GASTÓN PÉRGOLA
El ex futbolista Héctor "Pirucho" Burguez, procesado con prisión junto a tres colombianos por las estafas en los sorteos de autos en Grupo Disco y Tienda Inglesa, fue trasladado de Cárcel Central al Comcar. "Lo que hice fue una estupidez", dijo.
A pesar de la solicitud realizada por la familia de Héctor Burguez para que su estadía en prisión continúe en Cárcel Central, el ex jugador fue trasladado el viernes al Comcar, junto a los tres colombianos también procesados en el caso de las estafas en sorteos de vehículos organizados por Grupo Disco y Tienda Inglesa. La esposa de Burguez, Graciela Barbosa (maestra) también implicada, terminó procesada con prisión.
"Ya se manejaba la posibilidad de que lo podían trasladar al Comcar. La familia hizo una solicitud para que pudiera seguir en Cárcel Central. Se redactaron y presentaron dos escritos, pero no le dieron curso", contó a El País Nicasio García, el abogado de Burguez.
Consultado sobre la posibilidad de que pueda volver a Cárcel Central la respuesta fue categórica: "Difícilmente después de que se sale de (cárcel) Central, se vuelve. Se podrá ir del Comcar a otro establecimiento `mas beneficioso`, pero no volver a Cárcel Central", dijo.
El ex futbolista, que comenzó su carrera en Progreso y militó ocho años en Colombia, ya lleva 10 días en prisión, bajo la carátula "delito de estafa", al igual que su esposa, Graciela Barbosa. Mientras tanto, los tres colombianos involucrados fueron procesados por asociación para delinquir y delito de estafa en reiteración real.
En cuatro días (entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre), la banda se hizo de tres autos cero kilómetro en los sorteos diarios organizados por Grupo Disco, sin que los organizadores se percataran de su accionar. Cuando intentaron hacer lo mismo en Tienda Inglesa, fueron descubiertos.
Los colombianos llegaban al momento del sorteo con tres niñas, una de ellas disfrazada de payaso con el fin de llamar la atención de la escribana, quien era la que elegía, entre los presentes, al pequeño encargado de "tomar un cupón".
Logrado el objetivo de que eligieran a la niña, esta llevaba consigo un cupón (con nombre y apellido) guardado en la solera, a la altura del pecho, que con discreción extraía al momento de la lluvia de papelitos, haciendo ganador a uno de la organización.
PARTICIPACIÓN. En este punto es donde aparece involucrada la señora de Burguez, ya que en uno de los sorteos donde se detectó fraude apareció el nombre de esta mujer, como la ganadora. Por prestar el nombre recibió US$ 2.500. En tanto, el propio Burguez también quedó involucrado, ya que se comprobó el nexo que había entre él y la banda de colombianos, de donde surgió la propuesta para que su mujer prestara el nombre.
Además, también confesó que pidió a los colombianos que en vez de entregarle a su esposa los US$ 2.500 por prestar el nombre, le descontaran ese monto a cuenta de comprar el vehículo ganador, por un monto menor al del mercado.
Según contó su abogado a El País, Burguez se encuentra "horrible" de ánimo. "A ninguna persona de vida normal le gusta estar preso. En el caso de él, además, por un momento de tontería", expresó García sobre su defendido y aseguró que en ningún momento Burguez ni su esposa estuvieron al tanto de la operación.
"Él no confabuló con los colombianos. Estos nunca le dijeron a él que la operación era para cometer un delito ni mucho menos. Le dijeron que seguro salía su nombre en un sorteo si él o su señora prestaban el nombre. Que ellos (los colombianos) pertenecían a una cadena de supermercados de ese país que había comprado el Géant y el Disco en Uruguay. Y que era la propia empresa la que elegía gente de confianza para ganar los sorteos. Pero en ningún momento le explican ni cómo lo hacían ni nada. Para ellos era un misterio cómo se hacía", justificó el abogado.
VIVEZA CRIOLLA. Al ser consultado sobre el hecho de que, igualmente, estaba participando de una operación "poco clara" el abogado hizo referencia a la clásica viveza criolla. "Es la famosa viveza uruguaya, de ver si se puede sacar una ventajita acá o allá, pensando que no pasa nada. El pecado de él es el incauto, pero no tiene un dolo delictivo. Tiene esa cosa que tiene mucha gente uruguaya de ver `si puedo llevarme algo, entrando en alguna cosita`, pero nunca imaginó que fuera un delito", recalcó García.
En una breve entrevista telefónica que le realizara desde la cárcel la cadena colombiana Antena 2 (y por la que recibió una amonestación administrativa en Cárcel Central ya que no pidió autorización), Héctor Burguez se mostró afligido.
"Cometí un error. A veces no puedo dormir de pensar la idiotez que hice, me hago siempre la misma pregunta y me reprocho, pero ahora ya está hecho. Nos pintaron una cosa que parecía tan accesible y fácil, y no medimos las consecuencias. Tengo mi trabajo, no precisaba la plata. Quiero pedir disculpas a la gente del fútbol. El fútbol no se mancha", remató.
La niña del cupón sigue en el INAU
La niña de 12 años que era utilizada por los colombianos para sus maniobras sigue todavía en el país, internada en el INAU. El Instituto Colombiano de Bienestar Social (similar al INAU) trabaja ahora para determinar y brindar las garantías de su regreso. Sus padres (que no viajaron con ella a Uruguay) están requeridos por la Justicia, al comprobarse que recibían US$ 750 por cada participación de la menor en los sorteos, más allá de si tuviera éxito o no. El instituto colombiano estudia actualmente a la "familia extensiva" de la menor, para determinar si está en condiciones de hacerse cargo de la pequeña. De lo contrario quedaría bajo el amparo del organismo. Una vez definida su situación, se le comunicará al juez de la causa en Uruguay, quien dará la autorización para que la embajada, junto al INAU, prepare los aspectos formales para su retorno. Todavía no hay una fecha estipulada. Mientras tanto, la niña recibe visitas de la cónsul.