La borrachera del sábado a la noche "quema" el cerebro, según un estudio estadounidense que estableció que el mal hábito del "atracón" de alcohol está vinculado al adelgazamiento de algunas áreas del cerebro fundamentales para resolver todas las funciones ejecutivas como tomar decisiones, planificar acciones y prestar atención.
La investigación fue presentada durante el 34° encuentro anual de la Sociedad de estudio del alcoholismo en Atlanta por Tim McQueeny de la universidad de Cincinnati.
En este trabajo, publicado en la revista de la Academia norteamericana de las Ciencias, PNAS, se observaron simios en edad adolescente para verificar los efectos tóxicos del alcohol en el cerebro juvenil. El 22 % de los jóvenes de entre 18 y 22 años tiene el vicio de emborracharse hasta perder el sentido.
El alcohol es particularmente perjudicial para los jóvenes en cuanto a que su organismo no está aún en condiciones de metabolizarlo, una capacidad que se desarrolla recién alrededor de los 20 y 21 años.
El alcohol, por lo tanto, circula libre en su organismo y va a dañar el cerebro "eligiendo" la grasa de las membranas celulares destruyendo las neuronas.
Las consecuencias de tal proceso se ven: los expertos estadounidenses estudiaron el cerebro de un grupo de jóvenes de entre 18 y 25 años, todos con experiencias de exceso alcohólico.
Observando su cerebro con técnicas de imágenes, emergió que a mayor cantidad de vasos tomados en una noche mayor resulta el adelgazamiento de la materia gris a nivel de la corteza prefrontal, daños microestructurales fueron también observados a nivel de la materia blanca, es decir de los nervios de conexión entre áreas neuronales. ANSA.