Gracias a la dirección de Julio Bocca, el Ballet Nacional le dio al Sodre un lustre que hace años no conocía. Empero, la tarea del gran artista argentino está amenazada por los conflictos sindicales que padece el organismo y que obligan a cancelar los ensayos. Además, el gremio de funcionarios del Sodre denunció a Bocca ante el Parlamento por actos de "represión sindical" lo que es un mal augurio para la temporada artística en curso.
El gremio acusa a Bocca de impedir que los miembros del ballet se sindicalicen pues dicen que "él lo que quiere es trabajar y no le interesan los temas sindicales". En verdad, no le corresponde a él solucionarlos sino al directorio del Sodre que es quien debe intervenir para resolver los reclamos sindicales. Entre esos reclamos figuran los de los ocho primeros músicos de la orquesta sinfónica quienes, a modo de singular propuesta, en vez de ocupar sus sitios habituales al frente del escenario, se ubican en las filas posteriores, algo que distorsiona los ensayos.
Ese tipo de medidas provocó semanas atrás la renuncia de un director brasileño contratado, Roberto Tibirica, tras diversas cancelaciones de conciertos. En estos días, el maestro estadounidense David LaMarche contratado para dirigir el ballet "El Corsario", la publicitada nueva producción de Bocca, no pudo ensayar por el conflicto con los músicos. Por ello, la institución resolvió que el ballet se ofrecerá sin música en vivo, es decir, recurriendo a una grabación, lo que reduce la calidad del espectáculo.
Tantos líos podrían causar nuevas renuncias en el futuro, entre ellas la de Julio Bocca, lo que sería una pérdida imperdonable que las autoridades del Sodre deberían evitar.