, recibe la voz de alto de los soldados en las garitas. Luego la normativa faculta al soldado a disparar para evitar la huida. Pero nada se dice cuando el ataque proviene desde el exterior hacia el penal.