Uruguay no es considerado un paraíso fiscal por la OCDE ni lo fue en el pasado. Según la última categorización realizada por el G20 y publicada el 14 de septiembre de 2011 el país fue definido como un territorio que aún no ha cumplido sustancialmente con los estándares internacionales de transparencia fiscal junto a Guatemala. Dentro de esta categoría pero diferenciados como "paraísos fiscales" figuran Montserrat, Mauru y Niue. Luego, se ubican otros 87 países (entre los cuales figuran los mencionados por el presidente francés Nicolas Sarkozy) categorizados como jurisdicciones que implementaron sustancialmente los estándares internacionales de transparencia.
En el último informe de la OCDE sobre Uruguay publicado la semana pasada, el organismo reconoció los avances realizados por el país al tener en vigencia cinco tratados de intercambio de información y eliminación de doble tributación (uno de ellos con Francia). Además destacó la flexibilización del secreto bancario y la regulación bancaria, el régimen anti-lavado de activos y el Código Tributario. No obstante criticó la falta de transparencia que supone el régimen de sociedades anónimas con acciones al portador y la falta de acuerdos de intercambio de datos fiscales con socios relevantes como Brasil y Argentina.
Una vez conocido el informe, el presidente José Mujica dijo a El País que Uruguay no podía estar en la "ilegalidad internacional" y el vicepresidente de la República, Danilo Astori, anunció la voluntad de Uruguay de reformar el sistema de sociedades anónimas con acciones al portador y de firmar un acuerdo de intercambio de información con los países del Mercosur, entre los cuales figuran Brasil y Argentina.
La próxima revisión que realizará la OCDE sobre los avances de Uruguay se concretará en el primer semestre de 2014. Empero Uruguay podría pedir antes una revisión si considera que resolvió las objeciones que le marcó el organismo.
Paraíso fiscal se considera a un país o territorio en donde existe ausencia o mínimos impuestos y controles financieros así como falta de transparencia de forma tal que constituyen un atractivo para la captación de inversiones del exterior.