HENRY SEGURA
Quien consulte la cartelera de espectáculos de cualquier día de la semana puede comprobar el fenómeno: el tango ha pasado a ser uno de los géneros musicales más cultivados por el púbico uruguayo.
Hay bares tangueros, como el Nueva York en Piedras 292 y el Tango Bar Victoria en Emilio Romero y Conciliación, que tienen programación fija hasta los mediodías, como forma de contemplar a aquel público veterano que ya escapa a las noches. Pero son esas horas nocturnas las que recogen la gran mayoría de las propuestas, que tienen locales que incluso las manifiestan por duplicado, como el Museo del Vino (Maldonado y Gutiérrez Ruiz) que los jueves incluye clases de baile y los viernes mantienen un espectáculo (Desde el alma) que viene transitando escenarios desde hace unos tres años. Y eso sin hablar de las actividades más expresivas por tamaño y ambición, como la celebración desde el próximo jueves 21 del Encuentro Montevideo Tango que durante cuatro días estará convocando a varios practicantes del género. Valeria Lima, Mónica Navarro, La Mufa y Daniel Cortés, entre otros. O la final del concurso de tango danza que se celebró el miércoles pasado en el Solís.
De esta manera, la Antología del tango que desde mañana aparecerá junto a El País no cae en el vacío. Viene a sumarse a ese espíritu de celebración de una de las señas de identidad más genuinas que tienen los rioplatenses. Se trata de una selección de piezas de primera línea que permite ilustrar casi cien años del género desde el salto a la edad adulta dado en los años veinte hasta nuestros días. Son quince libros-discos para los que se recurrió a archivos sonoros de las compañías RCA Victor, CBS y Microfón, entre otros.
La antología está estructura en torno a cinco ejes temáticos: tiempos viejos (los años veinte y treinta), a bailar (los años cuarenta), siga el baile (los cincuenta), años de soledad (los sesenta y setenta) y volver, que abarca desde los años ochenta hasta ahora. Cada uno de esos temas es contemplado a través de tres libros-discos.
A su vez, dentro de cada tema hay subdivisiones. De esa manera para el primero de ellos se dedica el disco "Los inicios", con reliquias interpretadas por la Orquesta Típica Víctor, el Sexteto Cayetano Puglisi, el Trío Ciriaco Ortíz y Juan Guido y su orquesta. El segundo disco, bajo el título "Cantor, cancionista y estribillista" recupera canciones interpretadas por Carlos Gardel, Mercedes Simone y Libertad Lamarque. En este último caso se incorpora un ítem especial, y muy curioso, para los estribillistas, como se denominaba a los cantantes que solamente se dedicaban a cantar los estribillos, una ocurrencia de Francisco Canaro. Entre esas figuras de segunda fila, que muchas veces ni siquiera eran nombradas en los discos, aparecen Francisco Fiorentino, Roberto Díaz, Alberto Gómez, Ernesto Fama y Carlos Lafuente. Y el tercero de los discos dedicados a los años veinte y treinta con el nombre "Decarísimo" contempla a los aportes del Sexteto Julio de Caro, el Sexteto Luis Petrucelli, Los Virtuosos y la orquesta típica de Pedro Laurenz. "Las orquestas", "Grandes éxitos" y "Los binomios" siguen con el racconto para contemplar los tiempos en que el tango hizo bailar a multitudes, con interpretaciones de Juan D`Arienzo, la Orquesta de Alfredo Gobbi, Osvaldo Pugliese, Osvaldo Fresedo, y Hugo Del Carril, entre otras figuras legendarias.
La perspectiva histórica, que finaliza con artistas como Lidia Borda, Soledad Villamil y María Graña, entre otros, tiene un propósito múltiple. Hay una primera y muy clara vocación didáctica, de tal manera que los menos iniciados puedan tener una visión sobre el desarrollo de un fenómeno cultural que sigue muy vivo y en transformación. En eso juegan y muchísimo los textos contenidos en cada libro. De la misma manera que musicalmente se trata de una antología, los textos no pretenden transformarse en ensayos, sino que operan como indicadores de una historia, con fichas sociales, personales, letras de algunos tangos, números significativos y hasta un pequeño diccionario.
Por encima de lo didáctico, los quince volúmenes que sábado a sábado irán saliendo, son un material para acuñar por quienes se precien como cultores del género. Muchas de las piezas recuperadas no son fáciles de encontrar y menos aún con la calidad que presentan gracias a las aplicaciones tecnológicas. La colección tiene como editor a Andrés Casak y por redactores a Alejandra Boehden, Javier Firpo, Lucila Rolón y Pablo Sigal, y ha sido concebida en especial para los rioplatenses. En Argentina se ha transformado en un verdadero éxito editorial.