Encuesta entre policías: salarios bajos, alto riesgo de vida y deudas

Cuadro de situación. Informe realizado por la Facultad de Medicina expone estrés causado por el multiempleo y problemas familiares Relevamiento en Montevideo, Canelones, Rivera y Paysandú

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EDUARDO BARRENECHE

Magros salarios, elevado riesgo de vida, deudas, falta de cursos de instrucción, malas condiciones laborales, problemas psíquicos y una difícil convivencia con los delicuentes, y con sus propias familias, conforman la vida de los policías uruguayos.

Cerca de 1.500 policías han sido atendidos, en lo que va del año, por la Unidad de Distrés de Sanidad Policial.

Un reciente informe del Departamento de Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina, en base a una encuesta hecha a 2.662 policías de Montevideo, Maldonado, Rivera y Paysandú, señala que por cada cinco policías que fallecen, solo uno muere en acto de servicio; otros cuatro se suicidan.

La encuesta detectó, además, que 80% de los chalecos antibalas no son sometidos a pruebas periódicas y que un 60% de los policías lleva una vida sedentaria, con excepción de los integrantes de los grupos de choque.

Este panorama exhibe las perspectivas que se abren a los nuevos aspirantes a trabajar en el Ministerio del Interior, una de las carteras que pretende incorporar más personal.

Además de los problemas psicológicos derivados del estrés, los policías enfrentan jornadas laborales de 16 horas, multiempleos, matrimonios fracasados y un elevado nivel de violencia doméstica que termina en muertos y heridos.

CANSANCIO. Ariel tiene 42 años y 24 de servicio. A las 6:00 de la mañana ingresa a la Seccional 8va. de Montevideo hasta las 14 horas. Dos horas más tarde, comienza su trabajo como seguridad en un supermercado y de noche cumple el Servicio 222 en un liceo. Cada día y medio duerme en su casa. El resto de las noches dormita en un banco del liceo.

"En una oportunidad llegué a estar tres días sin dormir. El cansancio es parte del cuerpo de uno", dijo.

Ariel es agente de primera. De un salario de $ 15.000 nominales, le quedan apenas $ 4.600. Es que, al igual que una gran parte de los 28.000 efectivos existentes en todo el país, Ariel percibe el 30% de su sueldo porque tiene retenciones para una hija de un matrimonio anterior y deudas con la cooperativa policial.

Por los tres trabajos, Ariel percibe unos $ 15.000 porque también tiene retenciones a sus ingresos por concepto de 222.

Hace siete años que Ariel está casado en segundas nupcias. Por el poco tiempo que pasa con la familia y las estrecheces económicas, está a punto de separarse de su actual esposa. Esas causas también fueron las mismas que lo llevaron a separarse de su primer matrimonio.

"No puedo dejar el supermercado. Compré una motito para trasladarme de un trabajo a otro y tengo que pagarla. No quiero irme de mi casa. Pero la parte económica nos está trayendo muchos problemas. Quiero evitar llegar a la violencia que protagonizaron otros policías. Las discusiones con mi esposa son muchas", dijo.

INSOMNIO. El agente Julio M. vive con su esposa en un destacamento en el centro del departamento de Lavalleja. Está a la orden las 24 horas del día.

Pese a que Julio enfrenta una realidad totalmente distinta a la de Ariel, los problemas de ambos policías son similares.

El destacamento es cómodo y está cerca de un rancherío que trabaja en una arrocera. Julio (30) y su esposa (24) decidieron irse a la comisaría luego de pasar penurias económicas en Minas. Por lo menos se ahorran el alquiler, el agua y la luz.

Pero abandonar la ciudad no les salio gratis. Julio se endeudó porque perdió todo el mobiliario de su casa en una creciente de un río. Ahora solo cobra $ 4.000 líquidos.

"Estar los 24 horas del día y los 365 días del año a la orden causa estrés. Me acuesto pensando que en cualquier momento puede sonar mi celular. En ocasiones debí hacer de médico y de bombero. Soy la respuesta rápida del destacamento", expresó.

Julio sufre insomnio y depresión pese a que vive en un paraje paradisiaco de Lavalleja. "También tengo problemas de colesterol y posible cardiopatía a raíz del estrés laboral", explicó.

Julio y su esposa quieren regresar a la ciudad pese a que allí vivieron momentos de angustias económicas. "El plan es hacerlo en un futuro que todavía no se ve próximo. Tampoco podemos tener hijos por el tema económico", señaló. Julio pretende terminar de pagar una de las cuentas para poder empezar a ahorrar para poder retornar a la ciudad.

DIFICULTADES. La mayoría de los policías se quejan de sus magros salarios -$ 15.000 líquidos cobra un agente de segunda que recién ingresa-, elevado riesgo de vida, falta de cursos de reinstrucción, malas condiciones laborales y problemas en las seccionales.

"A pesar de los aumentos que ha habido, el salario del policía es muy bajo. Este no recibe el pago por el riesgo que corre", dijo a El País el presidente del principal sindicato policial uruguayo (SUPU), Luis Clavijo.

Señaló que si el gobierno pretende hacer desaparecer el Servicio 222 al final de este período -un policía puede hasta duplicar sus ingresos con esta actividad extra-, "tendremos que reclamar un sueldo de US$ 2.000 para el grado más bajo que es el agente de segunda".

Según datos del Ministerio del Interior, al inicio del actual período de gobierno había 13.000 policías que efectuaban el Servicio 222.

VIVIENDAS. Los sindicalistas policiales también critican que el Ministerio del Interior recién ahora trata de aplicar una política de vivienda para la Policía. Según el SUPU, hay 3.500 policías viviendo en barrios conflictivos.

Ariel, el agente de primera de la Seccional 8va. de Montevideo, reside en una villa de Canelones. A la vuelta de su casa, viven varios delincuentes.

"Los policías que vivimos en un asentamiento tenemos un código con ellos. No vemos nada y ellos no se meten con nuestras familias cuando nos vamos a trabajar. Aquel que hace lo que tiene que hacer en el barrio, su familia sufre molestias", explicó.

En Paysandú, un policía vive con su esposa y su hija de ocho meses en la carrocería de un ómnibus al costado de una ruta, según denunció el SUPU en su página web.

Días atrás, el Ministerio del Interior anunció que la Dirección Nacional de Asistencia y Seguridad Social Policial acordará planes con la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) para brindar soluciones habitacionales para policías. Unos 230 formularios fueron retirados por policías interesados en 12 viviendas de dos y tres dormitorios en un complejo situado en las calles Antonio Serratosa y José Pedro Varela.

Además, Asistencia y Seguridad Social Policial realizó la semana pasada un sorteo para adjudicar a policías terrenos situados en el barrio Punta de Rieles. En forma simultánea, a través del sindicato policial y el Pit-Cnt, existe un plan piloto de cooperativas de viviendas entre policías en Florida, dijo Clavijo.

Otro gran problema que enfrentan los 28.000 policías del país -23.800 ejecutivos y 3.900 administrativos- es el elevado nivel de endeudamiento.

Según el dirigente gremial, un 70% de los policías están endeudados.

En el gobierno anterior se pretendió aplicar un crédito del Banco República llamado "limpiasueldos". Según Clavijo, el remedio fue peor que la enfermedad porque además de endeudarse a largo plazo por ese crédito, los policías tomaron nuevos préstamos a tener libre el salario.

Tres sistemas de faltas en 5 años

En los últimos cinco años, la Policía tuvo tres sistemas de sanciones. El gobierno anterior derogó el arresto a rigor. La decisión generó críticas del Círculo Policial -entidad que nuclea a oficiales en actividad y retiro- por considerar que ello generaría indisciplina dentro de la fuerza. Luego se aplicó el régimen de las suspensiones. Aquel policía que cometía una falta se le descontaba un día de sueldo y no concurría a trabajar. El Ministerio del Interior constató que la medida no era coercitiva porque el policía aprovechaba el día libre para realizar tareas y así cubría el día descontado. Ahora rige la "Orden 12". Aquellos policías que cometen faltas pueden ser sancionados con multas pecuniarias e igualmente tendrán que concurrir a trabajar.

La dirigente del Supu, Patricia Rodríguez dijo a El País que esa medida "perjudica directamente a la familia del policía que no sabe si en la discrecionalidad que se le da a los jefes y en sus criterios tendrán al siguiente mes para pagar sus gastos".

Las cifras

16 Son las horas por día que trabajan numerosos policías, de acuerdo con lo que surge de la encuenta en cuatro departamentos.

60 Es el porcentaje de policías que lleva una vida sedentaria, con excepción de los cuerpos de choque, según el informe.

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