Hallan genes que aumentan o bajan la supervivencia al cáncer

Ovarios. Lograron identificar la composición del tumor que los afecta

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LETICIA COSTA DELGADO

Investigadores estadounidenses identificaron detalles de la composición genómica del cáncer de ovario. Tras analizar 500 tumores, los científicos detectaron alteraciones genéticas comunes y 85 genes que aumentan la supervivencia.

En lo que fue la investigación más importante realizada hasta la fecha sobre el mapa genético de un cáncer, investigadores del Instituto Nacional del Cáncer y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos obtuvieron una imagen precisa sobre la composición genética del cáncer de ovario. La investigación fue publicada ayer por la revista Nature.

Este tipo de tumores representan la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres de Estados Unidos -se estima que en 2010 provocó la muerte de 13.850 personas. En Uruguay, cada año fallecen 83 mujeres por esta causa, según cifras de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer.

Si bien el cáncer de ovario no es el más frecuente -ocupa el sexto lugar en una nómina de 17 tipos identificados por la Comisión-, es uno de los más letales.

De cada 10 mujeres que se diagnostican, entre 5 y 6 fallecen. La relación supera a otros más frecuentes como el cáncer de mama -se producen 3 fallecimientos cada 10 diagnósticos-, y el de colon rectal -5 cada 10. El alto índice de mortalidad se debe a que suele ser detectado en estados avanzados, porque no presenta síntomas.

Frente a esta realidad, el contar con un conocimiento más acabado de cómo está compuesto el cáncer de ovario, cómo podrían desarrollarse medicamentos eficaces y qué elementos podrían mejorar el diagnóstico, es visto con buenos ojos por la comunidad científica internacional.

ATLAS DEL GENOMA. Los estudios fueron liderados por investigadores del Atlas del Genoma del Cáncer, un consorcio de científicos coordinado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que trabaja en el diseño de mapas multidimensionales sobre los cambios genómicos considerados clave en los principales tipos de cáncer.

Para realizar la investigación los científicos se centraron en el adenocarcenoma ceroso, el tipo más frecuente de cáncer de ovario. Esa variante, según cifras de Estados Unidos, provoca cerca del 85% de las muertes en pacientes con cáncer de ovario.

Uno de los principales hallazgos fue descubrir que un gen específico, el TP53, estaba presente en el 96% de los 500 tumores analizados. En este estudio fue la primera vez que se relevó un número tan grande de tumores. El gen TP53 codifica una proteína que, en condiciones normales, evita el desarrollo del tumor. Mutaciones en este gen anulan la función de la proteína y facilitan el crecimiento desmedido de las células cancerígenas en el ovario.

Asimismo, los investigadores identificaron otras mutaciones que se repetían, aunque con menor frecuencia. Entre ellas estaban los genes BRCA1 y BRAC2, mutaciones hasta ahora asociadas con el cáncer de mama, que fueron localizadas en 30% de las pacientes estudiadas.

Por otra parte, la investigación permitió descubrir 203 genes involucrados en la supervivencia de la paciente: 85 provocaban un mayor tiempo de vida y 108 un menor período de supervivencia.

Las pacientes cuyos tumores mostraban la expresión de genes asociados con una menor supervivencia, llegaban a vivir 23% menos que las otras pacientes.

El hallazgo es relevante si se considera que en 31% de los casos, las mujeres logran sobrevivir sólo 5 años desde que se les diagnostica este cáncer (según cifras de Estados Unidos). Una muestra de la importancia de contar con un conocimiento más acabado de la enfermedad.

TRATAMIENTO. A efectos de identificar oportunidades de tratamiento, los investigadores probaron drogas que pudieran inhibir la expresión desmedida de los genes involucrados en el cáncer de ovario.

La investigación detectó 68 genes que podrían ser combatidos con drogas que ya han sido aprobadas por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) o se encuentran en fase experimental.

Investigaciones anteriores habían demostrado que algunas de estas drogas eran efectivas contra el cáncer de ovario. Pero este estudio demostró que 50% de los tumores eran sensibles a compuestos que aprovechaban la inestabilidad genética del tumor e inducían a las células del cáncer a morir.

Específicamente, los científicos confirmaron la efectividad de una droga conocida como PARP, que resultó efectiva en la mitad de los tumores analizados.

"Como todos los tipos de cáncer, el cáncer de ovario es el resultado de una serie de desórdenes genómicos", dijo Eric Green, director del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano.

"Cuanto más conozcamos sobre los cambios genómicos que se producen en las células del tumor, mejor podremos atender a las personas", agregó el investigador.

El estudio científico divulgado ayer también identificó cambios en la estructura del genoma en sí.

"Los catalizadores moleculares de la enfermedad no están reducidos a unos pocos cambios que afectan genes aislados", dijo Harold E. Varmus, director del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. "Igual de importantes son los cambios estructurales que ocurren en el genoma de estos tumores. Investigadores abocados al cáncer podrán utilizar todo este cúmulo de información para comprender mejor la biología del cáncer de ovarios y poder así mejorar el diagnóstico y el tratamiento contra esta enfermedad tan temida", agregó Harold.

Más de la mitad de los tumores estudiados tenían defectos en genes que juegan un rol clave en reparar defectos producidos cuando la célula se divide y duplica su ADN.

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