COLONIA | PEDRO R. CLAVIJO
Roberto Rocca nunca olvidará su experiencia. Cuando fue a darle el último beso a su madre en la morgue del hospital, advirtió que estaba viva. En el Hospital de Colonia, donde certificaron la defunción, aún no salen del asombro.
Viajó el domingo a la ciudad de Colonia. Cuando llegó al hospital había dos tías suyas aguardándolo en la puerta para decirle la noticia. Allí, recordó Rocca, le comunicaron que "mi madre hacía un rato que había fallecido".
"Pedí para verla en la morgue y despedirme", relató Rocca a El País, en su casa de Juan Lacaze. El personal del hospital lo llevó hasta la morgue. Cuando Rocca se aproximó y abrió la mortaja, se inclinó para darle el beso final y advirtió que su madre de 93 años aún estaba viva. El cuerpo conservaba la tibieza y casi de inmediato la mujer abrió un ojo y lanzó un estertor.
"Ahí perdí el control, fue una situación brava", recordó Rocca, aún bajo impacto emocional.
Su anciana madre vive en la ciudad de Colonia. Su esposo falleció hace pocos días.
La mujer había ingresado al hospital en estado de coma y en esa condición se hallaba cuando el personal médico creyó advertir su deceso.
La doctora Gabriela Boné, directora del hospital, prefirió no entrar en detalles en torno al caso ya que, explicó, el mismo es materia de investigación interna. No obstante, señaló a El País que en el momento de certificar su fallecimiento los signos vitales eran imperceptibles. La profesional explicó que el coma produce la disminución de los signos vitales y en casos extremos, como este, puede inducir a creer que no existen. "Producto de eso son los errores médicos", señaló Boné.
La directora del hospital señaló que en ningún momento la paciente despertó del coma. Indicó que sus signos eran muy pobres, la frecuencia cardíaca muy baja, la respiración cada vez más espaciada. La anciana no podía comunicarse ni moverse, aseguró. Luego indicó que una vez certificado el deceso se dispuso el traslado a la morgue del hospital, donde permaneció unas dos horas hasta que el hijo constató que estaba viva. El procedimiento, explicó Boné, es el habitual. Allí permanecen las personas que fallecen hasta que llegan sus familiares.
Boné indicó que, apenas se enteró de la situación, mantuvo una conversación con el hijo de la paciente que aún permanece en estado de coma en el CTI del centro asistencial. Aseguró que Rocca comprendió la situación y elogió su entereza. De todos modos, señaló, ordenó una investigación urgente para saber cómo ocurrió todo.
"TERMINA ACÁ". "A mi madre no la abandonaron nunca, no sé por qué pasó ni me interesa, yo quiero que esto se termine acá", dijo por su parte Roberto Rocca al ser entrevistado en su casa de Juan Lacaze.
Todavía afectado por la situación que le tocó vivir con su madre, Rocca aceptó dialogar brevemente.
Rocca asegura que no va a presentar denuncia contra la institución de Salud Pública. "Que quede claro: en cuanto al hospital nadie me va a hacer decir una palabra en contra", aseveró.
"Hablé con la directora y me habló de frente", agregó. Rocca dijo que durante la conversación con la jerarca le había quedado claro que "el personal se puede equivocar".
De ese modo Rocca desestimó cualquier posibilidad de iniciar acciones. "No voy a hacer nada, lo único que quiero es sepultar a mi vieja en paz el día que le toque", sentenció.
Rocca entiende que el estado de su madre no experimentará mejoría y, resignado, aguarda el desenlace que parece inevitable. En tanto asume que lo que ocurrió el domingo pasado "fue una fatalidad".