¿Qué ley he violado?

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Luciano Álvarez

Inglaterra, 1633. Como cada semana, William Hutchinson, su esposa Anne y varios de sus hijos recorren el camino que lleva a Boston, una ciudad portuaria en la costa Este de Inglaterra. Es un duro tramo que insume seis horas a caballo, desde su casa en Alford. Van a oír las fervorosas predicaciones de John Cotton, joven clérigo de 27 años, uno de los líderes del movimiento puritano.

El puritanismo, originalmente concebido para purificar la Iglesia Anglicana de los restos de catolicismo, pronto derivó hacia postulados calvinistas: todas las acciones del hombre han sido predestinadas por Dios de acuerdo a su insondable providencia y la conducta personal es solo una señal de haber sido elegido como "elder", santo.

Anne Hutchinson nació en 1591, la segunda de los trece hijos de Francis Marbury, un pastor anglicano, formado en Cambridge, de tendencia puritana y persistente vocación de conflicto con las autoridades religiosas. Sufrió la cárcel o la suspensión, con arresto domiciliario. Anne era inteligente, vivaz, mística e imaginativa; su padre le sumó una educación muy superior a la común para las niñas de su tiempo. En 1612 se casó con William Hutchinson; Marbury había fallecido repentinamente el año anterior. Poco tiempo después se unieron a los feligreses de Cotton y cuando éste fue censurado, en 1633, y debió partir apresuradamente hacia la Colonia de la Bahía de Massachusetts, los Hutchinson le siguieron con sus once hijos.

Boston era por entonces una próspera teocracia puritana, una Iglesia-Estado. Las consecuencias naturales de ese "Experimento sagrado" eran la intolerancia religiosa como política deliberada para preservar la unión y la homogeneidad de la colonia.

Los Hutchinson prosperaron rápidamente en Boston. William se dedicó al comercio y se convirtió en un personaje relevante. Anne dedicaba muchas horas al culto religioso, pero también a los enfermos y necesitados, especialmente apoyando a las jóvenes parturientas.

Organizó un encuentro semanal donde las mujeres se juntaban para estudiar el sermón del reverendo Cotton y dialogar sobre otras cuestiones espirituales. Anne asumió el papel de predicadora y combinó su formación teológica con la efectividad argumentativa y la convicción de que los dogmas que defendía eran la verdad absoluta. Su fama creció, se sumaron hombres a sus reuniones, entre ellos el joven gobernador Henry Vane, mientras Anne radicalizaba su profesada doctrina según la cual las obras de los humanos son insignificantes ante la arbitraria majestad de la gracia divina. Llegó a sostener que no es posible distinguir los verdaderos santos de los hipócritas y que toda buena conducta puede esconder un secreto contractualismo que aspira a la salvación por las obras y no por la sola gracia divina.

Las ideas de Anne Hutchinson no tardaron en convertirse en un motivo de disputa. Salvo el venerado John Cotton y su joven cuñado John Wheelwright, el resto de clérigos locales se convirtieron en sus enemigos, especialmente John Wilson, pastor principal de Boston que hacía hincapié en la necesidad de las buenas obras como evidencia de la salvación. También el exgobernador John Winthrop.

La controversia derivó en calumnia, nada nuevo bajo el sol. Hutchinson fue acusada de dos herejías: Antinomianismo (negar la ley de Dios) y Familismo, nombre dado a una secta religiosa holandesa que predicaban el amor mutuo, colocándolo, según sus adversarios, por encima de la fe. Consecuentemente, roída por el Familismo Anne promovía la promiscuidad y el amor libre, al mezclar hombres y mujeres en sus reuniones. Su antinomianismo violaba el quinto mandamiento -"honrar padre y madre"- identificados éstos como los gobernantes de la comunidad y los esposos, puesto que las mujeres que la seguían descuidaban la atención de sus propias familias. También promovía la indolencia y la vida irresponsable al rechazar las obras. Anne Hutchinson y sus partidarios contraatacaron acusando a sus adversarios de "anticristos", mientras exigían libertad de palabra y opinión.

Entre octubre de 1636 y marzo de 1638, lo que había comenzado como una discusión teológica se convirtió en una lucha por el poder. En Mayo de 1637 las elecciones devolvieron el gobierno a John Winthrop. Herny Vane, vencido, se volvió a Inglaterra.

La querella continuó mientras el gobernador se preparaba para enjuiciar por sedición a Anne Hutchinson, asumiendo el doble papel de fiscal y juez. Con todo el aparato estatal en su contra, aquella mujer de 46 años, nuevamente embarazada, permaneció de pie durante los dos días de marzo de 1638 que duró el juicio. A su favor contaba con una gran confianza en sí misma, sus recursos intelectuales y sobre todo la convicción de su mandato divino. Ante las largas peroratas de sus acusadores, sus respuestas, rápidas y cortantes, se remataban con incómodas repreguntas.

La acusación advirtió que la actividad intelectual no convenía a las mujeres, y que era probable que sus predicaciones pervirtieran a las de espíritu simple. Anne respondió con una cita de la carta de San Pablo a Tito: "que las mujeres mayores enseñen a las jóvenes…".

Winthrop le dijo: "Usted se ha salido del lugar que le corresponde; preferiría ser un marido a una esposa y un predicador a un oyente, y un magistrado antes que un súbdito". Anne respondió: "¿Qué ley he roto?"

Hoy resulta claro que es imposible verificar asuntos doctrinales como los que estaban en juego. En última instancia la única defensa de Anne hubiese reposado sobre algo que ninguna de las dos partes estaba dispuesta a conceder y les era ajeno: la libertad de conciencia y expresión.

John Cotton testificó a su favor en un tono suave y conciliador, pero una vez condenada y sometida a un segundo juicio, esta vez por la Iglesia, decidió cuidar de sí mismo y no tuvo problemas en sostener que las reuniones semanales promovían la promiscuidad y sus opiniones se esparcían como la lepra.

Anne Hutchinson fue expulsada de la colonia. En marzo de 1638 sus seguidores se reunieron en la casa de William Coddington un rico comerciante, firmaron un pacto de unión y marcharon al exilio.

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