JUAN ORIBE STEMMER
La crisis financiera parece haber relegado a un segundo plano la Conferencia sobre el Cambio Climático en Durban, Sudáfrica (28 de noviembre - 9 de diciembre). Es natural que nuestra atención sea atraída por la coyuntura económica, pero también es cierto que el futuro de nuestro planeta será decidido por las grandes tendencias de largo plazo. Incluyendo, entre las más importantes, al cambio climático.
La magnitud del desafío que enfrenta la Humanidad fue subrayada por informes publicados en estos días por la Agencia Mundial de la Energía, la Organización Meteorológica Mundial y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Al mismo tiempo existen dudas de que la cumbre de Durban alcance acuerdos eficaces para reducir, en la medida de lo necesario, las emisiones de gases de invernadero.
La reunión en Durban combina la 17ª. Conferencia de los Estados Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida por la sigla inglesa COP17) y la 7ª. Sesión de la Conferencia de las Partes sirviendo como Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto (CMP7).
La Convención Marco fue suscrita durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992); fue ratificada por 195 países y entró en vigencia en marzo de 1994. Solamente establece una obligación muy general de estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias humanas peligrosas en el sistema climático.
Durante la tercera Conferencia de las Partes de la Convención Marco (Kioto, diciembre de 1997), se negoció un acuerdo complementario más ambicioso. En el Protocolo de Kioto, los 37 países desarrollados acordaron objetivos obligatorios para reducir sus emisiones de gases de invernadero. También se crearon mecanismos de verificación.
El Protocolo de Kioto ha sido un avance importante pero enfrenta tres grandes limitaciones: primero, la obligación de reducir las emisiones no incluyó a naciones en vías de industrialización (dejemos de lado, por el momento, el espinoso tema de la responsabilidad común, pero diferenciada) que se están convirtiendo en grandes emisores de gases; segundo, no fue ratificado por Estados Unidos; y, tercero, el acuerdo vence el 31 de diciembre de 2012.
Los tres principales emisores de CO2 son los Estados Unidos (18,1% de las emisiones totales en el 2008) y dos países en rápido proceso de industrialización: China (23,3%) y la India (5,8%). Suman el 46% de las emisiones. En contraste los países miembros de la Unión Europea suman el 14% y el resto del planeta es responsable del 38% restante.
La pregunta clave en Durban es ¿qué sucederá dentro de un año, al vencer el Protocolo de Kioto? La Unión Europea ya anunció que no aceptará un acuerdo para un segundo período de reducciones obligatorias si no se suman al mismo las demás economías importantes. Incluyendo no solamente a China y los Estados Unidos sino también, por ejemplo, a India y Brasil. El viernes se sabrá.
"La Conferencia sobre el cambio climático marca una encrucijada vital para el futuro del planeta".