Textos versus fotocopias. Esa es una de las claves, solo una, de la nueva colección de autores clásicos de literatura uruguaya que El País editará junto a Banda desde el domingo 18, que apuesta a volver a poner en el tapete a autores fundamentales.
"Las fotocopias hicieron que desapareciera el libro como tal. Los alumnos fotocopiaban lo que precisaban y punto", comenta Alcides Abella, director de la editorial Banda Oriental. "Con eso se liquidó toda aquella política con la que el docente preparaba los textos para estudios. Eso terminó toda una concepción de la lectura. Entonces tenés el absurdo de que hay abogados, sicólogos y sociólogos que se formaron sin libros, solo con fotocopias. De alguna manera esto recupera la apreciación del libro". Su comentario se refiere a uno de los motivos que impulsan la edición de estos quince libros que, domingo a domingo, serán editados con El País con un precio de venta de treinta pesos.
Entre poesía, narrativa y teatro, la Biblioteca Básica de Literatura Uruguaya, como se llama la colección, contiene obras de Felisberto Hernández, Florencio Sánchez, Horacio Quiroga, Juana de Ibarburú, Mario Arregui, Líber Falco, Jacobo Langsner, Eduardo Acevedo Díaz, Julio Herrera y Reissig, Francisco Espínola, Juan José Morosolli, Idea Vilariño y Delmira Agustini. Y, además, se incluyen dos invitados extranjeros: José Hernández con Martín Fierro y Rubén Darío. El denominador común es se trata de autores que forman parte del programa de Literatura de tercer año de liceo, el primero con el que los estudiantes se encuentran con la materia.
"Es importante que su primer encuentro con la Literatura sea en base a libros y no con fotocopias como es habitual", recalca Abella.
Visiones. Asociada a este emprendimiento está la Asociación de Profesores de Literatura. Los docentes Rodrigo Clavijo, Alejandra Torres y María José Larre Borges y los inspectores Susana Nieto, Silvia Viroga y Gustavo Iribarne conversaron sobre este emprendimiento. Y, sorpresivamente, coincidieron en ofrecer visiones muy poco apocalípticas con respecto al panorama de la lectura en Uruguay y la apreciación de la literatura por parte de los adolescentes.
"Uruguay sigue siendo una plaza importante y se lee más que en otros países, dejando de lado los bestsellers" comentaba Iribarne, por ejemplo. "Yo creo que los lenguajes coexisten, que las visiones apocalípticas no llevan a nada", comentaba Larre Borges, para agregar: "Creo que las nuevas generaciones son más audiovisuales y tienen códigos expresivos, pero con el tema de Internet yo creo que los chiquilines leen y escriben más que antes".
En tiempos donde la televisión, los videojuegos y los celulares acaparan la atención, parecería que los viejos hábitos de lectura van quedando atrás. Sin embargo el panorama no es tan negativo como algunos han anunciado, sino más rico, según señalan los docentes entrevistados. "José León, uno de los teóricos más importantes de la lengua, decía en un seminario que la literatura siempre logró aliarse a aquellos elementos que parecía que la iban a matar. Creo que eso es muy acertado y de alguna forma marca el camino" dice Rodrigo Clavijo.
"En las aulas si tu le lees a los estudiantes, ves cómo disfrutan. Si le dices a un estudiante que lea, no va a ser tan placentero como si compartís la lectura", dice Viroga, "Los alumnos de primero a sexto lo disfrutan". Por su lado, Nieto coincidía con ella y recordaba que contar historias es un acto ancestral que siempre atrapa. "El desafío del docente es integrar y no quedarse en eso de que lectura versus imagen. Y en ese camino estamos", dice Larre Borges.
"Creo que cuando a los autores los editas y los reeditas, van integrando lentamente los programas de secundaria. Se va construyendo un canon. Me pregunto si con esta edición de decenas de miles de libros no se reafirme una gran área de literatura uruguaya" reflexiona Alcides Abella. Lo cierto es que la visión parcial y fragmentada de las obras que las fotocopias le dieron a los estudiantes, podrá quedar a la sombra de un proyecto que para algunos puede representar un descubrimiento de autores y obras y para otros un aporte a la formación secundaria.
Rescate de autores y obras en un ambicioso proyecto
La versión cinematográfica de Esperando la carroza es casi un clásico del cine rioplatense. El texto en el que se basa, de Jacobo Langsner, no ha sido reeditado en veinte años. La correspondencia de Delmira Agustini es un material difícil de conseguir en librerías de nuevo y usado, aunque sea un material fundamental para comprender aspectos de su personalidad. Esos son dos ejemplos de piezas que esta colección rescata en libros de 64 páginas, con prólogos y anotaciones realizadas por especialistas y docentes que ofrecerán la posibilidad de tener una comprensión abarcativa de la obra y del autor. Gustavo Iribarne señalaba que "el texto (completo) es importante en el proceso educativo, también en la hora de la evaluación. Se está pensando incluirlo asimismo en los escritos y exámenes". Con las obras completas, los estudiantes (y lógicamente cualquier lector curioso), tienen la posibilidad de entender que se trata de una obra con una historia propia y un autor detrás, no solo de un fragmento de texto que hay que memorizar para salvar un escrito o examen. El rescate del trabajo de Langsner y de Mario Arregui contribuirá a este objetivo en un ciclo editorial que comienza con la publicación de El combate de la tapera.